martes, 10 de diciembre de 2013

Cuarto trimestre

Dicen que para los bebés, los tres primeros meses de vida son como el cuarto trimestre de su gestación, ya que necesitan de ese tiempo para adaptarse al mundo después de pasar los otros tres trimestres en un estado de gloria infinita en la barriguita de sus mamás.

Pero no son sólo ellos los que tienen que adaptarse, sino también los papás, que sufren un giro radical en sus vidas: pasan de ser ellos quienes eligen su destino a tomar cualquier decisión, por pequeña que sea, pensando en esa personita que ahora es el eje de sus vidas. Así que nosotros también estamos acabando ya nuestro primer trimestre de adaptación. 




Tengo que reconocer que el primer mes fue muy duro para los dos, pero creo que a ningún padre le sorprenderá esto. Y celebramos el final de ese primer mes con un viaje a Almería a la Liga de Clubes (donde Sergio puso broche de oro a su temporada 2013) donde Iria empezó ya a tomar contacto con el mundo triatlético.

 Nunca se es demasiado pequeña para un buen postureo de pies playero 
Después, poco a poco ha ido mejorando, tanto porque Iria se va adaptando a nosotros como nosotros a ella, nos comprendemos mejor y nos sentimos desbordados menos veces al día :-). Así que poco a poco la vida va volviendo a la normalidad y nuestro puzzle diario ya empieza a cuadrar con nuestras espectativas, que eso incluyen nuestra vida como padres, como trabajadores, como matrimonio, como familia, como amigos y por supuesto como triatletas. Así que hablemos de triatlón (que es de lo que va esto, que como empiece a hablar de mi pequeña me cargo el portátil de lo que se me cae la baba :-)).

Como ya os adelanté, la cuarentena hay que respetarla, así que durante 6 semanas sólo caminé con el carrito y poco más. Durante muchos días estaba mordiéndome las uñas, porque me encontraba genial y tenía ganas de despejarme unos minutillos haciendo algo de deporte, pero hay que hacer las cosas bien, así que tocó contenerse, porque durante ese tiempo las cosas por dentro andan muy sueltitas y un paso en falso puede suponer problemas en el futuro.

Pero una vez se terminó esa fase, empecé a introducir el deporte poquito a poco. Primero la natación (con una primera sesión en el mar almeriense)



¡¡¡Qué fría!!! 
 y la marcha a un ritmito un poco más alegre (incluyendo una subida al Cerro de San Pedro en la que Sergio me llevó con la lengua fuera). 



También mi sesión semanal de Pilates (que es una clase individual y dedicada a mi estado), en la que me enseñaron a hacer ejercicios hipopresivos que repito todos los días en casa (son unos 10') y que me están ayudando a fortalecer suelo pélvico, tan importante en la fase postparto. 

También sobre la semana 7 comencé a introducir un poco de rodillo, que va a ser un amigo fiel esta temporada. Menos mal que con el Wahoo se simplifica todo un poco al no tener que estar cambiando la cubierta en cada sesión.


Y también reinicié las rutitas ciclistas, el primer día con apenas 1 hora que me hizo darme cuenta de que, aunque había estado haciendo rodillo hasta el final del embarazo, hay cosas que tras casi 1 año sin salir a la calle se pierden inevitablemente, como la agilidad en la conducción y en el manejo de cambios o la capacidad para cambiar de ritmo, por no hablar de lo que se sufre en las cuestas ufff. Afortunadamente esa sensación de "ser nueva" se va esfumando según voy saliendo a pedalear al aire.


Hacia la semana 8 ya introduje un bloque de elíptica de unos 20-25' intercalado en las sesiones de marcha y no ha sido hasta la semana 10 en la que he empezado a trotar (he leído en varios artículos que para empezar a correr hay que esperar 10-12 semanas en el caso de parto vaginal y algo más si es cesárea y que es aconsejable llevar al menos 1 mes realizando ejercicios diarios hipopresivos, así que he sido obediente). Así que es época de CaCos (CAminar-COrrer), desde el 4'CA-1'CO inicial hasta el 2'CA-4'CO en el que estamos ahora, llegando a sumar ya más de 30' corriendo, que no está mal, y teniendo sensaciones que van mejorando en cada sesión (y menos mal, porque al principio era horrible!). Por el momento seguiremos con los CaCos poco a poco porque en principio prefiero afianzar la carrera a pie trotando a ritmos un poco decentes aunque sea en bloques de pocos minutos que tratar de correr más tiempo a ritmos muy bajos, que entiendo que biomecánicamente será más efectivo.

Y todo esto gracias por supuesto a la inestimable colaboración de los abuelos, que están siendo fundamentales para que pueda ir haciendo algo. De momento con poder sacar una sesión al día de 45'-1h entre semana y algo más el fin de semana me doy con un canto en los dientes y sirven para ir cogiendo ritmito y volver a sentirme triatleta y, si se hacen bien, yo creo que se les puede sacar juguillo.

Y pensaréis, esto ¿para qué?, ¿qué objetivo tiene?. Pues de momento poder seguir haciendo un poco de deporte, que ya casi es una necesidad, y a partir de ahí... lo guardamos para la siguiente entrada ;-).   


martes, 15 de octubre de 2013

Y llegó el gran día!

Como ya he dicho en las redes sociales, llevo varios días tratando de escribir esta entrada, pero ha sido realmente complicado con nuestra pequeña acaparadora que requiere nuestra atención las 24 horas del día. Tan pequeña, tan indefensa, que lo único que le tranquiliza es sentir a sus papás bien cerquita. Pero las primeras semanas son así... es duro, y más con la lactancia materna, apenas duermes y nunca desconectas en lo que parece un bucle infinito que se repite una y otra vez, pero hay algo, y los que sean padres me entenderán porque con palabras no sabría explicarlo, que hace que cualquier cosa compense. Es el AMOR con mayúsculas.


Pero vayamos al tema que nos ocupa en este blog que es el deporte, el triatlón, y en el que me gustaría compartir con vosotros cómo voy adaptando el tri a la maternidad y la maternidad al tri.


Panzote-evolution! (la última foto es de 2 horas antes de romper aguas :-))

La última entrada la publiqué el 16 de septiembre y dos días más tarde, el 18 de septiembre, nacía la pequeña Iria, así que poco más os puedo contar de la última etapa del embarazo. Ya véis que hasta el último día se puede mantener la actividad, adaptándola al estado en el que te encuentres. Sin más, el día previo a ponerme de parto hice mi sesión de marcha diaria (no recuerdo con exactitud, pero rondaría los 8km) y una sesión piscinera de unos 1800-2000 metrillos. Eso fue el lunes (el domingo creo que tocó rodillo panzotero, unos 50'). 

El martes ya me levanté "rara" y supuse que ese sería el "rara" del que hablan las madres cuando se refieren a su día de parto. No me dolía nada, ni me encontraba mal ni nada concreto... solo rara. Había quedado con mis compis de curro a comer, así que marché 4km andandito hasta el restaurante y comiendo ya noté alguna contracción, pero no tenían pinta de ser de parto, así que tampoco le dí más importancia. Después tocó volver a casa con otros 3,5km de marcha y ahí la cosa ya se puso más clara... sí, parece que son contracciones.

Por resumir: a las 15h tenía contracciones suaves periódicas cada 10', a las 19h fuimos al hospital con contracciones leves cada 7', me monitorizan y me mandan para casa diciendo que vuelva cuando las contracciones sean dolorosas y cada 5'. 

De camino a la primera visita al hospital

Llegamos a casa, cenamos y decido "dormir" en el sofá porque las contracciones ya incordian y no creo que vaya a poder pegar ojo. A la 1:30 de la mañana rompo aguas en plan tsunami en mi salón... ¡glups!... ¡vamos para el hospital!.

Me monitorizan y las contracciones ya duelen bastante, que se me han agarrado a los riñones. Me ponen oxitocina y epidural y a partir de ahí ya es una gloria bendita. No me entero de nada, cero dolor y nos limitamos a esperar (mientras vemos un capítulo de Big Bang Theory y otro de Downton Abbey tranquilamente los dos en la habitación). Y a las 10:45, tras poco más de tres empujones y dos puntitos (aunque se lo podían haber ahorrado, creo yo, porque habrían sido 6 empujones en vez de 3, pero bueno), veíamos la carita de nuestra pequeña en un momento de una magia indescriptible.

Con toda esta narración poco propia de un blog triatlético quiero expresar que creo firmemente que el estar en buena forma y el haber preparado mi trasverso y mi suelo pélvico con el pilates ha sido clave para que todo fuera tan tan fácil (también ayudó que, lejos de la temida macrosomía fetal por la diabetes gestacional y gracias a la dieta y el ejercicio, la nena salió chiquitilla (47cm, 2780gr), pero historias truculentas de partos de bebés pequeños hay unas cuantas, así que parece que eso no implica gran cosa). Así pude disfrutar de ese momento sin tener en mi memoria nada negativo, nada relacionado con dolor o sufrimiento (que cuando estás embarazada, todo el mundo te cuenta historias terribles de parto... yo diría que el ratio de historias hermosas y positivas rondará el 10% como mucho). Y, por supuesto, también ha contribuído para que mi recuperación haya sido tan buena, que pocos días después ya estaba como una rosa. Por supuesto también dar las gracias a todo el equipo del Hospital Madrid Montepríncipe por lo bien que nos trataron a todos y por generar esa atmósfera tan agradable para ese momento.
 

¿Y ahora qué?. Pues de momento estoy siendo buena y disciplinada y estoy reposando hasta que cumpla la cuarentena. Como mucho, algún paseo a ritmo más ligerillo con o sin carrito, pero nada más. Y a partir de ahí, empezaré con la natación, que mi espalda lo agradecerá, y por supuesto con el pilates, que será fundamental para recuperar el suelo pélvico (imprescindible antes de pensar siquiera en correr) y corregir la diástasis abdominal. También empezaré a meter algo de rodillo y de elíptica y solo cuando esté segura de que mi fajita abdominal y mis "bajos" están preparados (calculo que hacia la semana 10pp), empezaré con CaCos para iniciar la carrera a pie. Todo muy poquito a poco, que no hay prisa.

Aunque el peso pre-bombo lo recuperé enseguida, la barriguita va bajando progresivamente
Y, por supuesto, os iré contando cómo va todo esto y cómo voy evolucionando, tanto por lo que me vaya marcando mi propio cuerpo como por el ritmo que vaya imponiendo la pequeña jefa de la casa ;-).



 

lunes, 16 de septiembre de 2013

Dulce (y larga) espera

Si en el anterior post os hablaba del muro que noté a partir de la semana 30-31 del embarazo, ahora mismo puedo asegurar que el último mes, a partir de la semana 35-36, es aún peor.

El cuerpo ya está totalmente deformado y es entonces cuando, al menos en mi caso, han empezado algunos achaques: dolor en los lumbares si paso mucho tiempo sentada, un dolor bastante desagradable y constante en la pelvis y un pinzamiento en un nervio de la pierna izquierda que, cuando me arrea el latigazo, me deja coja. Vale, ya sé que esto es lo menos que te puede pasar cuando estás embarazada, pero habiendo pasado un embarazo tan bueno, la verdad es que se hace cuanto menos fastidioso.

Eso sí, aunque voy teniendo que hacer algunas adaptaciones, esto no me impide ni mucho menos moverme, que como ya he dicho más veces, si te paras, te anquilosas y ahí sí que estás perdido.

Así que ahí seguimos, con esos 1800-2000 metrillos piscineros unos 4 días por semana. Sigo teniendo sensaciones reguleras, pero nadando con el pull o con la tuba me apaño bastante bien y consigo no tragarme media piscina. Para los que os estéis llevando las manos a la cabeza porque normalmente todo el mundo habla de que las embarazadas no pueden nadar las últimas semanas por infecciones de orina, sigo nadando con el permiso de mi ginecólogo, que no ve ningun problema ni aún habiendo perdido el tapón mucoso. Y es que yo también pienso que en una piscina, que es básicamente agua con lejía, es cuanto menos dificil cogerse una infección.



En uno de los últimos días en la pisci veraniega con el bombo de casi 9 meses

Y con el rodillo lo mismo. No paso de 50'-60' porque me machaco los lumbares, pero con eso es suficiente para mover las piernas, activar la circulación y no perder la memoria neuromuscular, que imagino que luego lo agradeceré.

En cuanto a la marcha ya se va pareciendo más a caminar, porque la pelvis está dolorida y pasarme con el ritmo no hace sino empeorarla, pero sí que camino alrededor de 1 hora prácticamente a diario que, además, parece que eso ayuda a acelerar la llegada del parto (pero nada, ni aún así...). La elíptica, por desgracia, la he dejado aparcada hace un par de semanas por el pinzamiento del nervio de la pierna, que no ayudaba.


Y, por último, el pilates para barrigonas, que ahí sigo y seguiré hasta el último día, que como ya he dicho, creo que será de gran ayuda para el parto.

Y entre tanto movimiento y gracias a las restricciones de la diabetes gestacional, a pesar de que eso de engordar menos de 10kg en el embarazo me parecía una quimera, no he cogido más que 7,5kg desde el inicio hasta el término, lo cual sin duda contribuye a que me encuentre tan ágil (aunque siempre digo que no me hubiera importado coger un par de kilitos más si me hubiera podido comer un bollito de vez en cuando :-) ) y desde luego que lo agradeceré a posteriori (si consigo no desatarme después de tanta restricción, claro).

De espaldas no hay ni rastro de bombo ;-)

Y así seguimos en esta dulce espera 


que se está haciendo terriblemente larga (y que ahora, esos 10 días de más sobre mi primera fecha de parto prevista (que era el viernes pasado) que me pusieron después de las primeras ecografías, me parecen una eternidad), esperando que en breve la peque (a la que está claro que le va la marcha, porque está tan a gustito ahí dentro con la caña que le doy ;-)) tenga a bien salir para que los tres podamos comenzar nuestra vida juntos, que sus papás ya tienen un montón de planes en mente... 



lunes, 5 de agosto de 2013

El muro

No sé si esto será la tónica general o es algo que me ha pasado a mí, pero estas semanas he descubierto que el muro del embarazo está más o menos donde el muro del maratón: hacia la semana 30-31 pasas de estar estupendísima a empezar a pensar que esto del embarazo ya empieza a cansar "un poquito". Justo coincidió con mi primera experiencia como animadora y supporter en un Ironman, el Challenge de Roth, que os diría que, sin bombo no lo sé, pero para mi también fue un día muuuuy largo y acabé fundida (que, para colmo, en Roth no lo ponen precisamente fácil para los espectadores y no sé ni los kilómetros que pude andar bajo un sol alemán que picaba lo suyo).   

 
 
 
 
En ese punto ya vamos teniendo más peso, tu cuerpo ya se parece como un higo a una castaña a tu antiguo cuerpo, el centro de gravedad ya no sabemos ni dónde está y, para colmo, si te pilla en esta época, el calor, que tanto te gustaba antes, se convierte en algo insoportable. Además, llevas ya muchos meses en este estado y, cuando vas viendo el final, es cuando más ganas tienes de llegar pero la meta parece que no llega nunca... vamos, más o menos lo que ocurre en un maratón.
 
Pero una cosa no quita la otra y, como siempre digo, si te paras, te anquilosas, así que hay que seguir moviéndose. Más torpe, algo más lenta, pero nunca parar.
 
Y así sigo nadando, con la misma tónica aunque cada vez peores sensaciones (algo así como si fuera un barco a la deriva), lo que hace que me canse más de la cuenta, pero los 1800-2000 metrillos no hay quien me los quite. Al menos dentro del agua estoy fresquita y no hay gravedad...

 
 
En el rodillo, lógicamente, cada vez más incómoda, pero 60'-75' de pedaleo viene de maravilla a la circulación de mis piernas que, a pesar del calor, no están nada hinchadas.

 
 
Y, obviamente, donde más diferencia noto, es en mis sesiones de marcha, que sigo combinando con 15-20' de elíptica. El ritmo ha bajado, especialmente en cuanto llega la cuesta, pero sigue siendo marcha, nada de caminar :-), y me sigo picando con los del nordic walking jeje. Al final salen sesiones desde 1h15' entre semana a 1h50' los fines de semana, que no está nada mal.
 
Por último, la sesión semanal de pilates, que sigo creyendo que es fundamental para prepararme para el día D y para sentar las bases de la recuperación posterior. En principio tengo la intención de mantenerlo en el post-parto para volver a poner todo en su sitio antes de empezar a darme caña.
 
Y todo esto ahora es más importante que nunca. Por desgracia, me ha tocado la china de la diabetes gestacional, así que el mantenerme en forma para evitar que mi peque sea demasiado grande (la macrosomía fetal es una de las consecuencias de la diabetes gestacional) es fundamental, así como para reducir al máximo la probabilidad de poder tener diabetes en el futuro. Así que entre el deporte y la dieta (que consiste básicamente en 0 azúcares e hidratos controlados (pero presentes en las 5 comidas para mantener estables los niveles de glucosa)) y la inestimable ayuda de mi monitor de glucosa, mis niveles están perfectamente controlados, lo que sin duda me hace estar mucho más relajada.

 
 
Y además con todo esto mi ganancia de peso está siendo de prácticamente 1kg/mes (estoy en +7.9kg después de perder 1kg desde que empecé la dieta hace cosa de 1 mes), cosa que yo creía poco menos que imposible. Y la verdad es que tampoco le daba muchas vueltas... muchas mujeres que conozco han llegado a 15kg y luego han vuelto a quedar estupendísimas... mi teoría es que si te cuidas y no te descontrolas, lo que engordes es lo que tienes que engordar. Y yo no es que me esté cuidando, es que estoy pasando hambre (básicamente porque lo de hincharme a proteínas no es lo que me pide el cuerpo) y muchas penurias sin catar el azúcar, que es lo que más me apetece en el mundo!.
 
Pero igual que pasa cuando te topas con el muro en el maratón, lo que hay que hacer es darle la vuelta, cambiar el chip. Hay que pensar que ya estamos llegando, lo estamos haciendo genial y ya se huele la meta, así que ya hay que empezar a ensayar la sonrisa con la que la cruzaremos. Ya casi estamos... solo es un último "empujoncillo"...    
 

 


sábado, 22 de junio de 2013

...y desarrollo.


Pues llega la hora de meterse en harina. Aunque ya lo he dicho en las anteriores entradas, esto solo es el resultado de mi experiencia con mis circunstancias. Cuando una ya no es una sino dos, siempre hay que contar con el conocimiento y el consentimiento de un profesional teniendo en cuenta cada situación. Como ya os he comentado, mi embarazo no está teniendo ninguna complicación, yo me encuentro estupendamente (o todo lo estupendamente que una puede encontrarse cuando parece un botijo) y la peque se está desarrollando fuerte y sana.

Pues vamos a ir disciplina a disciplina, porque cada una tiene su evolución y además va cambiando según avanza el tema.

NATACIÓN

Durante el primer trimestre, apenas cambiaba nada. Yo acompañaba a Sergio en todos sus entrenamientos (incluyendo aquel famoso 80x50 jeje) e incluso le ayudaba con las series (salvo si eran explosivas, porque es importante que las pulsaciones no suban de más, pero en general en el agua esto no suele pasar).



Apenas de 8 semanitas y ya abotijada!!

Según fue avanzando la cosa, ya no me encontraba yo tan a gusto a ritmos altos y seguía tirando en paralelo alguna serie, pero me ponía las palas, que me cuesta menos. Esto es porque según aumenta la panza, se presiona el diafragma y hace más difícil respirar, así que te fatigas antes. Además imagino que también voy perdiendo forma física, así que también hace que me canse un poco más según avanza el tema.

Ahora ya que la panza es importante entrando en el tercer trimestre, me sigo encontrando relativamente cómoda a ritmos medios, pero ya prefiero no forzar, así que como mucho me pongo a sus pies o hago mi entreno suave. Las sensaciones en el agua, al cambiar el centro de flotación, son muy diferentes, así que no hago ejercicios de técnica para no interiorizar sensaciones que no tendrán nada que ver cuando recupere mi cuerpo. Solo hago remadas (que el agarre es el agarre) y piernas, pero nada más. Simplemente nadar 2000-2500m incorporando juguetitos para no aburrirme (tuba, goma en los tobillos, palas pequeñitas, aletas,.. el pull no me hace falta, que lo llevo incorporado ;-)). Esto espero mantenerlo hasta el último día porque, además, sé que me ayuda a tener mi pequeña hernia cervical controlada, y eso ahora es fundamental.



 PanzoteSwimming powered by Triluarca ;-)

CICLISMO


Al principio sí que salía en bici, pero entre el viento que ha hecho este año, que me hacía pasar miedo muchas veces, y que en el carril bici tricantino es difícil no forzar (y en cuanto me despistaba, como las piernas iban de maravilla, me ponía a 200w sin darme cuenta), pronto decidí que mejor me quedaba en el rodillo tranquilita (aunque me consta que hay gente que ha podido salir en bici hasta los 5 meses, que si las circunstancias son otras y te sientas cómoda se puede hacer sin problema).



Así que desde entonces han caído unas cuantas sesiones entre 1h y 1h30’ con un buen ventilador y adaptando la posición según avanza el bombo. Lo malo es que apenas puedo ya echarme sobre el manillar y paso mucho tiempo incorporada, así que el pandero sufre un poquito de más, pero ahí vamos…



Esta es de ayer mismito... PanzoteCycling de >6 meses

CARRERA A PIE

Esto es lo que en principio parece más delicado y en lo que he encontrado información más heterogénea. Mi decisión fue no correr durante el primer trimestre y esperar a que aquello agarrara bien, así que lo más parecido que hice era algo de elíptica. Hacia a semana 13, una vez pasado el cribado del primer trimestre, ya me sentí cómoda y empecé a meter ratitos de trote alternando con ratos de marcha. Así, desde entonces hasta la semana 25-26, he ido alternando marcha y trote (muy suave y solo en terreno llano) en sesiones de 1h-1h30’, en las que el total de trote no superaría los 20-30’. Los llamaría CaCos, pero más que Caminar es marcha a buen ritmo (a poco más de 8'/km) y más que Correr es trotar, así que los he rebautizado como MaTros (MArcha+TROte), que le viene a pelo ;-), y tengo que decir que los he disfrutado muchísimo (sobretodo viendo la cara con la que me miraba la gente al pasar a su lado trotando tan pichi por el parque con mi bombo jeje).

Pero ya en la transición al tercer trimestre y con una graaaan panza, he dejado de estar cómoda trotando (y lo principal es escuchar al cuerpo), aún llevando una faja, y he decidido volver a la elíptica, así que alternaré la marcha con unos 20 minutillos de elíptica mientras el cuerpo aguante.

Último día de PanzoteRunning (6 meses)

OTROS

Al principio metía alguna sesión de gimnasio, pero el tema de los hierros no lo tengo muy controlado y a veces leía artículos que me hacían dudar y no tenía muy claro qué podía hacer y qué no, así que opté por un cambio de estrategia y, pensando en fortalecer el transverso (tanto para facilitar el parto como para la recuperación posterior), el suelo pélvico (que es muy muy importante en el embarazo y en el post-parto, y más si se está trotando porque los rebotes maltratan el suelo pélvico y hay que compensar por otro lado) y contrarrestar los efectos negativos que produce el embarazo en la columna (por la hiperlordosis lumbar y el peso frontal) y a nivel articular (por aumento de la laxitud), me apunté a Pilates para embarazadas. Estoy yendo 1 hora a la semana a clases particulares en las que me meten buena caña y creo que me están viniendo genial, así que lo recomiendo sin dudarlo.

Preparada para el machaque pilatiano

También he hecho algunas pateadas por el monte aprovechando que un compañero de trabajo tiene un grupillo que sale por la Pedri los miércoles. Al final salían unas 3 horas de pateo a buen ritmo en plena naturaleza que sentaban de maravilla. Aunque la última vez que fui hace unas tres semanas en La Barranca nos hizo viento, frío, lluvia y hasta nos nevó!. Toda una experiencia...

En la foto no se aprecia pero estaba nevando en la Barranca!! casi en junio!!!

Total, que al final me sale de “entreno” entre 50’ y 1h30’ diarios (casi nunca doblo sesión, que tampoco hay que pasarse ;-), y si alguna vez no me apetece hacer nada, pues no lo hago, aunque tengo que reconocer que de estoy días ha habido muy pocos), lo que salen de media unas 8-9 horas semanales (a veces más) que no es moco de pavo y seguro que van a ayudar a que esté fuerte en el parto y a que pronto esté dando guerra de nuevo (aunque sin prisa, que habrá que ir con cautela), pero lo que ya hacen es que esté llevando un embarazo estupendo, con las endorfinas a tope y disfrutando muchísimo de esta etapa tan bonita de mi vida.

Y con esto y un bizcocho… estamos ya en el tercer trimestre a menos de 3 meses del día D!!!.  Veremos qué tal se da el verano (que una vez catado, aunque solo haya sido 1 semana, ya os digo que será duro, que teniendo un horno interno, cualquier cosa por encima de 25ºC se hace muy cuesta arriba)… y sobretodo cómo es eso de animar en un Ironman con una panza de 7 meses, ¡glups!!. 

domingo, 2 de junio de 2013

Investigación

Cuando estás acostumbrada a ocupar gran parte de tu tiempo de ocio en el deporte y te quedas embarazada, casi lo primero que piensas es, ¿y ahora qué?, ¿qué puedo hacer y qué no?. Así que, ese día, como buena mente analítica, comenzó mi investigación basada en tres frentes:
 
  1) La consulta a mis ginecólogos (aún sabiendo que los médicos muchas veces no alcanzan a comprender del todo lo que significa “hago triatlón”… y menos según pasan los años y se va popularizando, porque eso puede significar un amplio abanico de niveles de dedicación)
 
  2) Las preguntas a mis amigas y compañeras igual de “vigoréxicas” que yo que han tenido a sus bebés sanos y preciosos y luego se han recuperado para seguir dando guerra en su deporte y ser un gran ejemplo para sus hijos y para todos (y esas mujeres, con permiso de los/as “pros”, son mi verdadera inspiración y contribuyen en gran modo a mi motivación)
 
  3) La información objetiva y científica que internet pone a nuestra disposición. Hablo de objetividad porque, aunque algún foro o blog te puede aportar grandes ideas, he intentado centrarme en artículos y libros (con la ayuda de Google Books, porque en España no hay mucha cosa).
 
  En la primera línea, lo que me dijeron los ginecólogos fue “tú sigue haciendo tu vida normal”. “¿Mi vida normal??.... verá, es que mi vida normal es un poco “extrema”…”, y es cuando les cuentas lo del triatlón y tal y sabes que tampoco están comprendiendo realmente lo que es y a lo que contestaron, “vale, sin matarte, con tranquilidad, pero tu vida normal”. Lo que, sinceramente, me dejó un poco fría. Cada vez que voy les sigo diciendo “y sigo haciendo deporte”, a lo que me contestan “ah!, muy bien, muy bien…”. Genial.
 
En la segunda línea de investigación… pues hay un poco de todo. Gente que en el embarazo paró completamente, otras que corrieron hasta que su cuerpo lo permitió, todas parecen coincidir en que en natación no hay problemas,… En fin, como cada embarazo es un mundo, pues es normal que cada una se adapte a sus circunstancias. Tengo que decir que el mío hasta el momento está siendo estupendo: ni naúseas (bueno, un par de semanas revueltilla estuve, pero nada que ni tan siquiera me impidiera comer y mucho menos vomitar), ni dolores, ni molestias, un poco de sueño en el primer trimestre pero sin que afectara a mi día a día (eso sí, en cuanto me sentaba en el sofá me quedaba frita),… vamos, de lujo.
 
  Y ya en la tercera, leas casi donde leas hablan de los múltiples beneficios del deporte en el embarazo, tanto para la madre (mejoras en la circulación y en la tensión arterial, menos dolores musculares, corrección postural, ayuda a controlar el aumento de peso, reduce la retención de líquidos, protección frente a la diabetes gestacional, disminuye las molestas digestivas, reduce el estreñimiento, reduce la fatiga, aumenta el bienestar, facilita las labores del parto reduciendo además el número de cesáreas, permite una mejor recuperación post-parto, etc) como para el bebé (además de que propiamente un mejor embarazo beneficia también al bebé, los bebés de madres deportistas son más "magros", demuestran mejores habilidades motoras en el primer año, se fortalece también  el corazón del bebé, etc),  siempre y cuando sea un embarazo sin complicaciones. Eso sí, en la mayoría de libros genéricos, cuando se meten en harina, el deporte significa 30’ de caminar diarios. ¿En serio?, eso no es que para alguien como nosotros no signifique deporte, sino que ni siquiera podríamos cuantificarlo como “descanso activo”. Lógicamente esto está pensado para gente normalmente sedentaria, así que hay que investigar un poco más, porque es obvio que el criterio debe ser diferente según el nivel de partida.
 
Lo primero que hace es buscar en la bibliografía patria. Y aquí no hay mucha cosa en cuanto a estudios y demás. Algunos artículos en Runners, Sportilife o similar y poco más (aunque lo que hay, bien está, que hay que tomarlo en consideración). Pero cuando pasas a USA, lo del deporte en el embarazo es algo tan extendido que, no solo hay miles de artículos y múltiples libros orientados a ello, sino que hasta puedes encontrar ropa de deporte especial para embarazadas!! (http://www.fitmaternity.com/) (esto aquí sería impensable).
 
Y ya como empieces a mirar blogs o foros te encuentras mujeres con unos bombos impresionantes corriendo carreras (hasta de medio maratón) e incluso triatlones, que a mí eso ya me parece una locura por lo peligroso del asunto (golpes en la natación o posibles caídas en bici), así que ni tanto ni tan calvo, pero está claro que allí está visto como algo normal y natural, mientras que aquí tendríais que ver las caras con las que me mira la gente cuando voy yo tan pichi trotando con mi panzota por el parque…
 
 
 
 
  Así que, con toda esta información y siempre siempre escuchando a mi cuerpo, me dispuse a pasar mi embarazo disfrutando de lo que para mí es una vida normal, que es además la que he elegido y me hace feliz. Pero los detalles, serán en el siguiente capítulo ;-).

miércoles, 15 de mayo de 2013

Esperando

Retomamos el blog que había quedado relegado para las crónicas de competiciones y poco más (que, teniendo twitter, el día a día es mucho más sencillo compartirlo), aunque esta vez sea para un objetivo bien distinto… o no, porque al final se trata de la competición más importante de nuestras vidas y seguro que nuestra meta más dulce.

Y, como diría si habláramos de un IM, ya estamos en la Semana -18 :-).
 
  


Y como este es un blog de triatlón, que para eso se creó y para eso lo mantengo, no voy a hablar ni de cunas, ni de carritos, ni de nada similar, sino de deporte, de lo que es nuestra forma de vida y de lo que seguro que seguirá siendo una parte importantísima de ella porque, además de padres, no dejaremos de ser personas, de ser nosotros mismos, con todo lo que ello supone.

Y es que, cuando la feliz noticia se hizo realidad en forma de rayita en un palito de plástico, te planteas, y ahora, ¿qué puedo hacer y qué no?, ¿puedo correr?, ¿puedo montar en bici?, ¿puedo hacer trx o abdominales?. Está claro que lo hecho, hecho estaba, y, sin conocer aún mi estado, corrí una San Silvestre Vicalvareña en la que recorté 3’ mi tiempo del año anterior en el mismo circuito de 8km con la pretemporada recién empezada (“uhmmm, algo raro pasa aquí...”, pensé) y nadé en los 100x100 de Ciempozuelos oliéndome ya algo y cuidándome de no forzar más de la cuenta por si acaso, pero haciendo mejores tiempos en los cienes que años anteriores aún con eso.

Pero ahora ya lo sabes… ¡¡y en 4 días vuelo a Lanzarote al Campus Triatlonchannel!!. Afortunadamente allí estaba el jefe, Jaime, al que tuve que decírselo sin haber ni ido al médico aún, así que me excusó de apalizarme entrenando ;-) (y, aún así, el primer día se nos fue de las manos y estuve 104km pedaleando en más de 4h15’ por aquellas carreteras en las que nos hizo calor, viento, luego nos jarreó, nos quedamos Sergio y yo solos por los dichosos pinchazos y pasamos más miedito de la cuenta…. menos mal que al final no pasó nada y llegamos los 3 sanos y salvos).

 

Y, a partir de ahí, comenzó la investigación sobre qué hacer y qué no teniendo en cuenta que mi prioridad era que le viniera bien al bebé y, después, que me viniera bien a mí, tanto para pasar mi embarazo lo mejor posible como para facilitar mi recuperación posterior que, mi idea, es volver poco a poco al tri, según vaya viendo, sin prisas, pero al final nos encanta y forma parte de nuestra vida también, así que pretendo ser una trimamá en toda regla y cruzar muchas metas con mi nenita en brazos :-).

Como sabréis las que habéis pasado por esto, la información es muy poca, y menos en España. Todo el mundo nos trata como si estuviéramos enfermas y hablan de estarse quieta y descansar… ¿pero por qué tengo que descansar si no estoy cansada?. No se trata de ponerme a hacer series ahora, pero de ahí a estar en el sofá con las patas en alto... Claro que cada embarazo es un mundo, y cada una tenemos que tener en cuenta nuestra situación, si hay complicaciones, antecedentes, cómo van saliendo las pruebas y, sobretodo, cómo nos encontramos. Escuchar a nuestro cuerpo que ahora habla por dos es fundamental. Y por supuesto consultar todo con nuestro ginecólogo o matrona que son los que conocen nuestro estado particular por si tuviéramos que tener alguna precaución especial.

 
Con nuevas circunstancias hay que hacer algunos ajustes... entre ellos un "bikefitting" ;-)

Así que en las siguientes entradas os iré contando las cosas que he aprendido después de leer mucho y también mi experiencia, lo que voy haciendo y cómo me voy encontrando, por si a alguien pudiera servirle de referencia en un futuro, que al final es uno de los propósitos de este blog (además de servirme a mí misma como recordatorio, claro).