viernes, 29 de febrero de 2008

Groguis Anónimos

Lo reconozco, no me avergüenzo: me llamo Esther y me duermo en las reuniones. Sí, como lo oís.

Pero no hablo así en sentido figurado, no. La cosa es que siempre me ha costado mantenerme despejada, por ejemplo, en las clases de la universidad después de comer, o en el cine si la peli es muy tarde o esas cosas. Pero no me refiero a esto. Me refiero a pasarlo mal, francamente mal, a perder el control completamente. Y en los últimos años esto va a peor.


Una cosa es dar cabezadas en una clase con 50 mesas más, protegida por la muchedumbre, y otra cosa es hacerlo en una reunión con 5 personas más. Cuando tengo reunión o charla en la que no participo activamente, sino que voy como oyente, y dura más de 20 minutos paso auténtica vergüenza.

Los párpados empiezan a caer, la cabeza me pesa 30 kilos, lo que estén diciendo se transforma en un sonido monótono e inteligible pero tremendamente hipnótico. Comienzo a cerrar un ojo, para que descanse, y cambio al otro. Ya no estoy allí, estoy flotando entre las nubes.

En más de una ocasión incluso he tenido que simular una llamada al móvil para poder salir al baño a lavarme la cara con agua helada y poder así aguantar otros 30 minutillos. En la reunión que tuve el pasado martes, justo después de comer, con luz tenue y un montón de diapositivas sobre la metodología de gestión de proyectos aeroespaciales, creo que llegué a dormirme. No sé si 2 segundos o más, pero tras múltiples intentos de mantener los párpados abiertos, desperté con la curiosa sensación de estar demasiado despejada. Espero que no se notara mucho.

Lo sé, esto es muy poco profesional, pero os aseguro que no puedo evitarlo!. Qué mal se pasa cuando entras en el bucle de la somnolencia…

miércoles, 27 de febrero de 2008

Mi maltrecho cuellecito

Como os comenté, el lunes tuve cita con la fisio-osteópata. Era la primera vez que iba (al fisio ya había ido más de una vez, pero no a un osteópata) y fui con toda mi ilusión gracias a que una doctora me dio esperanzas. Me dijo que mi rectificación cervical era reversible, que un osteópata podría devolver la curvatura a mi cuello con varias sesiones, que terminaría devolviendo mis vértebras a su ser y, que así, se acabarían los dolores.


Pero no. Resulta que eso es imposible, que toda mi vida tendré que cargar con ello y que lo único que se puede hacer es tratar de que no vaya a más y descargar mi espalda cuando esté muy cargada. Tras ver las radiografías y estar de acuerdo con lo que ya se me había diagnosticado, una rectificación cervical a lo bestia, tanto que ya no es que sea recto, sino que tengo la curva invertida, se puso manos a la obra y, al menos, me descargó bastante la zona y equilibró algunos puntos, dejando la parte baja de la espalda para la próxima sesión, que va para rato.

La cuestión es que me comentó que ya la tendría rectificada antes del accidente de bici que me produjo es esguince cervical y que éste, lo que hizo, fue agravarlo, pero ya venía de antes. Por suerte no he vuelto a tener vértigos, aunque me dijo que podrían volver en algún momento, y a eso sí que le tengo miedo. El dolor solo es dolor, no hay más problema, ni me impide hacer mi vida ni entrenar con normalidad, así que todo es cuestión de aguantarse y ya está, aunque sea un fastidio tener dolor cada día, pero es soportable y, gracias a la natación, está bastante controlado, porque mi cuello tiene una buena musculatura.

Bueno, dejando de lado las pupitas, como no podría ser de otra forma, antes de ir al fisio-osteópata, tocó entrenar. Tocaban cuestas y tuve que hacerlas solita, en el Parque Central tricantino, en nuestra ya conocida cuestaza. 15x150 m de cuestas seguidos de 15’ a ritmo alegre y algunas cuestas abajo para terminar. Y he aquí la sesión:


Durillo, ¿eh? ;-) (nótese que mi umbral anaeróbico es 172 ppm). Sergio no entiende cómo puedo subir tanto las pulsaciones en cuestas tan cortas. Cuestión de la gravedad, supongo, que es mi mayor enemiga.

Y ayer, tras una sesión cortita de técnica piscinera, tocaban multitransiciones en el velódromo. 2 bloques de (4km bici+800m carrrera+4 km bici) seguidos de 3 bloques de (800m bici+400m carrera+800m bici), las primeras a buen ritmo y las últimas fuertecillo. El tostamiento fue de traca y hoy tengo las piernas como palos. Da gloria ver cómo va la gente en bici… y da pena verme a mi rodando en el llano, que me falta potencia por todos lados y me sobraban las agujetas de las cuestas del lunes, pero es lo que hay. Que haya puntos para mejorar es lo que hace esforzarte cada día, ¿no? :-).

lunes, 25 de febrero de 2008

Y otra semanita natural

Termina una semana más (semana natural, no de entrenamiento, que ya sabéis que las nuestras son de viernes a viernes) y siguen sin salir muchas horas a pesar de que nos apalizamos a base de bien. Esto es porque, por el tiempo y el horario, no salimos más que un día en bici, sustituyendo el resto por rodillo, y esto disminuye un poquitos las horas de entreno aunque digamos que son equivalentes.



Esta semana han salido unas 13 horas y media, que tampoco está mal, aunque no hace justicia al cansancio que tenemos que hizo que el viernes nos quedáramos dormiditos en el sofá durante más de 1 hora, claro que el jueves fue de traca. Tocaron 30’ de rodillo con 20’ de trotecillo en transición y, después, directos a la pisci donde terminaron de rematarnos a base de remadas, ejercicios con gomas, fondos y flexiones varias seguidas de series de 100m y, para terminar, un fartlek que ya conocéis gracias al exagerado de Sergio y su relato sobre Aquagirl ;-). Tampoco fue para tanto… un fartlek-locomotora en pirámide resultando 1200m a una media de 1’37”/100, que para un fartlek está más que bien… qué gusto da cuando te enganchas al momentum aunque sea a ratitos!

El viernes, después de la siestecilla reparadora, pisci otra vez para, en esta ocasión, realizar un trabajo de apnea y de resistencia al lactato, que consistió en 3x100 rec/10” con alta cadencia + 500m con amplitud + 3x100 rec/20” con alta cadencia. Una paliza aunque, contra todo pronóstico por lo acelerada que me dejaron los primeros cienes, el 500 salió en 7’40”, a 1’32”/100 tirando yo de mi misma ;-), así que de lujo!.


En previsión de la lluvia del domingo, decidimos salir en bici el sábado, con mucha pena por perdernos la sesión de natación triatlética :-(, pero para 1 día que salimos en bici a la semana, no podemos perdérnoslo. Nos juntamos con Marta, Nacho y Martin y completamos 100km (¡¡¡!!!) en 3h40' que incluyeron 4x10’ rec5’ al 85%, aprendiendo a rodar en llano fuerte, acoplada y tirando de plato, que falta me hará en el Europeo. Sé de alguien que acabó fundidito con las series intentando perseguir a Martin…. ;-). Rematamos la vuelta a casa con algunos ataques de Nacho que se aprovechó de nuestra debilidad para darnos caña… ¡malvado!! ;-).

Y, el domingo, con la esperada lluvia, sesión de 50’ de rodillo, seguida de 30’ de trote alegre (a 5’12”/km) y un poquito de pisci, que si no se mete en el agua a menudo, ya sabéis que a Aquagirl le fallan las energías… ;-)

jueves, 21 de febrero de 2008

Machacas



No tenía pensado escribir hoy, que dos días seguidos de mis historietas seguro que os provoca indigestión a más de uno ;-), pero tengo que autoconvencerme de que la sensación de carga que tengo en todo el cuerpo no solo está justificada, sino que seguro que se traduce en algún segundillo menos cuando empiecen las competiciones.

El lunes tocaba entrenamiento suavecito, como suele ser habitual, así que tocó un poquito de pisci, enfocando el trabajo a técnicas de agarre (estoy intentando cambiar esto y la verdad es que se me cargan bastante los brazos, hombros y pectorales, pero creo que avanzo más) y visita al gim para 2 ciclos de fuerza-resistencia con algunas dominadas (con contrapeso… es más, con 60 kg de contrapeso, que si no no subo!) y sentadillas con carga de regalo. Vamos, que terminé fuertota fuertota ;-).

Robado del blog de Jaime Vigaray ;-)


El martes, milagrosamente nos dio tiempo hasta a dormir una pequeña siestecita (¡oh!¡milagro!... aunque la desventaja de esto es que me toca hacer la compra el viernes con el súper petao :-( ) y luego fuimos al parque del velódromo de Alcobendas a un supuesto entrenamiento de cuestas. Pero todo estaba embarrado, así que se suspende el entrenamiento. Ángel nos dio permiso para descansar, que conste, pero ¿cómo vamos a descansar en una semana de carga?. Al rodillo pues. 40 minutillos viendo el partido y gracias, que es tarde ya.

Y ayer, ¡ay, ayer!. Ángel nos había dicho, palabras textuales: “trotad un poco antes de la pisci, pero sin machacaros”. Pero claro, teniendo un novio machaca con cargo de conciencia por haberse perdido el entrenamiento clave de carrera el día anterior, pues eso no es factible. Así que hala, a una de las super-cuestacas del Parque Central a recuperar entrenamiento: 15’ trote + 15x150m cuesta recup. trote bajando + 15’ carrera continua rapidita (165-170 ppm) para transferir + 3x150m cuesta abajo + 10’ trote a casita. Un infierno, os podéis imaginar.



Así que, merienda y con los gemelos como bolas, rumbo a la piscina, donde Raúl, el mister acuático, casi termina de rematarme. Calentamiento + remadas + locomotora (25f-25s-50f-25s-75f-25s-100f-25s y repetición en descendente en 10 minutos y pico) + un montón de series de 50m + sal de la pisci + remadas con gomas o tríceps o flexión pectoral) + 10x100 c/2’ empezando a 1’25” y petando a 1’27” saliendo escalonados cada 5” con Jesús y Jaime Salvador (y, aunque salíamos separados, se notaba cuando ibas primero, uffff).

Vamos, que casi me tienen que sacar de allí con grúa. El cuerpo estaba (y está) completamente dolorido, pero hay que ver qué gusto da cuando entrenas duro y sale bien!.

miércoles, 20 de febrero de 2008

Carrerus interruptus

Bueno, como os conté el lunes, el sábado tuve que incluir en mi supuesto entrenamiento de carrera continua algunas pequeñas paraditas forzosas en contra de mi voluntad, por lo que los 6,5 km fuertecillos (a unas 165 ppm) que quería hacer como bloque central se quedaron en 4+0,5+0,5+ vuelve a casa como puedas.

No pasaría nada si esto solo me hubiera ocurrido el sábado, o algún otro día más pero, por desgracia, últimamente, el 80% de mis sesiones de carrera a pie incluyen algún tipo de carrerus interruptus.

¿Y esto por qué?, y ojito porque me voy a poner escatológica así que no sigáis leyendo si queréis tener una imagen angelical e impoluta de mi persona, porque, parafraseando a Sergio Bellido, la necesidad de genuflexión se torna imperiosa. Y, como me niego a andar genuflexando por ahí, pues lo que hago es pararme, andar un ratito, para adelante y para atrás, y vuelta a intentar correr, algunas veces con más éxito que otras. Así que en vez de carrera continua, últimamente lo que hago son los famosos cacos (que ojo con la palabrita que en este contexto viene que ni pintada).


Y así es, día tras día. Pero sé por qué es, lo tengo claro. Todo viene por el hierro. Mi eterna anemia ha sido tratada a lo largo de los años con un montón de variedades de hierro: ferrogradumet, ferosanol, tardiferon, etc y todas, absolutamente todas me han sentado mal al estómago, así que acababa dejándolas y volver así a mi sempiterna anemia a la que ya estoy más que acostumbrada. El tratamiento que tomo ahora y que tendré que tomar durante al menos 4 meses más se llama Kilor. Este tiene la ventaja de que lo puedo tomar después de comer, no en ayunas como los otros, por lo que es menos agresivo para el estómago. Pero aún así lo noto. Y lo noto de esa manera tan desagradable.

Así que tengo dos opciones: o dejo el hierro y vuelvo a mi estado anémico o salgo a correr con pañales (que, por cierto, no deben quedar muy bien debajo de las mallas), pero algo tengo que hacer, que así no hay quien entrene. La verdad es que en la piscina también me pasa, pero eso suele tener fácil solución, pero corriendo…




Siento la escatología, pero tenía que desahogarme. ¿A alguno más os pasa algo parecido con el hierro?.

lunes, 18 de febrero de 2008

Finde movidito

Los fines de semana ya sabéis que siempre son moviditos… y este no iba a ser menos, así que de todo ha habido.

El viernes salimos a trotar 30 minutillos más asustados que otra cosa por lo que vendría después en la piscina. Y con arazón. 4x200 + 8x100 + 4x200. Primer bloque a pies de la lancha motora de Patri en 3:00. El segundo bloque comenzó a pies también, aunque al final me descolgaba un poquillo, a 1’27”, y las últimas series tirando ya de mi misma al mismo tiemo. El último bloque, aunque se supone que tenía que ir a pies de Samuel, otro nadador, pues no me duraban los pies ni 15 metros, así que sola solísima haciéndolas en 3:00-3:02 que, para servidora, no está naaaada mal. Y eso que pensé en retirarme después de los cienes, pero conseguí terminar (no gracias a la lamentable técnica con la que nadaba, sino por purita fuerza bruta)

El sábado, 12h después de la sesión del viernes, de nuevo a la piscina, pero para una sesión de técnicas de triatlón. Persecuciones, nado en grupo, mamporros, salir y entrar al agua, juegos con pelotitas, atravesar las corcheras,… vamos, divertidísimo. Eso sí, acabo siempre con las piernas llenas de moratones :-P.

Y, por la tarde, 50’ de carrera continua rapidita. Pretendía hacer un bloque principal de unos 6 km fuertecillo, pero se quedó en 5km. Bueno, en realidad fueron 4+0,5+0,5 por un par de paradas “técnicas” en contra de mi voluntad… ya os contaré. Eso sí, mientras puede correr, iba a ritmo de 4’40”/km, que para mí, entrenando, no esta nada nada mal. Y encima Sergio me dijo que se me veía buena pinta, buena zancada, así que genial (a pesar de los problemillas).

Y, el domingo… uffff, el domingo. Decido que esta vez no iré a Soto sola, que parece que el grupo no ha ido demasiado fuerte las últimas semanas. ¡Maldita la hora!!. No sé qué prisa tenían pero os aseguro que casi me da algo… ¡¡qué agonía!!. Menos mal que no era la única que iba sufriendo y, casi llegando al cruce de Soto, nos descolgamos unos cuantos, así que a intentar engancharles camino de Soto.

En ese momento les odio, les odio mucho. ¿Cómo pueden ir a este ritmo con tanta facilidad?. Claro, que luego piensas que los que van tirando de la grupeta son Jaime Salvador y creo que Platero, dos “mindundis” del mundo triatlético, y lo entiendes todo. Eso sí, mi odio hacia esos portentos ciclistas se vió mermado por un creciente odio a mi mecánico por venderme como buenas un par de cubiertas que han hecho que pinche por 5ª vez en 2 meses!!. Así que cambio cámara, veo que algo no va bien, libero a la mini-grupeta de descolgados del rollo de tener que esperarme más (pobrecicos… ¡gracias chic@s!) y decido volver a casa sola. Y, de camino, como no, vuelvo a pinchar, así que vuelvo pinchada, dando aire de vez en cuando, y a la velocidad del caracol.

Así que: primero, me compro ya las Armadillo (espero que no sea verdad eso de que lastran mucho, porque como para seguir a estos locos si no); segundo, le lanzo a la cara las otras cubiertas a mi mecánico; tercero, cambio de mecánico; cuarto llevo las ruedas a revisar por si acaso tienen algo. A ver si consigo dejar de sacarme el Máster de cambiar cámaras…

viernes, 15 de febrero de 2008

Descarga cargada

Hay muchos tipos de semana de descarga: las que reduces la intensidad, las que reduces el volumen y, como es esta, en las que se orienta el trabajo a la técnica.

Eso hace que haya sido una semana divertidísima, con un montón de elementos nuevos en el entrenamiento. Muchas veces los triatletas, en nuestro afán de machaquismo, nos ceñimos a correr, pedalear o nadar sin más, y todo lo que se salga de eso parece que es tiempo perdido. Pero es triatlón está tan lleno de matices, que cualquier cosa que simule situaciones reales de competición, haga nuestra técnica más efectiva o reactive nuestros reflejos causa un efecto positivo en nuestro rendimiento.

Así, el lunes y el martes nos centramos en la técnica de carrera. Saltos con la comba, técnica en cuesta, fortalecimiento de tobillos, eficiencia de zancada, aceleraciones, pisada de metatarso,… todo ello aderezado con algunas trazas de carrera rapidita para fijar el gesto técnico. Y esto, aunque supuestamente esta semana es para descargar, lo que ha hecho es cargar mis músculos a base de bien. Y es que el camino para conseguir una buena técnica de carrera no es sencillo.





El miércoles, después de pasar más de una hora y media en la piscina para hacer 3500m en los que 2000 eran de técnica (que hay que ver lo lentos que se hacen) en dos bloques separados por un 10x100 c/2’ (en progresión de 1’33” a 1’29”), decidimos que teníamos que aprovechar para dormir y pasamos la sesión de rodillo al jueves.

Y así lo hicimos, así que ayer nos tocó sudar sobre la máquina infernal antes de ir a la piscina para una sesión de fuerza, que incluyó trabajo con gomas intercalado entre largos con algo de punto muerto, remadas y tuba (así que había que estar entrando y saliendo de la piscina, lo que también carga bastante aunque no lo parezca), rematando con un 400 con palas que salió en 6’05”. Esto marcha…

Y hoy, notando un hinchazón importante en los músculos que supuestamente tendrían que estar descargados, comienza la primera semana de carga de un bloque de tres (es que somos así de originales, que nuestras semanas empiezan en viernes ;-)). A ver qué tal la aguantamos…

miércoles, 13 de febrero de 2008

Numeritos: la cruda realidad

No creo que os pille de sorpresa si os digo que me gustan los numeritos. No es que me obsesionen, pero creo que la mayoría de cosas tienen una base científica que puede explicarse con una fórmula o una gráfica. Y las cosas triatléticas no van a ser menos.

En realidad esta vez no ha sido cosa mía, sino de Sergio, al que le gustan estas cosas aún más y no ha podido contenerse… todo sea porque me tiemblen las canillas desde ya.

Estas tablitas van especialmente dedicadas a esos que decíais que “tenía chupado eso de clasificarme en élite” ;-). Pues ahora vais a ver que no es que no lo tenga chupado, sino que es chungo chungo.

La hipótesis de partida es suponer un nivel igual al del año pasado en el Élite de la Casa de Campo y ponderar esos resultados a la distancia olímpica. Se pondera multiplicando por 2,08 el tiempo de natación y por 1,05 cada vuelta de bici tomando la media del año pasado y llevándolo a 8 vueltas.

Así se van sumando los tiempos (parciales en negro) y nos da el tiempo total de carrera en cada paso por boxes de cada vuelta de bici (columnas en rojo) de manera que, cuando ese tiempo es mayor que el que llevaría la primera clasificada en su siguiente vuelta, se supone que te ha pillado.

Es más, como la primera clasificada del año pasado era una máquina australiana que rompió la carrera (tiene nivel de Copa del Mundo), hemos tomado dos supuestos. Que la primera clasificada de este año tenga el nivel de la australiana (celdas de las dobladas marcadas en amarillo = caso peor) o que tenga el nivel de Ana López (celdas de las dobladas marcadas en naranja = caso mejor).

Y este es el resultado:


Es decir, bajo estas hipótesis, una maquinota al estilo de la australiana me pillaría en mi 5ª vuelta (a mí y a otras 10 antes de terminar la prueba) y una del nivel de Ana López me pillaría en mi 6ª vuelta (y a otras 7 antes de terminar).

Para intentar que en el caso peor no me doblaran, tendría que mejorar mi tiempo de natación +7 vueltas de bici en unos 4 minutos. Si estoy atenta en la natación cogiendo buenos pies creo que podría estar en 2’ menos de lo que estima la tabla. Ahora habría que quitar al menos 2’ a la bici...

Vamos, que la cosa está muy complicada. Por suerte espero estar mejor que el año pasado y tener alguna posibilidad al menos, que por eso es por lo que luchamos, ¿no?.

P.D.: Como ya teníamos la tablita hecha, también hay una hipótesis basada en un circuito de 6 vueltas (como será en Ferrol) tomando como referencia esos tiempos de la CdC de 2007… ¡¡¡y en ese no me pillan!!! :-)))).


lunes, 11 de febrero de 2008

Bailoteos y figuras

Una vez me contó Ruth que le habían dicho que nadar es cuestión de ritmo y de coordinación, como si de bailar se tratara, así que a lo mejor tendríamos que aprender a bailar para luego trasladar eso a la natación. Pero resulta que no es sólo la natación… el triatlón es lo mismo y, como muestra, este vídeo (dedicado a Ruth por su re-piñazo :-( ):


El vídeo lo he sacado del blog uno de los grandes: Simon Whitfield que creo que es uno de los triatletas a tener más en cuenta para el podium de este año en el Mundial. Nuestros chicos tendrán que estar muy atentos, porque puede repetirse el “efecto Unger” y Whitfield puede dar la sorpresa, que jugando en casa tiene muchas papeletas.

Por si esto fuera poco, Whitfield tiene a Javi en sus pensamientos en cada entrenamiento. Siempre con admiración, siempre con respeto y teniéndole como la referencia para cada sesión. Creo que además este sentimiento es mutuo.


En una entrevista a Whitfield que leí hace poco (no encuentro el link pero, si estáis interesados, puedo seguir buscándolo) se me quedó grabada una cosa que dijo respecto a Noya muy curiosa. Comentaba que antes el triatlón era diferente. Los triatletas tenían sus debilidades y sus fortalezas y compensaban unas con otras, de manera que, según se diera el día, podían tener buenos resultados de esa forma. Es decir, alguien muy fuerte en natación podría sacar la suficiente ventaja como para mantenerla durante el resto de carrera y hacerse con la victoria. O alguien más flojo nadando podía compensar esa desventaja remontando en bici o a pie. Pero, desde que llegó Javi, todo cambió. Él es tan fuerte en las tres disciplinas, tan perfecto, que si quieres pensar en hacerle frente no puedes obviar tus debilidades compensándolas con tus fortalezas, sino que debes luchar por superar esas debilidades y convertirte también en un triatleta lo más completo y equilibrado posible porque, si no, no tienes nada que hacer.

Espero que Whitfield siga fortaleciendo su “debilidad” y podamos ver un emocionante mano a mano en Vancouver 2008.

P.D.: en el plano personal, ayer rodamos 93 km (3C-Soto-Cerceda-subida a la presa Becerril y vuelta) a casi 29 km/h de media contando tramo urbano y 3C-Soto solita con asombrosa facilidad. Por suerte así compenso la penosa sesión natatoria del sábado y la aún más penosa sesión de trote post-comida...

viernes, 8 de febrero de 2008

Fluyendo

Leía hace un par de días en el blog de Clemente Alonso algo sobre el “flow que, según sus palabras es “momento en que vamos como en un túnel, corriendo rápido como nunca antes, sin oír nada, con una técnica cojonuda, la piel de gallina y un silencio total... en un estado que roza lo que debe de ser la mística”.



En mi estado habitual de lloriqueo le dije que nunca había sentido algo así, que yo solo sentía el rozamiento constante con los elementos. Y es la verdad, aunque también es verdad que, entre esos días, siempre hay algunos en los que te sientes especialmente bien o ligero o deslizante, en los que parece que tu coeficiente de rozamiento se ha reducido mínimamente y eso siempre es un gustazo. No creo que llegue a flow, así que vamos a dejarlo en flowito.

En competición recuerdo algunos flowitos… la natación del último Pálmaces metidita en un grupo genial, la bici de Gijón (a ver, como para no fluir cuando se lleva la moto delante) o de Úbeda (aunque más que fluir, ahí me lo pasé pipa) o la carrera a pie del mundial de Hamburgo. También es verdad que es más fácil fluir en competición que en los entrenamientos, que por lo menos no tienes las piernas como palos después de la semana de tapering.

Pero a veces, no sabes por qué, te sientes especialmente bien en algún entreno. Esto ya es más flowitín que flowito, pero sabe a gloria. Pues ayer fue uno de esos días. Nada lo hacía presagiar, seguía con mis agujetas, totalmente cargada, inflada por el gimnasio. Salimos a trotar 38 minutillos que, por el Parque Central tricantino con sus cuestacas, trae irremediablemente la consecuencia de acabar con los gemelos cargados, por bajo que sea el ritmo. Merienda, coche a Alcobendas, un poquito más de gimnasio en fuerza máxima y a la piscina, con muy poquitas ganas de meterme en remojo.

Raúl, nuestro mister acuático, siempre nos sorprende, nunca sabemos lo que tocará. Y ayer tocaba alegría. Técnica de remadas mezclada con nado rapidito, intercalando dos bloques de 10’ al 85% (como yo no entiendo muy bien esto de los porcentajes, lo asimilé como bastante rapidito). Pues creo que salieron a 1’35”/100 (vale, perdí la cuenta, pero me tomé como referencia un 100 y, haciendo cálculos, diría que ese fue el ritmo medio), que está más que bien, pero lo importante fueron las sensaciones.



Me fijaba en la técnica, tratando de pulir dos de mis fallos más notables (codo derecho alto y rolido). Trataba de mantener una batida de pies no muy fuerte pero sin parones. Y todo fluía. No me costaba avanzar, me sentí como deslizando por la superficie, flotando por encima del agua, enganchada al famoso “momentum” sin soltarlo en ningún momento (e incluso estuve haciendo volteo, que estaba sola en mi calle y nadie corría peligro de que saliera ladeada y le diera un cabezazo). Una pasada, un placer. El segundo bloque de 10’, ya al final de la sesión, no fue tan brillante, pero las sensaciones fueron muy muy buenas también, aunque ya con el cansancio, la técnica se resiente y tiene que nadar más “por fuerza bruta”.


Son de esos días que terminas el entrenamiento con una gran sonrisa, orgullosa del camino y sintiendo que la meta está un poquito más cerca.

miércoles, 6 de febrero de 2008

Hierracos

Como ya os he comentado muchas veces, este año, con nuevo equipo y nuevo mister, nuestra manera de entrenar ha cambiado bastante. Cuando estás acostumbrado a una serie de rutinas, el cambiarla siempre cuesta, porque no tienes muy claro el objetivo de lo que estás haciendo y, sobretodo, no sabes cómo reaccionará tu cuerpo. Esto es normal al principio y, según avanzan los meses, nos vamos acostumbrando poco a poco, aunque aún quedan cosas por descubrir.

Una de las novedades son las semanas específicas, esto es, semanas en las que nos centramos especialmente en una de las disciplinas o algún otro aspecto. Obviamente no abandonas el resto, pero sí que se presta más atención al desarrollo de esa disciplina o aspecto del entrenamiento.

Esta semana es semana de fuerza, esto es, la palabra “gimnasio” aparece por doquier en el excel con la planificación semanal. El domingo fui al gimnasio, el lunes gimnasio, ayer gimnasio y el jueves gimnasio de nuevo. Pero esto no es todo. Esta vez no se trata de sesiones de fuerza-resistencia, no. Esta vez hay que levantar hierros a lo bruto, casi con fuerza máxima. 2 series de 3-5 repeticiones, sesión de carrera rapidita (30’ progresivos el lunes y 4x5’ r/1’ ayer) y vuelta al gimnasio a repetir lo inicial.



Creo que, dicho esto, no os hace falta que os diga que me duele todo. Estoy inflada como un globo, mis brazos cuelgan de mis hombros como si fuera una especie de culturista y tengo agujetas por todo el cuerpo.

Además, como reflexión tras ver la manera que estoy teniendo de petar en las series que ya empezamos a hacer (siempre voy de más a menos, justo al contrario de lo que se supone que hay que hacer), tengo que comunicaros que necesito un pulsómetro. El mío se ha vuelto loco, así que no lo uso y me muevo por sensaciones… y las sensaciones tienden a engañarme con suma facilidad. Al principio las sensaciones son estupendas y piensas que aguantarás perfectamente ese ritmo… pero luego tu cuerpo te dice que tururú mientras va cayendo en picado. Me hace falta un elemento que esté más cercano a la objetividad y que no me engañe… y ese es el pulsómetro.

Para los rodajes nunca lo he usado, pero para los ritmos controlados siempre ha sido mi fiel compañero. Siempre mirándolo, siempre obediente, sin salirme de sus rangos, sin dejar que nada ni nadie me influenciara para escapar de sus límites. Sé que muchos os movéis por sensaciones y os va bien. El problema es mío, que tal vez no lleve lo suficiente en esto como para conocerme y controlar mis propias sensaciones. Se inicia así la búsqueda de un nuevo compañero de fatigas que ayude a mi corazón sin perjudicar mi bolsillo...

lunes, 4 de febrero de 2008

Mamás veloces

Después de leer el blog de Felipe en el que habla de una triatleta como la copa de un pino que además es una de las artífices de que eche los higadillos los domingos en las salidas en bici, se me ha ocurrido hablar de algo en lo que pienso muchas veces.

Ya hablé de las mujeres, de nuestros ciclos, de nuestras diferencias con los hombres (y más que se podría hablar). Ya sabéis que no tengo ni idea de biología, ni de medicina, ni de fisiología, pero hay algo que me llama la atención por la cantidad de casos que he visto, y que me da que pensar. ¿Qué les pasa a las mujeres cuando se convierten en madres que se vuelven más rápidas?

Una de estas mujeres es la Hawaiana Bree Wee que, en este último IM de Hawaii (siendo su primer IM), quedó 1ª chica de los Age Groupers y 13ª de la general, rompiendo además el record de la prueba amateur femenina (9:47). Entró en meta con el pequeño Kainoa. Antes de tener a su pequeñín, nadie hablaba de ella y lleva en el triatlón desde 2003 (anteriormente fue surfista) y ahora comienza a dar sus primeros pasos hacia el triatlón profesional (aunque su sueño sigue siendo ser chica-ITU pero, según ella, antes tiene que aprender a nadar… y hace las series de 100 a 1:05… angelito).



También de Hawaii es Rachel Ross, conocida por los hawaiianos como la Gazelle, y quedó 2ª Age Grouper después de Bree Wee con 9:56 y ha ganado unos cuantos triatlones en el camino (Chicago Triatlón, Strongman Japan, varios sprints y olímpicos,…)… ¡¡y con 3 hijos!!!.




En España también tenemos algunos casos. Algo que me sorprendió, porque estaba allí para verlo, es la soltura con la que ganó el triatlón de Cullera en grupos de edad Laura Ansorena, entrando en meta con su pequeñita en brazos. Perdonad, porque lo mismo es ignorancia por mi parte, pero desconocía la existencia de la pamplonica antes de ese día.

Y seguro que a muchos os ha venido a la cabeza Ana Casares, que si ya era veloz antes de ser mamá, ahora ya es una auténtica bala!!!


¿Y esto por qué será?. Aún sin tener ni idea, se me ocurren dos teorías diferentes, no por ello excluyentes:

- El cuerpo femenino, al tener que funcionar durante 9 meses manteniendo a dos vidas en vez de a una, se fortalece, convirtiéndose en una máquina mucho más eficiente. Además hay que tener en cuenta que estas mujeres no pararon de hacer deporte durante su embarazo, lo que facilita ese aumento del rendimiento.

- Las mujeres, al convertirse en madres, sufren algún tipo de cambio hormonal en su cuerpo que, entre otras cosas, eleva el umbral del dolor (pensando en términos biológicos, con el objetivo de ser más fuertes de cara a proteger a sus crías), lo que permite aumentar la capacidad de sufrimiento y, con ello, el rendimiento deportivo.

Es verdad que también puede haber otra teoría más simple que las anteriores y es que, con la maternidad, estas mujeres o bien dejan de trabajar o reducen su jornada, lo que les podría permitir aumentar su entrenamiento. Esto en algunos casos puede ser verdad, pero yo creo que ese salto cualitativo es demasiado abrupto como para deberse únicamente a temas puramente relativos horas de entrenamiento, así que creo en esta opción como complemento, pero no como causa base.

A ver si entre reunión y reunión saco algún rato para investigar más sobre este tema, que estoy convencida de que tienen que existir estudios al respecto.
P.D.: tranqui, Sergio, que aún no estoy tan desesperada para recurrir a esos métodos... ;-)

viernes, 1 de febrero de 2008

Resumen Enero


Es difícil hacer un resumen del mes cuando llevas 4 días totalmente parada y sientes el cuerpo tan blandito como si no hubieras hecho nada en todo el mes. Pero intentaré abstraerme y situarme 4 días atrás, cuando me las daba de feliz por haber aguantado esa kilometrada en bici a las velocidades que me llevan estos locos…

En general enero lo resumiría como “cogiendo ritmo”. Parece que va costando menos acumular y ya van saliendo semanas de 14-15 horas de entrenamiento a intensidades variadas (digamos que van desde “suave” a “alegre”, no llegan a ser intensas intensas aún… exceptuando quizá en la piscina).

En la natación los tiempos van bajando (o iban… habrá que ver ahora después de tantos días de secano) y las series a pies salen a ritmos más propios de plena temporada que de enero y eso, en natación, es muy buena señal. Seguimos metiendo mucha técnica, pero cada vez hay más entrenamiento de calidad para asimilar esa misma técnica.

En la bici, aunque tengo días mejores y otros peores, la verdad es que parece que la cosa va bien. Quizá ahí es donde veo un mayor margen de mejora, porque nunca hemos metido muchos kilómetros (al menos comparando con el resto del mundo) y este año va a haber un aumento de volumen y, por lo que parece, también de intensidad (aunque tampoco iba muy suave que digamos el año pasado persiguiendo a Sergio por las carreteras madrileñas…). Si hace 1 año me dicen los kms y las medias que me están saliendo a estas alturas, no me lo creería. Además, el entrenamiento de habilidad en el velódromo estoy segura de que me será muy útil.

En carrera a pie ya sabéis, un poco de todo. El petardazo del Pàris, el reencuentro con un atisbo de ligereza en un par de sesiones, el reventón en otras tantas,… mi caballo de batalla sin duda. Sigo pensando que mi camino hacia el “correr rápido” pasa necesariamente por el de “correr bien”, así que sigo dando importancia a la técnica y trato de pensar en cómo corro cuando corro.

Por lo demás, sigo metiendo al menos 1 sesión de gimnasio de fuerza-resistencia a la semana aunque a veces me cueste meterlo con calzador en la planificación y me afecte a otras sesiones, pero de momento me ayuda a sentirme fuerte para soportar las cargas (puede que sea psicológico, pero si no lo tengo, lo echo en falta). Abdominales sigo sin hacer nunca (solo en el gim)… tengo que poner solución a esto…


Entrenamiento diario


Volumen Semanal y Gráficas

(NOTA: Zonas Carrera: Zona2 = suave; Zona3 = medio;Zona4 = fuerte; Zona5 = muy fuerte-CompeticiónZonas Ciclismo: Zona2 = rodillo; Zona3 = suave; Zona4 = medio; Zona5 = fuerte-puertos-competición)

TOTAL ACUMULADO