viernes, 25 de septiembre de 2015

Percepciones, sensaciones y reflexiones post-IM



Bueno, al margen de la crónica pura de la competición de la entrada anterior, me gustaría hacer un post recopilatorio de percepciones, sensaciones y reflexiones que han ido ligadas a lo que fue el Ironman Wales.

Y es que Jaime me dijo que quizá es sido demasiado descriptiva de un modo objetivo, sin meterme mucho en lo emocional. Yo más que eso creo que, al no haber tenido grandes dificultades ese día (salvando el tema de la lucha contra el mar), tampoco puedo hacer una descripción en plan “épico”, porque si echo la vista atrás, prácticamente todos mis recuerdos son buenos, de ir fácil, sin grandes dolores y todo muy fluido, de puro disfrute y de pasármelo pipa (sí, desde fuera a mí también me cuesta creer que uno se lo pueda pasar bien durante 11h29’ en ese circuito tan tan duro, pero así lo recuerdo!), así que contarlo puede sonar un poco aburrido ;-).

Así que ahí van algunos puntos que no estaban reflejados en la crónica y que me gustaría recordar en un futuro cuando lea este post (y espero que a vosotros también os vengan bien de alguna forma!):
  • Siempre lo digo, pero me voy a repetir: para mí lo duro del Ironman es prepararlo. Son esas salidas largas en bici sola en las que el tiempo a veces pasa muy despacio. Esas series en la cabra con los ojos clavados en el Joule concentrada al máximo para dar los watios que tengo que dar (terribles mis viejos amigos los 3x40’ tempo o los nuevos conocidos 3x10’ FTP acoplada en toboganes). Esas tiradas largas a pie al día siguiente de la bici larga o a las 21h de la noche después de una larga jornada de mamá trabajadora. Esas 15-20 series de 100 en la piscina con poco descanso y sin más compañía que mi reloj. Esos afortunadamente pocos días en los que hay que doblar y que al final no sabes ni de dónde sacas el tiempo. Eso es lo duro. ¡El día del Ironman es una fiesta!. Llegas descansado, la logística te la dan hecha, te dan de beber y de comer, tienes un montón de gente animándote, compartes el circuito con un montón de locos como tú que además te animan cuando te pasan y durante todo el tiempo sabes que el final va a ser cruzar un arco de meta con una explosión de emociones que pocas cosas más te pueden proporcionar. ¡Es una gozada!.
  • Siempre disfruto de las competiciones, pero creo que ser madre y ser capaz de seguir en esto me ha hecho darle otra vuelta de tuerca y realmente me siento una privilegiada por poder hacer lo que me gusta, estar donde quiero y cuando quiero, por tener salud y todo lo que se requiere para plantarte en la línea de salida de un evento así. No puedo más que disfrutar de ello!. Vale, doler a veces duele, un montón, pero aún así hay disfrute y no sufrimiento (eso ha sonado un poco masoquista, ¿no? ;-)) 

  • Aunque parezca raro, durante la bici no recuerdo dolor de piernas (y sí la sensación de ir todo el rato con el freno echado y aún así pensando que iba pasadita de watios), pero sí bastantes molestias en los tríceps y el cuello al ir acoplada con el traqueteo de algunos tramos de asfalto bastante descarnado y el agarrote por aguantar el envite del viento.  
  • Cada vez tengo más claro que la mente es lo que marca la diferencia en LD. Está claro que el cuerpo hay que llevarlo preparado, eso es básico, pero el que te lleva hasta la meta es el coco. En mi cabeza no paraban de sonar cosas como “venga, que ya llevas 1/5 de la competición, ya solo te queda lo que llevas, que es ná, multiplicado por 4” (fijaos qué diferente sería el “solo llevo 1/5 de la competición y ya estoy cansado y madre mía lo que me queda, ufff”) o “ya pasas el ecuador, ahora a ir restando” o “quedan 50km de la bici, que eso te lo haces tú un martes por la tarde que sales a rodar” o “20kms corriendo solo!, lo que viene siendo un domingo cualquiera que los haces con la gorra!” o “vengaaaaa, 1 hora para la gloriaaaa!”. Pues así todo el tiempo. Toooodo el tiempo :-).
  • En los días previos mi cabeza estaba centrada en las previsiones del tiempo, que tenían una pinta horrible. Eso desgasta, te quita energías, pero no podía evitarlo. Me volvía loca el pensar en cómo vestirme, sobretodo porque había que dejar las bolsas preparadas el día de antes y las previsiones allí cambiaban mucho. Jaime no paraba de hacerme coaching por el whatsapp para que sonriera y dejara de preocuparme. Tengo que decir que le costó pero lo consiguió (ayudó bastante el tener ya todo decidido y metido en las bolsas en boxes). Ni que decir tiene que el día del IM me salían las sonrisas por todos lados, pero eso es marca de la casa.
  • Lo bueno de haber estado tan aterrorizada con el tiempo fue que, aunque hacía un viento que telita marinera, como yo esperaba eso y además chuzos de punta, pues iba yo tan contenta.
  • Estoy pensando hacer una petición de Change.org para que me devuelvan mi plástico cubrebicis oficial de 70.3 que nos dieron en Las Vegas, que me dijeron que podía ponerla el día antes y, por lo visto, por la noche retiraron todas por el temporal de viento. Que me parece muy bien, pero que me lo devuelvan, que tenía valor sentimental, sniffff
  • Para no faltar a la costumbre, los previos del IM estuvieron cargados de pequeños infortunios que, no son muy importantes pero te agobian bastante: intento de montar las ruedas HED de Sergio el finde antes y deshacer lo andado porque no fui capaz de ajustar los frenos a esas ruedas, el avión de ida se nos retrasa 1 hora y llegamos allí a las 0:30 teniendo que coger el coche para ir al hotel y todo el lío,“power battery low” en el Joule en cuanto me subí en la bici allí para probarla (menos mal que nos llevamos la llave del buje y Sergio pudo ir a comprar pilas nuevas!), la cámara con líquido trasera nos hace cosas raras y para no arriesgar decidí cambiarla a última hora, el doble gorro de natación que llevaba para reducir el frío se me rompe a 5’ de la salida… y, bueno, lo que ya sabéis de los geles en la carrera a pie. Son tonterías, pero hay que ver lo que agobian!  
  • Lo de circular en la bici “a la inglesa” no me fue muy complicado… salvo cuando llegó un giro con cono de 180º y, en palabras de Sergio, tuve el honor de ser la primera triatleta en soltar la cala y poner pie a tierra… eso sí, me eché unas buenas risas.
  • El maratón… no me cansaré de decirlo: si quieres hacerlo bien, no te pares!. Nunca! (bueno, en el WC puede ser, pero solo eso). Ni en los avituallamientos, ni cada 5km ni nada. Si estás cansado, ve más despacio, a pasitos más cortos con más cadencia, pero no camines. Se pierde flow, se gasta energía en rearrancar y al final te caen un montón de segundos que luego son minutos sin darte cuenta. Ya sabéis que no soy muy rápida a pie que digamos, pero esta filosofía me ha valido el 78º parcial de todos los grupos de edad (y hablo de más de 1700) y el 3º de todos los grupos de edad femeninos (a solo 4’ del mejor parcial), además de ganar 90 puestos de la general en este segmento (y eso que Jaime lo primero que me ha dicho es que tenemos que mejorar la carrera a pie… qué exigente este jefe! ;-)). Creo que hay poco más que decir, además de que la sensación de ir adelantando a gente sin parar es indescriptible (y en los avituallamientos adelantas de golpe a un montón de ellos jeje).
  • Un tema recurrente: la alimentación. Durante todo el año, comida sana, con su porción de hidratos, proteínas y grasas en cada comida, tratando de consumir verduras y frutas de temporada, productos frescos y el dulce que no falte pero con moderación. Todo con el mayor colorido posible y hecho en casa. Los días previos el único particular fue restringir frutas, verduras y productos integrales (fibra, vaya) los 3 últimos días y el día antes el ya clásico arroz blanco con pavo para comer y pizza para cenar. Para desayunar, como siempre, tostadas con algo de pavo y mermelada y café con “leche” vegetal. ¿Y durante el Ironman?, pues geles y agua. Los geles en la proporción 1gr de HC por kg de peso por hora, lo que en total sería el equivalente a 23 geles de formato típico (los míos vienen en botellitas de 100gr de HC). Mis geles tienen además las sales necesarias incluidas (que no en todos en así) y algo de BCAA. Ni isotónico, ni otra bebida ni, por supuesto, nada que se mastique. A mí que soy de estómago delicado es lo único que me funciona para larga distancia. Ni problemas de estómago ni, por supuesto, falta de energía. Más de 11 horas comiendo natillas líquidas, pero no me importa lo más mínimo, que yo estoy allí para competir y ya me iré de ruta gastronómica después. 
  • Del tema suplementación no sé si ahorrármelo, porque yo creo que comiendo sano y variado y sin un volumen de entrenamiento muy excesivo, no se necesita nada más. El hierro lo tengo que controlar por mi b-talasemia, pero este año no me ha dado nada de guerra. Así que lo más parecido a  suplementación han sido los batidos de recovery drink después de los entrenos largos porque no comíamos inmediatamente después y hay que aprovechar esa ventana metabólica para recargar los depósitos… y ya. Las tres últimas semanas me entró “virusfobia” por la vuelta a la guardería y demás y me tomé supradyn y una pastilla de extracto de shiitake para las defensas cuando me acordaba, que no soy nada metódica para esas cosas (por no decir que soy un desastre). Además, la semana previa al IM, cuando me acordaba, me tomaba alguna pastilla de sales por prevención.
Nuevos usos de la Babycook  
  • Por desgracia, con el tiempo muy justo, el gimnasio ha brillado por su ausencia esta temporada. Al principio hubo algo, con algo de tonificación y demás, pero ya en los últimos meses prácticamente nada. Eso sí, hay una cosa que no descuido desde que soy madre (y más con la operación de hernia umbilical y la diástasis abdominal), y son mis ejercicios de rehabilitación y fortalecimiento de mi suelo pélvico y mi transverso. Prácticamente el 90% de las noches, después de cenar, los 15' de tranquilidad viendo algo de TV antes de meterme en la cama, no los hago desde el sofá sino subida al potro de tortura... digoooo, el tronco:
  • Estaba dudando si poner esto o no, pero seguro que a alguien le puede ayudar. Durante estos dos años le he dado (y le sigo dando) lactancia materna a mi hija. Así que sí, eso de que no se puede hacer deporte porque se te va la leche o que no te pueden dar golpes de frío o yo qué sé cuántas tonterías se oyen en este tema es falso. El único tema es que la prolactina puede provocar hiperlaxitud en las articulaciones y pudiera haber más riesgo de lesión, pero en mi caso no ha habido el más mínimo problema. Parece obvio que tampoco ha afectado a mi rendimiento (aunque yo eso en principio pensé que pudiera pasar, pero está claro cuál es mi prioridad), como siempre teniendo precauciones en ingerir bien de líquido y alimentarte bien, que ser una "fábrica de leche" también consume energía y hay que reponerla. Eso sí, no sé cuántas Ironwoman pasan la tarde antes del gran día un rato sacaleches en mano jeje. 
  • Tema Kona… si os digo la verdad, aún no termino de ser consciente. Es como si no fuera real, como si lo hubiera soñado. Imagino que a lo largo de todo este año iré siendo consciente poco a poco. Me acuerdo de nuestro primer año triatlético en 2005 que la noche de Kona me fui a dormir a casa de Sergio (que entonces vivíamos con nuestros padres) para poder verlo y hacer el friki con el chat de IRC que se creaba para la ocasión. Recuerdo que al día siguiente además madrugamos porque Sergio corría el CSIC. Desde entonces, cada octubre, lo hemos seguido, a veces desde casa, otro desde casas de amigos, pero siempre es un día especial marcado en nuestro calendario. Desde que nació Iria ya me cuesta un poco más mantenerme despierta hasta el final jeje, pero si no aguantamos, lo primero que hacemos al levantarnos es encender todos los cacharros y empezar a buscar toda la información que haya. Pero siempre ha sido así como ver casi “una película”, algo que está en un mundo paralelo al tuyo. De hecho siempre hemos utilizado la expresión de “cuando vayamos a Hawaii” cuando queremos darnos largas jeje. Cada vez que pienso que estaré allí se me ponen los pelos como escarpias



Nuestro primer Kona juntas... probablemente no eran ni las 22h jeje



















viernes, 18 de septiembre de 2015

IM Wales: la crónica

Voy a comenzar la casa por el tejado tal vez, pero quizá resumiría lo que ha sido mi participación en el IM Wales con 3 ideas:
 
·         La prueba es absolutamente brutal, tanto en dureza como en belleza
·         Mis sensaciones se resumen en: como un tiro :-)
·         Ten cuidado con lo que sueñas no vaya a ser que se cumpla ;-)
 
Y ahora viene el momento de enrollarme, pensando sobretodo en esa gente que, como yo he estado haciendo estos meses, están pensando hacer este IM o preparándolo y utilizan todas las herramientas disponibles para ello. Como buena ingeniero ;-), a falta de poder ir a ver el circuito, yo me he empollado crónicas, segmentos de Strava, perfiles, planos, clasificaciones,… de esa manera estaba en la línea de salida pensando que tenía bastantes cosas bajo control, y eso te da mucha seguridad y tranquilidad. Además, Jaime lo conocía de primera mano y eso también era un plus.
 
Lo único que me tenía con incertidumbre era el tiempo. Cuando llegamos, hacía un día de perros y las previsiones eran bastante poco halagüeñas, así que me preocupaba, para que engañaros (que el pobre Jaime tuvo que hacer una labor dura de coaching ahí para que me relajara jeje). No me gustaba la idea de pasar más de 11 horas calada y congelada, así que hice lo que pude por minimizar los posibles daños (ropa seca y adecuada, zapatillas secas en T1 en vez de en los pedales, guantes, punteras de neopreno,…), aunque finalmente la fortuna nos sonrió y, aunque comenzó con algo de lluvia, luego salió el sol y el día se portó (exceptuando el viento, claro, aunque con eso ya contaba).
 
Tenby, un pueblo con mucho encanto. Y con una playa sur alucinante!

Ya en la línea de salida comenzaron las emociones. Este año cambiaron en el último momento la salida y pasó a ser rolling start, con una larga fila organizada por sectores en función del tiempo estimado de natación, que empezaba a contar en cuanto pasaras por la alfombra del chip. En principio no me gustaba la idea, porque luego en carrera no sabes si los que te adelantan o adelantas están en tu tiempo o no, pero tengo que decir que me parece que hace que la natación sea más limpia y, total, yo nunca tengo ni idea de cómo voy ;-). Con el himno nacional se me saltaron las lágrimas y ya sentía que iba a ser un día muy especial.
 
Vídeo salida IM Wales (Anna Hick)

Me coloco en el primer cajón sin problema (< 1h), bocinazo y al agua!. El shock térmico fue brutal, ya que no nos dejaron calentar y el agua estaba heladita (15ºC dijeron). Al principio algún golpe pero, según avanzábamos hacia la boya, el mar estaba más y más bravo, chocando con las rocas de modo que no sabías ni por dónde te venía la ola y nosotros nos íbamos chocando unos con otros (incluso cayéndome triatletas encima y yo encima de uno). Como bien dijo el ganador Jesse Thomas, aquello era como estar en la peli de La Tormenta Perfecta. Para mí el peor momento del día fue cuando sales del agua tras la primera vuelta, mareado y congelado, y te tienes que volver a meter, cuando lo único que te pide el cuerpo quedarte llorando en la arena como un gatito. La segunda vuelta ya decido que lo más importante es no tragar más agua salada, que eso trae muchos problemas, así que me intento separar del resto de triatletas, que andábamos bastante desperdigados, y trato de centrarme en la pura supervivencia. Luego me dijo Sergio que salí del agua en el primer grupo grande, así que genial. 2ª de mi AG en 1h03’, 11’ más que Harry Wildshire, así que bastante bien (aunque en ese momento no sabía nada).


Y ahora viene una de las particularidades de Gales: una T1 de 1 km después de subir un zigzag en cuesta para la que, afortunadamente, te dejan ponerte unas zapas y que además vino bien para entrar en calor.


Ropa seca, demás achiperres y a la bici. En ese momento llueve y hace bastante fresco, y me cuesta bastantes kilómetros entrar en calor, con una buena tiritona. Pero una vez ya asentado el ritmo (km10 aprox) ya me encuentro más templada y con el estómago asentado, así que ya empiezo a hacer uso de mi bote con el equivalente a 15 geles y al agüita.

 
Sé que los primeros 60 kilómetros son más o menos rodadores y decido que los haré a un ritmo como si este fuera un IM normal, de esos con bici de a menos de 5h30’… Se rueda bien acoplada, aunque es un toboganeo constante con alguna cuesta maja y el asfalto bastante rugoso, pero la belleza del paisaje es inexplicable, y más aún cuando empezaron a asomar los rayos del sol (cuando llegué a Angle se me saltaban las lágrimas!). Digamos que no es excesivamente rápido pero es relativamente cómodo de ciclar, si no tenemos en cuenta el viento que te pega lateralmente y da algo de susto a veces. Hacia el km37 me adelanta Emma Pooley (los pro comenzaron 5’ antes) y sería la única chica que me adelantaría en toda la bici (bueno, un poco más adelante me agarró Zoe, que finalmente quedaría 2ª AG y 1ª de su grupo de edad 30-34F), pero algo después la volví a pasar y llegó un poco por detrás a T2.
 

Luego empieza un tramo que luego hay que repetir, y aquí ya tienes cuestas que tienen su miga, no excesivamente largas tampoco, pero sí de subir al tran-tran, pero también tienes tramos de rodar un poco y las bajadas no son excesivamente peligrosas (y eso lo digo yo que soy una cagueta total). Esto lo digo porque uno de los temas recurrentes cuando se habla del IM Wales es el debate flaca VS cabra. Y os digo que para mí es un circuito de cabra 100%. Tranquilamente pude pasar el 75% del tiempo sobre los acoples, que además me encuentro cómoda, y creo que se le saca partido, a pesar de que a veces es estado del asfalto digamos que está un poco castigado.



En ese bucle además está la cuesta de Wiseman Bridge, que bendito piñón del 28 (y llevo compact de 36 en plato!) que si no no la subo (y menos con 170km en las piernas), y la mítica St Bride Hill, que tiene una buena pendiente pero que el público te sube en volandas. La segunda vuelta al bucle me la tomé con mucha tranquilidad, porque veía que los vatios estaban altitos para tanto tiempo, así que iba con el freno echado pero encontrándome realmente suelta en todo momento.
 
Durante todo el circuito de bici hay animación en los pueblos, la gente entregada y un circuito que, no me cansaré de repetirlo, es una preciosidad, naturaleza en estado puro. Así que, aunque es una larga jornada sobre ruedas, no se te hace nada pesado y los kilómetros pasan sin darte cuenta. Y, desde luego, lo del drafting aquí no existe. No vi ni un grupo y en mi caso, durante varios tramos, iba tan sola que a veces hasta dudaba si me había equivocado de camino.


 
Para los que os gusten los números: 141w medios, 159w normalizados (IF0.76) para 55kg.
 
Llego de nuevo a Tenby (en cuesta, como no) y me cambio de ropa de nuevo, esta vez con el dos piezas y tirantes, que viene el viento fresco pero hace buena temperatura. Nada más salir, hago la globerada del día y es que, como no nos dejaban acceder a las bolsas el domingo y yo no quería dejar los geles con agua ya echados en el fuelbelt durante más de 30h a la intemperie, voy echándolos sobre la marcha, en los primeros metros a pie, pero no sé por qué, esta vez los geles estaban como solidificados en las botellitas y no fui capaz de echar en el fuelbel más de la mitad, por no contar con que me puse perdida, pegajosa, se me cayeron al suelo y los recogí varias veces… un numerito. Menos mal que en mi papel de “controlatodo” le dejé a Sergio una botellita del fuelbelt con otros geles preparada por si acaso, para que me la diera en el “special needs”. Uffff, menos mal.
 
 
Pasado el trance, paso por el WC para la meadita de rigor y a entrar directa en el “túnel”. El maratón consistía en 4 vueltas en las que no había ni 50m llanos!. Para arriba, para abajo, para arriba, más arriba, más arriba, baja y baja,… tremendo, durísimo. Y para colmo en algunas subidas te pegaba un ventarrón de frente que era terrible. Como no tengas el día, avanzar puede ser una tortura. Pero yo sí tenía el día. Subía las cuestas a pasitos cortos y rápidos, y bajaba adelantando el centro de gravedad pero controlando para no tener que tirar de cuádriceps mucho para frenar. Y es que yo tengo claro que el maratón del IM se corre con la cabeza más que con las piernas. Tan solo tuve un momentito un poco malo hacia el km20 que me empezó a molestar un poco la tripilla y me apretaba el pantalón, el fuelbelt y todo. Me aflojé lo que pude, bajé el ritmo un par de kilómetros, y a seguir.
 



 
Como había tramos de ida y vuelta, ya iba controlando a ver qué tenía alrededor. Le dije a Sergio que no me diera ninguna referencia, que yo en el Ironman prefiero mirar “hacia dentro” que hacia fuera así que, aunque voy en modo competitivo, prefiero no tener distracciones sobre escuchar a mi propio cuerpo. Ahí ya sabía que iba bien, que sin que nadie me adelantara en la bici y nadie en la carrera a pie (me adelantaron 2 chicas pero con 1 vuelta menos, y Zoe me pasó cuando entré al WC pero luego la volví a pasar cuando entró ella), tenía que ir bastante delante, pero como no sabía qué había pasado en la natación, tampoco tenía claro cuánto de delante, hasta que ya, a falta de la última vuelta, Sergio me dice que voy primera de todas las AG… ¡¡¡primera!!!, ¡¡ay mi madre!!!!. Pues si ya iba bien, los últimos 10km ya iba enchufadísima, con sensación de ir volando y para colmo adelantando a cientos de triatletas, que ahí ya había bastante densidad con gente de varias vueltas mezclada (de hecho gané 90 puestos en el maratón, pero adelantar no sé ni a los que pude adelantar… ¡así da gusto!).
 
Y así de emocionada llegué a meta. No hace falta que explique nada teniendo el testimonio gráfico.
 





 

 Vídeo cortesía de Jaime Vigaray y Lu, ¡¡gracias!!!!
 
El resultado: 11h29’ de carrera (lo que se ajustaba perfectamente a mi previsión, ¿eh, Lu? ;-)), 8ª de la general femenina y primera de todos los grupos de edad femeninos (y primera de 35-39F, claro, con la segunda a más de 2 horas, que si lo llego a saber me lo tomo con más calma jeje… que noooooo ;-)), además de la 151º de más de 1700 participantes. Pero lo más importante es la sensación de control, de estar disfrutando todo el tiempo, de ir apretando sintiéndote fuerte de principio a fin durante todas esas horas… eso es indescriptible.  


Y el mayor premio de todos, ese slot para Kona que pensé que estaba fuera de mi alcance, que nunca podría lograrlo, pero ya es mío, aunque aún no me lo termino de creer… ¡¡todos los años viéndolo por internet y en 2016 estaremos allí!!!.
 
No quiero terminar la crónica sin agradecer públicamente a Jaime por ser mi guía en este camino, por confiar en mí y hacer que solo tenga que preocuparme de hacer lo que me dice sin tener que pensar mucho (aunque a veces no puedo evitar ponerme en plan ingenieril jeje) y por supuesto a Sergio, que ha renunciado este año a correr su IM (y a muchas otras cosas) para que yo tuviera la prioridad para entrenar, que el puzzle con el trabajo y la peque ya os podéis imaginar que es todo menos fácil (¡y gracias también a los abuelos por echar un cable!)   


Por si fueran pocas las emociones, encima me encuentro en la portada de un periódico local!!

jueves, 3 de septiembre de 2015

Ready... steady...

A 10 días de la gran fiesta, cuando ya la sensación de hormigueo en el estómago es una constante durante todo el día, creo que puede ser un buen momento para reflexionar sobre lo que ha sido esta temporada hasta ahora, mi 11ª temporada como triatleta, 2ª temporada como trimami. Eso siempre ayuda a presentarte en la línea de salida sabiendo a qué atenerte.
 
No digo nada nuevo si hablo de lo difícil que ha sido esta temporada. Los virus de guardería nos han machacado durante todo el invierno y la primavera (eso después de lidiar con la recuperación de la operación de mi hernia umbilical el pasado octubre, que dió bastante guerra). Cuando no estaba malo uno, era el otro o la peque, así que contra eso no puedes luchar. El tema de la organización, nuestro puzzle diario, si bien no es sencillo, creo que lo tenemos controlado, así que cuando las enfermedades nos han dado vía libre, la cosa no ha ido del todo mal. Eso sí, hubo un momento que incluso le pregunté a Jaime si quería dejar de entrenarme, porque el pobre me mandaba los plannings de entrenos y no era capaz de cumplir nada, y al final a un entrenador también se le juzga por los resultados de sus pupilos. Afortunadamente no me abandonó y, aunque ha tenido que hacer malabares, ahí siguió al pie del cañón ;-).
 
Pero no voy a hablar de percepciones, sino de números. Y, a riesgo de que a más de uno le sangren los ojos al verlos, estos son los volúmenes de esta temporada:

  • media global: 10h27' horas semanales con 6,8 km de natación - 159,3 km de ciclismo - 20,5 km de carrera a pie
  • media de las últimas 22 semanas (de la -24 a la -3): 11h50' horas semanales con 7 km de natación - 195 km de ciclismo - 24,4 km de carrera a pie
 
Obviamente no es lo ideal. Pero tampoco se aleja tantísimo, al menos de los números con los que preparé el IM Kalmar 2012 y me llevaron a hacer una muy buena carrera:
  • media de las últimas 21 semanas Kalmar (de la -22 a la -2): 13 horas semanales con 8,35km de natación - 203,5 km de ciclismo - 28,3 km de carrera a pie
 
Alguno dirá que es insuficiente, que son números impropios de una preparación de Ironman o incluso que soy una inconsciente, pero la realidad es que ahora mismo siento que estoy en la mejor forma de mi vida. Y no solo lo siento, sino que lo dicen los números. Estoy nadando 1-2” más rápido, haciendo la bici 5-7w por encima y corriendo 7-10”/km más rápido que cuando preparaba Kalmar (en mismos entrenos, en mismos circuitos).

Las tiradas largas a pie al día siguiente de bici larga y dura salen sub-5'/km, lo que es algo insólito para esta tortuguita


Y digo yo que será porque al final son 11 años haciendo esto de manera constante (el parón más largo han sido las 6 semanas de la cuarentena), porque una va teniendo más experiencia, conozco mejor mi cuerpo o porque lo de ser madre hace que entrene mi paciencia cada día y eso para la LD viene de perlas ;-), no sé, pero el caso es que así es.

Así que el 13 de septiembre a las 7:00 estaré en esa playa con confianza, con hambre de competición (que con lo poco que he competido este año, estoy deseándolo) y sabiendo que estoy preparada. Otra cosa es que un IM es muy largo (y este más) y puede pasar de todo y habrá que ir sorteando lo que se ponga por delante, pero de base confío en mis cartas.


Os confieso una cosa. Mi idea inicial era tomarme este Ironman como un redebut, una vuelta a tomar contacto con la LD, con esta competición tan exigente. Volver a sentir lo que es y coger de nuevo experiencia para, quizás, si me apetecía, afrontar un nuevo IM en 2016 con espíritu más competitivo. Y así seguía pensando hace un par de meses. Pero ahora mismo, tal y como me encuentro, creo que tengo posibilidades de hacerlo bien, con todo lo que ello implica. Obviamente eso no depende sólo de mí, pero yo voy con la idea de lucharlo. No voy en modo supervivencia, sino en modo competitivo, aún sabiendo que por muy bien que me encuentre puede que vaya un poco “con alfileres” considerando que será una carrera larga (para que os hagáis una idea, la 2ª el año pasado hizo 11h20’).

 
No he estado allí, pero me he empollado los circuitos (gracias a Strava ;-)) y he leído varias crónicas, así que por preparación no será. Como resumen, la cosa es más o menos así:
-          Una natación en el mar ya se sabe lo que es: lo mismo es un plato que una lavadora, aunque las probabilidades se inclinan más por la segunda opción. Lo que seguro que será es fría. Además tiene una peculiar transición  en la que tenemos que correr 1km por un zigzag ascendente hasta la T1 (para lo que podemos ponernos unas zapas afortunadamente).

No me diréis que no es chula esa T1!. Espero pensar lo mismo cuando esté subiendo el zig-zag con el corazón en la boca...
 
-          Una bici dura, muy dura. 2800m de desnivel acumulado, pero sin puertos, todo en sube-y-baja constante (“rarely flat”, que dicen los lugareños). Es un primer bucle de algo menos de 80km de toboganeo (“rolling hills”) con un asfalto decente en el que hay que tener cuidado de no pasarse y dos bucles con colinas no muy largas pero con pendientes ya majas (hasta del 13%) y asfalto regulera que te puede machacar si no controlas. Esto se va a hacer más largo que un día sin pan, pero mi estrategia es “comer, beber y watios”. No hay más. Con el ojo en el Joule mirando el IF (que la potencia media en un circuito así te puede engañar y el IF (o la NP) te da mejor control de la intensidad), concentrada y a pedalear. Lo más parecido con lo que conozco puede que sea el Ecotrimad (solo que haciéndolo 2,5 veces ;-)), pero por desgracia la logística no ha permitido que entrene ningún día por la zona a pesar de que estaba en mis planes.

 
-          Una carrera a pie también dura (más de 400m de desnivel) pero creo que con muy buen ambiente. Siendo a 4 vueltas, la estrategia a priori es 1ª vuelta cogiendo ritmo a buena frecuencia con el freno echado, 2ª vuelta en progresión, 3ª vuelta a mantener y 4ª vuelta  con lo que quede. Y, sobretodo, no caminar, no parar, nada, ni medio minuto (salvo WC si hace falta, claro ;-)).

 
Por lo demás, siendo Gales, pues pueden caer chuzos de punta o puede hacer un día fresco pero agradable, nunca sabes (aunque las previsiones de momento no son malas... crucemos los dedos!). El viento creo que es una constante. Pero lo único que está en mi mano es llevar ropa adecuada para cada situación (no como en Frankfurt que hizo un día de perros y porque pude comprar un chaleco en la feria, que si no muero por congelación, y aún con eso…). Eso sí, las bajadas me dan respetillo con el asfalto mojado, las cosas como son.

 
Pues esto es lo que hay. Ya solo me queda tapperinear un poco, preparar los mil trastos, que el viaje vaya bien y pasar unas horillas haciendo lo que me gusta en plena naturaleza con un montón de gente animándome y con mil facilidades logísticas, ¿se puede pedir más? ;-).

 
¡A la vuelta os cuento!!!

 
P.D.: dorsal 251, por si me queréis espiar y animar en la distancia (o apostar por cuándo voy a petar :-P)
 

lunes, 27 de julio de 2015

Pálmaces

Desde que debuté allí en mi primera temporada triatlética allá por 2005, cada año he intentado estar en este mítico triatlón, que sin duda es mi favorito

 ¡Mucho menos postureo!
Esta creo que ha sido mi 7ª participación y año tras año me he ido superando, desde las 4:30 de ese primer año (con los últimos 3 kilómetros dando tumbos en modo walking dead… pero bastante que pude superar la distancia con 6 meses de entrenamiento!) hasta las 3:15 de este año, siempre desde el respeto y sabiendo que en cuanto me descuide puedo pegar una explosión que se oiga en Tres Cantos. Y es que Pálmaces tiene un “nosequé” que hace que veas escenas más propias de un IM que de un olímpico, así que cuesta “pillarle el punto” y, aún con eso, nunca puedes relajarte.

Afortunadamente, desde Valencia he encadenado 4 semanitas buenas de entrenamiento, lo que hace que te olvides un poco de todo lo anterior. He podido coger ritmito y sensaciones, haciendo algunos entrenamientos largos con buenos números, así que llegaba a Pálmaces motivada y con ganas de hacer una buena competición, aunque con el cartel que había este año, no me planteaba nada concreto a nivel de puestos y demás. Sólo quería sentirme bien, acabar fuerte y no petar demasiado, que no es poco. Por desgracia Sergio está con broquitis y no puede estar disfrutando de su tri preferido, pero allí está animando el pobre con la vocecilla que le queda.

Después de un poco de calentamiento ya estamos todos en el agua esperando el bocinazo. De nuevo este año recuperamos el formato “todos a una”, que teniendo en cuenta las poquitas chicas que somos, yo prefiero. Es verdad que los primeros metros te muelen a palos, pero luego ya coges tu grupillo y se hace mucho más ameno que ir sola. 

 Foto: Carlos Triatlón

Y así fue, una vez que estuve en el grupo que me tocaba (por delante había otro gran grupo a 2’ que hubiera sido muy muy difícil que hubiera podido enganchar), simplemente me limité a estar atenta a posibles cortes y a seguir las burbujitas, que en los últimos metros fueron las que formaban los pies de Mabel.



Salimos 4ª y 5ª del agua tras Sara, Aída y Paula, así que bien está. A la bici y a por ese “hasta Atienza y vuelta” que me conozco tan bien. No hace excesivo viento ni excesivo calor, así que pongo el piloto automático controlando los vatios en todo momento, fijando como objetivo un IF de 0.85 tratando de acercarme a una media de 165-170w.



Foto: Carlos Triatlón

Ida hasta Atienza pestosilla, con el viento y el pica-p’arriba, y la vuelta más agradable y rápida, pero con las piernas ya protestando. Al final objetivo de vatios conseguido, aunque siempre te queda la cosilla de haber podido dar un poco más.
  


 Volando bajo en la Felt

Lo bueno es que llego a T2 en el mismo puesto (femenino, claro, que chicos me adelantaron unos cuantos) que salí, así que eso siempre es de agradecer ;-).

 
Por delante lo que hay se me antoja inalcanzable así a priori, y por detrás sé que vienen Leonor Font, Alba Reguillo y Lucía Pérez, que salvo que tenga bastante renta, me pillan casi seguro, pero bueno, yo a lo mío. Llevo buenas piernas, así que intento mantener el ritmo “sin fliparme”, que ya sé cómo es esto y luego se paga.


Me cruzo con Sara que va andando y luego veo a Lucía que está fuera de carrera (¡ánimo a las dos!), pero por detrás Alba y Leonor se acercan peligrosamente, hasta que en km 8 más o menos me pasan arrancándome las pegatinas. Yo sigo a buen ritmo gracias a los ánimos de otro triatleta, Javier, que se queda a mi vera haciéndome la carrera a pie mucho más llevadera desde los primeros kilómetros, ¡gracias!.
 

Estoy 6ª y veo que Julia, la 7ª, no está lejos, así que no me puedo dormir en los laureles. Los últimos 2kms con la subida se me atragantan un poco (¡pero a quién no!), pero ya está la meta, que cruzo en una 6ª posición que me sabe a pódium en lo que creo que ha sido mi mejor Pálmaces, haciendo 3h15’ (8 minutos menos que el año pasado y 5’ menos que mi mejor tiempo, aunque sé que esto tampoco dice demasiado porque depende de mil factores) y no bajando por sólo 2” de 1h en la carrera a pie, barrera que siempre he creído inalcanzable!.



Foto: Carlos Triatlón
En las míticas escaleras-podium que tanta ilusión hacen!
Enhorabuena a las 9 chicas con las que compartí escaleras y cómo no al resto, que cruzar esa meta no es nada fácil!. Me alegró muchísimo el carrerón de Mabel y la vuelta a los ruedos triatléticos de Aída, dos grandes luchadoras ambas.
 
Y con esto comenzamos las últimas 7 semanas antes de Gales, que serán de buen machaque pero afortunadamente con las vacaciones por medio, así que al menos ganaremos un poco de descanso que es lo que más hace falta para poder asimilarlo.

Nota: fotos PicRun.es cortesía de Christian Gallegos. ¡Gracias a él y al omnipresente Carlos por las fotos!!


martes, 30 de junio de 2015

Valencia 113 - Cpto. de España de Triatlón MD

Creo que antes de ponerme a contaros cómo fue el Campeonato de España de Media Distancia de Valencia, os tengo que poner en situación. Y la situación (desde enero, que fue cuando me recuperé de la operación de hernia umbilical y pude empezar a entrenar con normalidad) no es otra que esta:
 
 

 
 
Lo que viene siendo una media de 9 horas de entrenamiento semanal con 6,5km de natación, 130km de bici y 15,7km de carrera a pie. No hace falta que diga mucho más. Digamos que esto se parece como un higo a una castaña a lo que sería un entrenamiento de media o larga distancia.
 
Y no ha sido un tema de falta de tiempo, que las semanas normales pues oye, nuestras 11 horitas las sacamos, y eso bien hecho y con continuidad, pues bien está. El tema han sido los virus. Así que esas horas, si ya son escasas, encima muchas están hechas al tran tran mientras nos recuperábamos del virus anterior… y nos preparábamos para el siguiente.
 
No quería contaros esto para lloriquear ni nada, sino para que entendáis que mi visión es muy particular. Mi carrera digamos que fue mala mirada objetivamente, pero yo veo que estuve en esa salida con gente que probablemente entrenen y descansen el doble que yo (literalmente), que más o menos di el pego (que entré en el corte élite y eso tampoco es moco de pavo), que sufrí pero no entré en modo walking dead (que es lo que realmente me asusta ahora… que se pasa muy mal cuando te vas arrastrando en algo tan largo) y que realmente fue mejor de lo que en principio esperaba (que hubiera apostado por morir a partir del km12 a pie, que hubiera sido lo normal cuando la tirada más larga que has hecho ha sido de 67’ y solo 1 vez). Además, Jaime insiste en que no era nuestro objetivo y que no hemos preparado nada… que siga con la vista puesta en Gales, así que eso haré y lo tomaré así como un entrenamiento de calidad, y visto así, ha sido un gran entrenamiento.
 
El caso es que dejando al margen el sentido común, allí estaba de nuevo en una línea de salida de un Cpto. De España en categoría élite esperando la bocina.
 
 Foto: Tutriatlon Tienda Técnica
 
 Mooooc! y salida en carrera desde la playa, con lo bien que se me dan… En fin.
 
Foto de mi compi María Torres
 
 
El caso es que pasado el barullo inicial, me quedé a pies de mi tocaya del Reus Ploms, Esther Hernández, que me llevaba a un ritmo majete que me costaba seguir, que yo iba haciendo eses. Y así genial hasta que después de la 2ª boya, adelantamos a un chico élite que se mete por medio, me saca del carrilito y al carajo los pies. Así que nada, más sola que la una (y agobiada por las rozaduras que me estaba haciendo el tritraje en el cuello) hasta la T1. Pero bueno, salí 9ª, que tampoco está mal, pero fastidia, porque te pegas una paliza mayor a lo tonto.
 
Foto de mi compi Coke
 
Salgo con la bici a la vez que Eva Valero, y al principio cogiendo ritmo sin más.
 
 
 
Muy muy sola. Íbamos muy separados a esas alturas de la carrera. Pero ya me empieza adelantar gente. Y me adelanta un montón de gente (que yo esperaba cuando salen después los grupos de edad masculinos, pero  aún así agobia un poco). Pero es que me adelantan varias chicas. Y no estoy acostumbrada a eso, así que no entendía nada, porque yo iba a los vatios que tenía que ir, a los que he ido siempre, así que hasta llego a pensar que iba frenada o algo. A puntito estuve de bajarme de la bici a ver qué leche estaba pasando.Todavía se me hace raro, aunque luego los tiempos por comparación con Sergio o con Mabel o Natalia Raña por ejemplo, que tengo referencias de otras carreras, no son descabellados, así que debe ser que cada vez hay más chicas que andan en la bici y además con buen material y buena posición. Sin más explicación. 
 
Mis números: 155w medios (159w hasta el km70 que ya no pude pedalear a gusto con tanta gente y tramo estrecho, que es un 78%FTP) y un IF total de 0,795. Unos 33km/h. Números buenos y lógicos.
 
Por suerte cuando llega el “pica p’abajo” la Felt es un obús y recupero un poco, al menos hasta el último tramo que ya empieza a haber mucha afluencia de triatletas y se hace complicado, ya que hay que dejarse caer cada vez que te adelantan y complica un poco la libre circulación (y en ese tramo perdí bastante).
 

Foto: Javier Bellvis
 
 
De manera general tengo que decir que me encantó el circuito: a una vuelta, rápido pero con sus cambios de desnivel, buen asfalto, ancho y con un bonito entorno. El tema del drafting, pues no excesivo, aunque vi más grupetas de las que me hubiera gustado. Y el circuito no se prestaba a eso, así que era intencionado. Pero lo que más me desagradó fue ver a varios cretinos, porque no tienen otro nombre, arrojar desperdicios en pleno parque natural. Si lo tiras en un polígono, pues eres un cerdo, pero tirarlo en ese entorno es de ser un delincuente. También en el parque donde corrimos había botellas vacías y envoltorios de geles fuera de las zonas de avituallamiento, y eso que papeleras no faltaban. ¿Y sabéis qué pasa con eso?, que los ciudadanos de la ciudad se quedan con esa imagen de que somos unos cerdos y se van a negar a que se vuelva a celebrar en su ciudad algo que la deja en esas condiciones. Y no queremos eso. Así que un poquito de civismo, por dios.
 
Bueno, a todo esto llego a la T2 y me bajo con las piernas como un palo. Camino por boxes como Chiquito y ya veo que no va a ser fácil. Y para colmo me estoy meando. Un montón. A ver cómo soluciono eso… de momento tiro a correr esperando que al rato se me pase.
 
Pero ni se me pasa eso ni las patas de palo, así que avanzo por el circuito a minipasos, que al menos como es muy chulo, pues me voy entreteniendo, pero me sigue pasando hasta el apuntador. Afortunadamente, hacia el km8, se me van pasando las dos cosas, y empiezo a despertar para, aunque sin ser la bomba, al menos tener algo de fluidez en las piernas y poder hacer algo parecido a correr. Y así pasa lo que menos esperaba, que acabo la carrera a pie mejor de lo que empiezo, y eso siempre te deja con mejor sabor de boca, aunque el tiempo haya sido digno de olvidar. Y es que hacía calor. Muuuucho calor. Ha sido un día duro y solo terminar ya es algo digno de celebrarse, así que con eso me quiero quedar.
 
Foto de María Torres
 
 
Y también me quedo con el carrerón de Sergio, que también ha pasado lo suyo, pero la calidad y la experiencia le han llevado a hacer una carrera casi perfecta!.
 
Foto de María Torres
 
 
Por supuesto felicitar a todos mis compis de Ecosport (incluidos los pomponeros!), a Mabel porque es mi ídola ;-), agradecer a Eva Valero siempre su sonrisa  y sus palabras (y su referencia durante unos kilómetros de bici) y lo mismo con todos los conocidos, que fueron muchos, con los que tuve el privilegio de compartir unos segundos antes, durante y después de la carrera, que eso es lo mejor de estas cosas.
 
Por mi parte, a recuperar cuerpo y mente y a seguir currando de cara a Gales (benditas vacaciones de agosto)
 
Para terminar decir que me encantaron los circuitos (por trazado, entorno, seguridad, encanto…), la organización espectacular (y, como no, este Ximo, que es un crack), se notaba el cariño con el que estaba hecho todo, así que solo espero que se convierta en un fijo en el calendario y podamos repetir!. ¡Enhorabuena a los que lo hicieron posible!