jueves, 27 de septiembre de 2012

Vigorexia competitiva

Parece que después del Ironman me ha entrado una especie de vigorexia competitiva teniendo en cuenta que en 5 semanas he competido en un Ironman, un olímpico, dos sprints y un acuatlón y, para más inri, al final alargaré mi temporada hasta el Cpto. De España Sprint del 6 de octubre en Madrid para echar una manilla al equipo (eso sí, prácticamente con lo puesto y limitándome a mantener un poco, que las ganas de “sufrir” se agotaron hace tiempo).

Tras el Cpto. De España de Pontevedra recibí la llamada de Uge pidiéndome que contactara con Iñaki Arenal porque me habían seleccionado para formar parte de la Selección Madrileña para el Cpto. de España de Selecciones Autonómicas que se iba a celebrar ese fin de semana en Mazarrón (Murcia). Y, aunque las piernas me pedían un descanso a gritos y eso iba a suponer un poco de sobrecarga competitiva, no podía decir que no, que una oportunidad como esa no se presenta todos los días, así que allá que fuimos :-).

En este tipo de cosas pesa mucho más la experiencia de compartir viaje y fin de semana con tus compañeros de la Selección y vivir el ambiente que se respira allí que la propia competición, y eso que siempre es un lujo poder competir en una salida conjunta de 90 chicas, que no estamos acostumbradas a eso. Y eso sin duda fue lo mejor del fin de semana… eso y la medallita de bronce que nos llevamos para casa, aunque tampoco mi contribución es que fuera gran cosa, que nunca ha sido lo mío esto de los sprints…




Y es que se da la salida, y encima corriendo desde la arena, y a los 200m ya me he quedado atrás. Después de la 1ª boya ya empiezo a remontar, pero claro, en 750m tampoco da para remontar mucho, así que salgo unos segundos por detrás de gente con la que normalmente salgo en un 1500. Y, claro, en estas cosas, 10” perdidos ahí, pueden ser más de 1' perdido en T2, como así fue. Así, en T1 pude ver cómo se alejaba Mabel, y por más que me dedicara a tratar de enlazar los primeros 10km, si enlazar con Mabel es cercano a lo imposible, hacerlo cuando ella a su vez intenta enlazar con un grupo ya apaga y vámonos.



Y aún así yo seguía en mi empeño y eso me convertía en una bonita locomotora a la que se iban uniendo más y más vagones de chicas que no estaban dispuestas a esforzarse lo más mínimo por enlazar con ese grupo. Y para colmo tuve que oír de boca de un técnico de una Autonomía como le decía a una chica “ahí, bien escondida, no des la cara”, que le faltó añadir que “siempre hay una imbécil dispuesta a tirar”… Y es que, ¿qué sentido tiene reservarte para correr cuando estás en el puesto treintaypico?, ¿no será mejor bajarse en T2 lo más adelante posible para ganar los puestos que se pueda y, sobretodo, no bajar el ritmo y que te cojan desde atrás?, que yo sola está claro que no puedo enganchar, aunque esté rodando a 200w que ya es mucho para mí, ¿te reservas para ganar a las porras?, que habrá gente que no tenga fuerzas para tirar, pero éramos unas 15 o 20 chicas, y para dar un relevillo aunque sea de 1’ para darnos un respiro a las que tiramos (que ningún problema tengo en llevar el peso si me veo que voy bien, pero de ahí a que la gente pase...) y poder luego ir un poquillo más rápido, no creo que haga falta ser Contador. Eso lo entiendo en el primer grupo, en el que se juegan la victoria, pero yo es que no concibo competir si no es para intentar llegar lo más adelante posible, igual es que soy muy simple…



Menos mal que vino Tamar con un grupillo por detrás y entre las dos fuimos más o menos tirando la 2ª vuelta, con alguna pequeña ayudita de alguna más, que ya se agradece. Eso sí, cuando se acerca la T2 todas tienen piernas para ponerse delante… dice Iñaki que esto son cosas de la competición, pero a mí me parece una falta de respeto total por la gente que ha trabajado, la verdad…


 
Pero bueno, el caso es que nos bajamos a correr y, después de hacer una T2 lamentable que casi ni en el Ironman, voy cogiendo ritmillo y voy adelantando a gente. El ritmo no está mal para mí, y salvo un par de kilometrillos que fui con algo de flato, las sensaciones fueron buenas, así que me doy por satisfecha. 



Eso sí, en los últimos metros me esprintó mi compi de selección Sara, así que volví a no puntuar, quedando 7ª de la Madrileña (39ª de la general), pero bueno, como nos dicen los “dires”, quitamos puntos a las demás, así que bien está, que quedamos todas en la primera mitad de la tabla y eso hizo que, sin ser un equipo con “estrellas”, sí que éramos un grupo sólido y nos valió para hacernos con el bronce femenino que, junto con el 4ª puesto de nuestros chicos, que no se hicieron con el bronce por los pelos, hizo que quedáramos 3º de la clasificación conjunta.



Y, el fin de semana siguiente, ya que me pillaba al ladito de casa ;-), doblete anaeróbico. Por la mañana, a las 12:30, Cpto. De Madrid de Acuatlón, apuntada a última hora por motivos logísticos, y resultando mejor de lo que esperaba, que yo pensaba que en el 2500 me iba a pasar hasta el apuntador, y entré en T1 4ª a muy poquito de la cabeza, así que no está mal… eso sí, salir de T1 fue otra cosa, que me iba a tirar al lago con las gafas de sol puestas, así que vuelta al box, suelta las gafas y vuelta al lago… ejem… total, que al final , que no está nada mal dadas las circunstancias….





Y por la tarde, a las 15h, casi sin margen ni para comer algo, Open de Madrid con mis compis ecosportianas (con el mismo formato que la Copa del Rey), en el que se esforzaron a tope y al final quedamos en la  5ª posición (y 1º parcial de carrera a pie!), que no está mal teniendo en cuenta que éramos un equipo un poco de remendillos, pero con ganas y coraje como el que más, así que bien está.



Y, ahora, rumbo al Cpto. de España de Triatlón Sprint, con algún viaje de curro por medio y con mucho esfuerzo mental para sacar ganas de seguir entrenando cuando ya has dado tu temporada por terminada y bien terminada…
 
Fotos: Virginia FMTri y Sergio

viernes, 14 de septiembre de 2012

Cpto. España Élite Pontevedra

Quién me iba a decir que tan solo 3 semanas de hacer un Ironman iba a hacer el que creo que ha sido el mejor Cpto. De España de los 4 que llevo en categoría Élite…

Y es que, antes de la competición, todo eran dudas. No sabía cómo respondería el cuerpo ante un cambio tan radical en ritmos. Parecía que estábamos recuperando mejor que el año pasado, pero en los pocos entrenamientos que hicimos en esas 3 semanas, cuando cambiábamos el ritmo para intentar coger algo de chispilla, a veces se nos hacía un poco complicado, aunque la sensación era de estar fuertes muscularmente. Pero no había más… allí estábamos, dirigiéndonos al pontón a punto de tirarnos al agua helada (20.1ºC) sin neopreno… había que cambiar las dudas por motivación, a lo que ayudó que el día anterior a Sergio le fue muy bien en su competición y su cuerpo se comportó mejor de lo esperado.



Suena la bocina y trato de poner en práctica las series cortas en las que parece que he mejorado un puntito este año (¿entrenando para IM?, pues sí, las series cortas han estado ahí y el invierno creo que hemos hecho muy buen trabajo de base en el agua) y parece que voy ahí bien, metida en un grupo (aunque Sergio me dice luego que nos orientamos todas fatal y nos vamos a Pernambuco).



Me encuentro bien, fluida y, aunque en algún momento parece que me cuesta un poquillo más de lo que debiera seguir el ritmo, en los últimos metros me encuentro tan entera que decido tirar para adelante, que todo lo que pueda ganar ahora es margen que me queda para la T1.





Veo que adelanto a Patri, a una chica del Fluvial, que luego vi que era Cristina Azanza y a unas 2 chicas más. Vaya, parece que no se ha dado mal la natación, que salgo con Sara Regidor, Laia Escobedo, Sara Bonilla… vaaaaya.

Subo el escalón del pantalán como una foquilla, ruedo por el suelo y salgo como una bala del agua rumbo a la T1. Siempre me acuerdo que en mi primer Cpto de España Élite Sergio me dijo que tenía que salir del agua “como si no hubiese mañana”, que unos segundos perdidos ahí pueden ser como la noche y el día (cosa que pude comprobar hace 2 años en Pulpí).

 Alehop!

Llego bien a la bici pero, al ponerme el casco… ¡¡¡ay madre!!, con las manos heladas no puedo abrocharlo, no atino… ay, ay, ay… Tengo a Sergio al lado que me dice “tranquila, que sigues teniendo un buen grupo, tranquila….”. Y yo maldiciendo durante unos segundos que me parecieron horas, hasta que consigo engancharlo y salir con la bici escopetada sin saber cuánta pérdida me supondría ese contratiempo.

Jurando en arameo



Ya subida en la bici tengo a la vista a quienes tenían que haber sido mi grupo de bici, así que salgo a la caza. Al rato me pasa Laia Escobedo que está con la misma intención, así que nos entendemos bien y juntas conseguimos enganchar antes de terminar la primera vuelta.




El circuito de bici es relativamente rápido, con un asfalto rugoso que se pega bastante, pero la cuesta es mucho más suave de lo que esperaba (yo esperaba algo parecido a Cangas, pero quizá se parezca más a Pulpí solo que mucho menos peligroso), así que remontar no es demasiado sencillo, pero esa es mi mentalidad siempre en los tris, porque al no ser buena corredora, cuanto antes me baje en T2, mejor que mejor.

Además, como no nos aplicaba la regla de doblado-eliminado (que no voy a meterme en lo peligroso que me parece y lo poco que me gusta que aceptemos diferencias entre hombres y mujeres en el triatlón, porque si no nos quejamos cuando la diferencia nos beneficia, no podremos quejarnos cuando sea al contrario… si es siempre igual independientemente del sexo, siempre es igual y no hay discusión posible), ya no iba mirando siempre hacia atrás, sino que era igual que en cualquier triatlón: mirando hacia delante.

En el nuevo grupo nos vamos entendiendo bien y pronto tenemos a la vista al siguiente grupo, que con buena colaboración de Laia y Sara Loehr logramos enganchar hacia la 3ª vuelta y, una vez en él (seríamos unas 10 unidades aprox), nos volvemos a entender bien especialmente con Elena Aguilar y seguimos a buen ritmo. 



Nos cantan que el siguiente grupo, un grupo grande donde va gente muy buena, nos saca solo 50”… uffff, qué poquito. Pero sobre la 5ª vuelta nos relajamos un poco, yo incluida, así que no logramos enganchar, aunque no están lejos. Pero ya según avanza la cosa voy viendo que, aunque Routier y Aida van como locas tirando en bici (que no hay duda de que son unas de las mejores ciclistas a nivel internacional… T2’s Queens ;-)), tenemos margen para que no nos doblen y, aunque ya no importan para la clasificación, hace mucha ilusión, así que animo el cotarro para subir el ritmo y evitar el doblaje, cosa que conseguimos (y yo creo que es el año que más complicado ha estado desde que hago triatlón), así que la alegría es enorme (aunque nada comparable a lo que se siente si con eso te has librado de ser eliminado, que es una de las mejores sensaciones que yo he sentido en el triatlón, quizá solo equiparable a lo que se siente al cruzar la meta del IM).



Última vuelta un poco más tranqui (aunque a mí no me interesaba eso y no dejé de tirar) y llegamos a T2 tras 39.9km a 34.3km/h, con 172w medios y 187w normalizados... naaaada mal (y yo entro la última, claro… soy una cagueta). ¿Qué tal correré?, ¿podré ir más rápido del ritmo IM? ;-).



Salgo a correr y no voy mal, aunque la gente sale muy rápido… nada distinto de lo de siempre.


Voy cogiendo ritmo y me encuentro bien, aunque el circuito es durete, que en el paso por el centro hay una cuesta bien larga, pero voy manteniendo el ritmo con Laia Escobedo y Esther Barquero, que no es poco, al menos para mí.



Pero según avanzan los kilómetros me encuentro mejor y mejor, y voy subiendo el ritmo y, hacia el km7, empiezo a remontar. Tanto que en la última vuelta creo que adelanté a unas 5 o 6 triatletas, 2 de mi grupo,  3 de anteriores y alguna otra doblada (y por detrás solo me adelantó Itsaso, que iba como una bala). Creo que por primera vez llego de la mitad para arriba de mi grupo de bici, que siempre quedo última o penúltima jeje ¡¡Guauuu!!!, me encanta esta sensación de correr rápido que tan pocas veces había vivido hasta esta temporada.


 Solo por la postura ya se nota que la cosa iba bien... ¡nada de aplastamiento!


Y así cruzo la meta, en el puesto 24º (que no es mi mejor puesto pero estoy convencida de que es mi mejor resultado, y es que el nivel este año era enorme… ¡¡estaban casi todas las mejores!!) y con unas sensaciones inmejorables. No hubiera dado un duro por este resultado antes de salir, con las circunstancias de esta temporada que está resultando tan buena y a la vez tan rara.


Y, por si fuera poco, al día siguiente me comunican que he sido convocada por la Selección de Madrid para el el Cpto. De España de Autonomías… ¡¡vaaaayaaaa!!!. Habrá que seguir buscando la chipilla interior que ha quedado tras el Ironman, a ver qué se puede sacar…

Fotos de Sergio y de mi compi Ana