jueves, 27 de octubre de 2016

Crónica IM Kona 2016: Cap.1 - La previa

Bueno, 2 semanas han pasado desde que volvimos de vivir ese sueño que ha sido estar en Kona, 2 semanas para digerir lo vivido, ordenar pensamientos y valorar aún más lo que allí pasó. No sé si es mejor escribir las crónicas en frío o en caliente, pero el caso es que no he podido hacerlo antes y no quiero dejar de hacerlo, que luego me sirve a mí para no olvidarme de las lecciones aprendidas y rememorar instantes, pensamientos y emociones y seguro que también le es útil a alguien más que se plantee llegar o incluso ya esté a punto de hacer su sueño realidad.
 

Eso sí, para no mataros de aburrimiento, lo haré en varias partes.
 
El camino
 
No se puede negar que ha sido un año difícil. 1 Ironman en una familia con una niña pequeña ya es complicado. Imaginad 3: Sergio con su Texas y Zurich y yo con Kona. El puzzle ha sido tremendo, pero gracias a una buena planificación y organización familiar hemos podido al menos sobrevivir, que no ha sido poco.
 
Viendo el percal, al principio de temporada Jaime planteó una periodización inversa: una primera parte de la temporada centrándonos en un trabajo de poco volumen (porque fundamentalmente teníamos pocas horas) y alta intensidad (similar a lo que puede hacerse preparando una temporada de corta distancia en periodo competitivo) y una segunda parte enfocada a los ritmos de medio e IM y con un volumen acorde.


Estos son los datos del volumen. Quitando las 2 semanas de vacaciones, muy "doable", que dicen los guiris. Eso sí, la gráfica no refleja la intensidad... 
 
Como siempre, trato de cumplir con lo planificado en la medida de lo posible y, afortunadamente este año los virus de guardería han sido mucho más benévolos con nosotros y, como consecuencia, a partir de agosto siento que estoy en el mejor punto de forma de mi vida. Una vez más lo hemos vuelto a hacer. Reconozco que no ha sido fácil, porque estar haciendo series a fuego en la pista o en el rodillo cuando es marzo y estás fuera de forma o, las últimas semanas, en las que ya había volumen pero que “todos los días había fiesta” y había que cumplir en las series, hacer los entrenamientos sola y muchos con calor por la adaptación, es duro. Duro pero gratificante.
 
La previa
 
Con esa sensación de trabajo bien hecho y de tener la capacidad de poder hacer una  buena carrera viajamos a Kona. Algo que creo que fue un acierto fue viajar a Atlanta, de ahí a Seattle y hacer una noche y una mañana en Seattle, donde pude dormir en horizontal y trotar un poco por la mañana para desacartonar las piernas y dar un paseo antes del último vuelo a Kona. Es más largo pero yo creo que llegas mucho menos cansado que haciéndolo todo seguido.


Gracias a que no llegamos muy cansados, pudimos hacer los 3800m de la Hoala Training Swim 12 horas después de aterrizar
 
Creo que no puedo describir con palabras lo que se vive allí la semana previa al Ironman. La ciudad está tomada por los triatletas (que además están todos secos secos… ¡¡madre mía!! ¡¡voy a  aquedar la porras!!), que a todas horas puedes ver nadando en el Pier, corriendo por Alii Drive o pedaleando en la Queen K; no hay una zona de expo, sino que las marcas están distribuidas por todo Alii Drive con sus mejores productos y realizando múltiples actividades, dejándote probar sus productos o haciéndote regalos (en el stand de Felt me revisaron la bici y me cambiaron los frenos gratis! Y encima me regalaron una camiseta y unas pegatinas para la bici!); se respira puro triatlón en un entorno absolutamente maravilloso, en plena naturaleza.




 
Yo iba por allí con los ojos como platos todo el día, como si fuera un niño pequeño en Disney World. Puede que andar todo el día de acá para allá con ese calor y esa humedad te mine un poco las fuerzas, pero si volviera a ir, lo haría exactamente igual. Lo disfruté tanto…. Y acostumbrada a lidiar con el pequeño terremoto que es Iria, aquello era hasta relajado jeje.   

 
Waipio Valley
Waikiki
 
Escapada a la isla de Oahu

En los entrenamientos previos me encontré bastante bien y sentía que me estaba adaptando a ese clima, que no es poco. También pasados unos días empecé a dormir un poco mejor, que los primeros días costó adaptarse a las 12 horas de cambio horario.

Conociendo la Queen K con guía de lujo
El mítico Kona Aquatic Center
¿La undepants run cuenta como entreno? ;-)


 Hasta el ritual del registro y el check-in de material me pareció emocionante.

 
Con el jefe!
El único “pero” es que en la cena de los atletas me empezó a picar la garganta, al día siguiente aún más y la noche previa apenas pude pegar ojo con un dolor de garganta como nunca antes había tenido. Se cumplía el mayor de mis temores: estaba mala el día del Ironman. Pero es en ese momento cuando empiezas a tener que tirar de coco y tratar de darle la vuelta a los pensamientos negativos: “vale, estaba mala. Pero sé que la adrenalina hace milagros. Ibuprofeno y a olvidarse del tema”.
 
Continuará