Quién me iba a decir
que tan solo 3 semanas de hacer un Ironman iba a hacer el que creo que ha sido el mejor Cpto. De
España de los 4 que llevo en categoría Élite…
Y
es que, antes de la competición, todo eran dudas. No sabía cómo
respondería el cuerpo ante un cambio tan radical en ritmos. Parecía que
estábamos recuperando mejor que el año pasado, pero en los pocos
entrenamientos que hicimos en esas 3 semanas, cuando cambiábamos el
ritmo para intentar coger algo de chispilla, a veces se nos hacía un
poco complicado, aunque la sensación era de estar fuertes muscularmente.
Pero no había más… allí estábamos, dirigiéndonos al pontón a punto de
tirarnos al agua helada (20.1ºC) sin neopreno… había que cambiar las
dudas por motivación, a lo que ayudó que el día anterior a Sergio le fue
muy bien en su competición y su cuerpo se comportó mejor de lo
esperado.
Suena
la bocina y trato de poner en práctica las series cortas en las que
parece que he mejorado un puntito este año (¿entrenando para IM?, pues
sí, las series cortas han estado ahí y el invierno creo que hemos hecho
muy buen trabajo de base en el agua) y parece que voy ahí bien, metida
en un grupo (aunque Sergio me dice luego que nos orientamos todas fatal y nos vamos a Pernambuco).
Me encuentro bien, fluida y, aunque en algún momento parece
que me cuesta un poquillo más de lo que debiera seguir el ritmo, en los
últimos metros me encuentro tan entera que decido tirar para adelante,
que todo lo que pueda ganar ahora es margen que me queda para la T1.
Veo
que adelanto a Patri, a una chica del Fluvial, que luego vi que era
Cristina Azanza y a unas 2 chicas más. Vaya, parece que no se ha dado
mal la natación, que salgo con Sara Regidor, Laia Escobedo, Sara
Bonilla… vaaaaya.
Subo
el escalón del pantalán como una foquilla, ruedo por el suelo y salgo
como una bala del agua rumbo a la T1. Siempre me acuerdo que en mi
primer Cpto de España Élite Sergio me dijo que tenía que salir del agua
“como si no hubiese mañana”, que unos segundos perdidos ahí pueden ser
como la noche y el día (cosa que pude comprobar hace 2 años en Pulpí).
Alehop!
Llego
bien a la bici pero, al ponerme el casco… ¡¡¡ay madre!!, con las manos
heladas no puedo abrocharlo, no atino… ay, ay, ay… Tengo a Sergio al
lado que me dice “tranquila, que sigues teniendo un buen grupo,
tranquila….”. Y yo maldiciendo durante unos segundos que me parecieron
horas, hasta que consigo engancharlo y salir con la bici escopetada sin
saber cuánta pérdida me supondría ese contratiempo.
Jurando en arameo
Ya
subida en la bici tengo a la vista a quienes tenían que haber sido mi
grupo de bici, así que salgo a la caza. Al rato me pasa Laia Escobedo
que está con la misma intención, así que nos entendemos bien y juntas
conseguimos enganchar antes de terminar la primera vuelta.
El
circuito de bici es relativamente rápido, con un asfalto rugoso que se
pega bastante, pero la cuesta es mucho más suave de lo que esperaba (yo
esperaba algo parecido a Cangas, pero quizá se parezca más a Pulpí solo
que mucho menos peligroso), así que remontar no es demasiado sencillo,
pero esa es mi mentalidad siempre en los tris, porque al no ser buena
corredora, cuanto antes me baje en T2, mejor que mejor.
Además,
como no nos aplicaba la regla de doblado-eliminado (que no voy a
meterme en lo peligroso que me parece y lo poco que me gusta que
aceptemos diferencias entre hombres y mujeres en el triatlón, porque si
no nos quejamos cuando la diferencia nos beneficia, no podremos
quejarnos cuando sea al contrario… si es siempre igual
independientemente del sexo, siempre es igual y no hay discusión
posible), ya no iba mirando siempre hacia atrás, sino que era igual que
en cualquier triatlón: mirando hacia delante.
En
el nuevo grupo nos vamos entendiendo bien y pronto tenemos a la vista
al siguiente grupo, que con buena colaboración de Laia y Sara Loehr
logramos enganchar hacia la 3ª vuelta y, una vez en él (seríamos unas 10
unidades aprox), nos volvemos a entender bien especialmente con Elena
Aguilar y seguimos a buen ritmo.
Nos
cantan que el siguiente grupo, un grupo grande donde va gente muy
buena, nos saca solo 50”… uffff, qué poquito. Pero sobre la 5ª vuelta
nos relajamos un poco, yo incluida, así que no logramos enganchar,
aunque no están lejos. Pero ya según avanza la cosa voy viendo que,
aunque Routier y Aida van como locas tirando en bici (que no hay duda de
que son unas de las mejores ciclistas a nivel internacional… T2’s
Queens ;-)), tenemos margen para que no nos doblen y, aunque ya no
importan para la clasificación, hace mucha ilusión, así que animo el
cotarro para subir el ritmo y evitar el doblaje, cosa que conseguimos (y
yo creo que es el año que más complicado ha estado desde que hago
triatlón), así que la alegría es enorme (aunque nada comparable a lo que
se siente si con eso te has librado de ser eliminado, que es una de las
mejores sensaciones que yo he sentido en el triatlón, quizá solo
equiparable a lo que se siente al cruzar la meta del IM).
Última
vuelta un poco más tranqui (aunque a mí no me interesaba eso y no dejé
de tirar) y llegamos a T2 tras 39.9km a 34.3km/h, con 172w medios y 187w normalizados... naaaada mal (y yo entro la última, claro… soy una
cagueta). ¿Qué tal correré?, ¿podré ir más rápido del ritmo IM? ;-).
Salgo
a correr y no voy mal, aunque la gente sale muy rápido… nada distinto
de lo de siempre.
Voy cogiendo ritmo y me encuentro bien, aunque el
circuito es durete, que en el paso por el centro hay una cuesta bien
larga, pero voy manteniendo el ritmo con Laia Escobedo y Esther
Barquero, que no es poco, al menos para mí.
Pero
según avanzan los kilómetros me encuentro mejor y mejor, y voy subiendo
el ritmo y, hacia el km7, empiezo a remontar. Tanto que en la última
vuelta creo que adelanté a unas 5 o 6 triatletas, 2 de mi grupo, 3 de
anteriores y alguna otra doblada (y por detrás solo me adelantó Itsaso, que iba como una bala). Creo que por primera vez llego de la mitad para arriba de mi grupo de bici, que siempre quedo última o penúltima jeje ¡¡Guauuu!!!, me encanta esta sensación
de correr rápido que tan pocas veces había vivido hasta esta temporada.
Solo por la postura ya se nota que la cosa iba bien... ¡nada de aplastamiento!
Y
así cruzo la meta, en el puesto 24º (que no es mi mejor puesto pero
estoy convencida de que es mi mejor resultado, y es que el nivel este
año era enorme… ¡¡estaban casi todas las mejores!!) y con unas
sensaciones inmejorables. No hubiera dado un duro por este resultado
antes de salir, con las circunstancias de esta temporada que está
resultando tan buena y a la vez tan rara.
Y,
por si fuera poco, al día siguiente me comunican que he sido convocada
por la Selección de Madrid para el el Cpto. De España de Autonomías…
¡¡vaaaayaaaa!!!. Habrá que seguir buscando la chipilla interior que ha
quedado tras el Ironman, a ver qué se puede sacar…
Fotos de Sergio y de mi compi Ana
Fotos de Sergio y de mi compi Ana
2 comentarios:
Bravo campeona! me alegra que hayas tenido esas buenas sensaciones y que al llegar encima se premie todo tu esfuerzo con esa convocatoria para representar a la CAM! a por ello, siempre con una sonrisa y esa ilusión!
Hola! Hace tiempo que sigo el blog y me gustaría hacer llegar una muy buena sugerencia. Si me facilitaís un email de contacto os la hago llegar.
Gracias y a seguir así!
Jose
joseferrero88@gmail.com
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