Cuando la gente se entera de que competiré en Élite en Madrid suele tener reacciones curiosas. Unos me miran con extrañeza (“¿tú?, ¿en Élite?”), otros como si estuviera loca (“pues no lo va a pasar mal ni nada”) y a otros se les adivina un “¡flipada!” escrito en la mente.
Generalmente estas reacciones vienen seguidas de una explicación por mi parte del porqué de esta decisión. No creo que lo haga por convencer a nadie (cada uno es libre de pensar lo que quiera), sino casi más por repetirme a mí misma una y otra vez el motivo de esta aventura para que, cuando el sábado por la tarde esté sufriendo sola en la bici intentando darlo todo, el esfuerzo percibido sea menor, porque sé por qué estoy allí y todo tiene su sentido.
Y como una vez más no vendrá mal, ahí van algunos de los porqués:
- Lo principal: no tengo nada que perder. Ya estoy clasificada en GE desde Cullera, así que no tengo por qué reclasificarme. Lo peor que me puede pasar es que me doblen y no llegue, pero eso tampoco supondría ningún problema… voy bien mentalizada para esa posibilidad.
- Creo que tengo mucho que aprender… aunque sea a base de golpes ;-).
- El año que viene, si todo va bien y la evolución sigue su curso, probablemente me ponga como objetivo clasificarme en Élite (pero no en Madrid, en Cullera o en algo similar, que tiene más gracia). Así, la presión del debut ya me la quito de encima este año y así el año que viene tengo un peso menos.
- No me gusta ponerme muros… bastantes muros hay ya como para construirme uno más. Si lo que quiero es crecer en el triatlón de manera vertical en vez de horizontal ;-), tengo que ir eliminando barreras.
- Al final se trataba de una decisión entre ser cabeza de ratón (bueno, nuquita más bien) o cola de león (la borlita de pelo del final de la cola diría yo). Y la única manera de intentar llegar al lomo del león algún día (a la cabeza me da a mi que no… :-P) es partiendo de su cola.
- Soy muy consciente de donde estoy, y este año estoy en Grupos de Edad (que es donde merezco estar). Esto no es más que una cosa puntual, un ensayo, una lección.
Bueno, ahora ya no hay más que hablar… la suerte está echada. Alea jacta est.