Selección

Cuando comienza la temporada, siempre nos ponemos objetivos. Unos más importantes, otros menos, unos a nivel de entrenamiento y otros a nivel de competición. A veces, estos objetivos no dependen 100% de uno mismo. Este es el caso del Cpto de España de Triatlón por Autonomías.

El año pasado recuerdo haberme quedado a las puertas y aquello hizo que me “picara” y pensara que al año siguiente intentaría estar allí. En ese momento no lo veía como algo muy factible, pero tampoco era imposible, así que me lo planteé como mini-objetivo para esta temporada. En base a eso competí en el Villa de Madrid a pesar de que, tras 8 vueltas al circuito del Teleférico 2 semanas antes, lo que menos me apetecía era hacer 4 más. Y también pensando en eso, además de en el hecho de conseguir un podium por equipos al ser Cpto de Madrid, que era lo más importante en ese momento, terminé las 4 vueltas de bici yendo pinchada desde la 2ª.

Y hoy, al fin ha salido la noticia: ¡¡estoy seleccionada!!!.

Lo primero que me hace ilusión es el mero hecho de estar seleccionada. Eso ya es una pasada en sí mismo. Igual es que aún no tengo demasiada confianza en mí como triatleta, pero eso ya me parece alucinante, y más si miro un poco hacia atrás. Y, después, y gracias a la experiencia que viví en el Cpto de Duatlón por Autonomías de esta primavera, pienso que si la experiencia es la mitad de buena que la que viví en aquella cita, ya merecerá la pena. Solo espero hacerlo un poco mejor en el aspecto deportivo y ayudar a la selección madrileña a luchar por subirnos de nuevo al podium.

Por desgracia, todo tiene que tener su contra. Y en este caso, el contra es que me pierdo el triatlón de Pálmaces. Y Pálmaces es muy especial para mí. Es el único triatlón junto a Cullera que he corrido cada una de las tres temporadas de las que consta mi extensa carrera deportiva ;-) y tengo multitud de recuerdos de allí: el petardazo del primer año que me hizo hacer andandito los 3 últimos kms, los “flipes” que me pego en esa bici pedaleando acoplada contra el viento año tras año, las cuestas de la carrera a pie, el buscar a Sergio y a la gente que conoces entre los triatletas con la que te cruzas, la recogida del cheque (¡los 3 años! ;-)), el sorteo del edredón, las duchas mixtas en mitad de la calle, la comilona, los bizcochos borrachos, la horrible y larga vuelta a casa completamente derrotados, etc. Solo de escribirlo ya me pongo melancólica.

Pero Pálmaces siempre estará ahí. Puedo volver cuando quiera. Y nadie me puede decir si me seleccionarán otra temporada. De eso no hay garantías, así que hay que coger el tren y aprovecharlo al máximo… y por supuesto que lo aprovecharé :-).

Lástima que Sergio no pueda venir a verlo :-(, pero él tiene que cumplir con Pálmaces y saludar a los girasoles por mi….