lunes, 16 de septiembre de 2013

Dulce (y larga) espera

Si en el anterior post os hablaba del muro que noté a partir de la semana 30-31 del embarazo, ahora mismo puedo asegurar que el último mes, a partir de la semana 35-36, es aún peor.

El cuerpo ya está totalmente deformado y es entonces cuando, al menos en mi caso, han empezado algunos achaques: dolor en los lumbares si paso mucho tiempo sentada, un dolor bastante desagradable y constante en la pelvis y un pinzamiento en un nervio de la pierna izquierda que, cuando me arrea el latigazo, me deja coja. Vale, ya sé que esto es lo menos que te puede pasar cuando estás embarazada, pero habiendo pasado un embarazo tan bueno, la verdad es que se hace cuanto menos fastidioso.

Eso sí, aunque voy teniendo que hacer algunas adaptaciones, esto no me impide ni mucho menos moverme, que como ya he dicho más veces, si te paras, te anquilosas y ahí sí que estás perdido.

Así que ahí seguimos, con esos 1800-2000 metrillos piscineros unos 4 días por semana. Sigo teniendo sensaciones reguleras, pero nadando con el pull o con la tuba me apaño bastante bien y consigo no tragarme media piscina. Para los que os estéis llevando las manos a la cabeza porque normalmente todo el mundo habla de que las embarazadas no pueden nadar las últimas semanas por infecciones de orina, sigo nadando con el permiso de mi ginecólogo, que no ve ningun problema ni aún habiendo perdido el tapón mucoso. Y es que yo también pienso que en una piscina, que es básicamente agua con lejía, es cuanto menos dificil cogerse una infección.



En uno de los últimos días en la pisci veraniega con el bombo de casi 9 meses

Y con el rodillo lo mismo. No paso de 50'-60' porque me machaco los lumbares, pero con eso es suficiente para mover las piernas, activar la circulación y no perder la memoria neuromuscular, que imagino que luego lo agradeceré.

En cuanto a la marcha ya se va pareciendo más a caminar, porque la pelvis está dolorida y pasarme con el ritmo no hace sino empeorarla, pero sí que camino alrededor de 1 hora prácticamente a diario que, además, parece que eso ayuda a acelerar la llegada del parto (pero nada, ni aún así...). La elíptica, por desgracia, la he dejado aparcada hace un par de semanas por el pinzamiento del nervio de la pierna, que no ayudaba.


Y, por último, el pilates para barrigonas, que ahí sigo y seguiré hasta el último día, que como ya he dicho, creo que será de gran ayuda para el parto.

Y entre tanto movimiento y gracias a las restricciones de la diabetes gestacional, a pesar de que eso de engordar menos de 10kg en el embarazo me parecía una quimera, no he cogido más que 7,5kg desde el inicio hasta el término, lo cual sin duda contribuye a que me encuentre tan ágil (aunque siempre digo que no me hubiera importado coger un par de kilitos más si me hubiera podido comer un bollito de vez en cuando :-) ) y desde luego que lo agradeceré a posteriori (si consigo no desatarme después de tanta restricción, claro).

De espaldas no hay ni rastro de bombo ;-)

Y así seguimos en esta dulce espera 


que se está haciendo terriblemente larga (y que ahora, esos 10 días de más sobre mi primera fecha de parto prevista (que era el viernes pasado) que me pusieron después de las primeras ecografías, me parecen una eternidad), esperando que en breve la peque (a la que está claro que le va la marcha, porque está tan a gustito ahí dentro con la caña que le doy ;-)) tenga a bien salir para que los tres podamos comenzar nuestra vida juntos, que sus papás ya tienen un montón de planes en mente...