lunes, 5 de agosto de 2013

El muro

No sé si esto será la tónica general o es algo que me ha pasado a mí, pero estas semanas he descubierto que el muro del embarazo está más o menos donde el muro del maratón: hacia la semana 30-31 pasas de estar estupendísima a empezar a pensar que esto del embarazo ya empieza a cansar "un poquito". Justo coincidió con mi primera experiencia como animadora y supporter en un Ironman, el Challenge de Roth, que os diría que, sin bombo no lo sé, pero para mi también fue un día muuuuy largo y acabé fundida (que, para colmo, en Roth no lo ponen precisamente fácil para los espectadores y no sé ni los kilómetros que pude andar bajo un sol alemán que picaba lo suyo).   

 
 
 
 
En ese punto ya vamos teniendo más peso, tu cuerpo ya se parece como un higo a una castaña a tu antiguo cuerpo, el centro de gravedad ya no sabemos ni dónde está y, para colmo, si te pilla en esta época, el calor, que tanto te gustaba antes, se convierte en algo insoportable. Además, llevas ya muchos meses en este estado y, cuando vas viendo el final, es cuando más ganas tienes de llegar pero la meta parece que no llega nunca... vamos, más o menos lo que ocurre en un maratón.
 
Pero una cosa no quita la otra y, como siempre digo, si te paras, te anquilosas, así que hay que seguir moviéndose. Más torpe, algo más lenta, pero nunca parar.
 
Y así sigo nadando, con la misma tónica aunque cada vez peores sensaciones (algo así como si fuera un barco a la deriva), lo que hace que me canse más de la cuenta, pero los 1800-2000 metrillos no hay quien me los quite. Al menos dentro del agua estoy fresquita y no hay gravedad...

 
 
En el rodillo, lógicamente, cada vez más incómoda, pero 60'-75' de pedaleo viene de maravilla a la circulación de mis piernas que, a pesar del calor, no están nada hinchadas.

 
 
Y, obviamente, donde más diferencia noto, es en mis sesiones de marcha, que sigo combinando con 15-20' de elíptica. El ritmo ha bajado, especialmente en cuanto llega la cuesta, pero sigue siendo marcha, nada de caminar :-), y me sigo picando con los del nordic walking jeje. Al final salen sesiones desde 1h15' entre semana a 1h50' los fines de semana, que no está nada mal.
 
Por último, la sesión semanal de pilates, que sigo creyendo que es fundamental para prepararme para el día D y para sentar las bases de la recuperación posterior. En principio tengo la intención de mantenerlo en el post-parto para volver a poner todo en su sitio antes de empezar a darme caña.
 
Y todo esto ahora es más importante que nunca. Por desgracia, me ha tocado la china de la diabetes gestacional, así que el mantenerme en forma para evitar que mi peque sea demasiado grande (la macrosomía fetal es una de las consecuencias de la diabetes gestacional) es fundamental, así como para reducir al máximo la probabilidad de poder tener diabetes en el futuro. Así que entre el deporte y la dieta (que consiste básicamente en 0 azúcares e hidratos controlados (pero presentes en las 5 comidas para mantener estables los niveles de glucosa)) y la inestimable ayuda de mi monitor de glucosa, mis niveles están perfectamente controlados, lo que sin duda me hace estar mucho más relajada.

 
 
Y además con todo esto mi ganancia de peso está siendo de prácticamente 1kg/mes (estoy en +7.9kg después de perder 1kg desde que empecé la dieta hace cosa de 1 mes), cosa que yo creía poco menos que imposible. Y la verdad es que tampoco le daba muchas vueltas... muchas mujeres que conozco han llegado a 15kg y luego han vuelto a quedar estupendísimas... mi teoría es que si te cuidas y no te descontrolas, lo que engordes es lo que tienes que engordar. Y yo no es que me esté cuidando, es que estoy pasando hambre (básicamente porque lo de hincharme a proteínas no es lo que me pide el cuerpo) y muchas penurias sin catar el azúcar, que es lo que más me apetece en el mundo!.
 
Pero igual que pasa cuando te topas con el muro en el maratón, lo que hay que hacer es darle la vuelta, cambiar el chip. Hay que pensar que ya estamos llegando, lo estamos haciendo genial y ya se huele la meta, así que ya hay que empezar a ensayar la sonrisa con la que la cruzaremos. Ya casi estamos... solo es un último "empujoncillo"...