viernes, 14 de septiembre de 2012

Cpto. España Élite Pontevedra

Quién me iba a decir que tan solo 3 semanas de hacer un Ironman iba a hacer el que creo que ha sido el mejor Cpto. De España de los 4 que llevo en categoría Élite…

Y es que, antes de la competición, todo eran dudas. No sabía cómo respondería el cuerpo ante un cambio tan radical en ritmos. Parecía que estábamos recuperando mejor que el año pasado, pero en los pocos entrenamientos que hicimos en esas 3 semanas, cuando cambiábamos el ritmo para intentar coger algo de chispilla, a veces se nos hacía un poco complicado, aunque la sensación era de estar fuertes muscularmente. Pero no había más… allí estábamos, dirigiéndonos al pontón a punto de tirarnos al agua helada (20.1ºC) sin neopreno… había que cambiar las dudas por motivación, a lo que ayudó que el día anterior a Sergio le fue muy bien en su competición y su cuerpo se comportó mejor de lo esperado.



Suena la bocina y trato de poner en práctica las series cortas en las que parece que he mejorado un puntito este año (¿entrenando para IM?, pues sí, las series cortas han estado ahí y el invierno creo que hemos hecho muy buen trabajo de base en el agua) y parece que voy ahí bien, metida en un grupo (aunque Sergio me dice luego que nos orientamos todas fatal y nos vamos a Pernambuco).



Me encuentro bien, fluida y, aunque en algún momento parece que me cuesta un poquillo más de lo que debiera seguir el ritmo, en los últimos metros me encuentro tan entera que decido tirar para adelante, que todo lo que pueda ganar ahora es margen que me queda para la T1.





Veo que adelanto a Patri, a una chica del Fluvial, que luego vi que era Cristina Azanza y a unas 2 chicas más. Vaya, parece que no se ha dado mal la natación, que salgo con Sara Regidor, Laia Escobedo, Sara Bonilla… vaaaaya.

Subo el escalón del pantalán como una foquilla, ruedo por el suelo y salgo como una bala del agua rumbo a la T1. Siempre me acuerdo que en mi primer Cpto de España Élite Sergio me dijo que tenía que salir del agua “como si no hubiese mañana”, que unos segundos perdidos ahí pueden ser como la noche y el día (cosa que pude comprobar hace 2 años en Pulpí).

 Alehop!

Llego bien a la bici pero, al ponerme el casco… ¡¡¡ay madre!!, con las manos heladas no puedo abrocharlo, no atino… ay, ay, ay… Tengo a Sergio al lado que me dice “tranquila, que sigues teniendo un buen grupo, tranquila….”. Y yo maldiciendo durante unos segundos que me parecieron horas, hasta que consigo engancharlo y salir con la bici escopetada sin saber cuánta pérdida me supondría ese contratiempo.

Jurando en arameo



Ya subida en la bici tengo a la vista a quienes tenían que haber sido mi grupo de bici, así que salgo a la caza. Al rato me pasa Laia Escobedo que está con la misma intención, así que nos entendemos bien y juntas conseguimos enganchar antes de terminar la primera vuelta.




El circuito de bici es relativamente rápido, con un asfalto rugoso que se pega bastante, pero la cuesta es mucho más suave de lo que esperaba (yo esperaba algo parecido a Cangas, pero quizá se parezca más a Pulpí solo que mucho menos peligroso), así que remontar no es demasiado sencillo, pero esa es mi mentalidad siempre en los tris, porque al no ser buena corredora, cuanto antes me baje en T2, mejor que mejor.

Además, como no nos aplicaba la regla de doblado-eliminado (que no voy a meterme en lo peligroso que me parece y lo poco que me gusta que aceptemos diferencias entre hombres y mujeres en el triatlón, porque si no nos quejamos cuando la diferencia nos beneficia, no podremos quejarnos cuando sea al contrario… si es siempre igual independientemente del sexo, siempre es igual y no hay discusión posible), ya no iba mirando siempre hacia atrás, sino que era igual que en cualquier triatlón: mirando hacia delante.

En el nuevo grupo nos vamos entendiendo bien y pronto tenemos a la vista al siguiente grupo, que con buena colaboración de Laia y Sara Loehr logramos enganchar hacia la 3ª vuelta y, una vez en él (seríamos unas 10 unidades aprox), nos volvemos a entender bien especialmente con Elena Aguilar y seguimos a buen ritmo. 



Nos cantan que el siguiente grupo, un grupo grande donde va gente muy buena, nos saca solo 50”… uffff, qué poquito. Pero sobre la 5ª vuelta nos relajamos un poco, yo incluida, así que no logramos enganchar, aunque no están lejos. Pero ya según avanza la cosa voy viendo que, aunque Routier y Aida van como locas tirando en bici (que no hay duda de que son unas de las mejores ciclistas a nivel internacional… T2’s Queens ;-)), tenemos margen para que no nos doblen y, aunque ya no importan para la clasificación, hace mucha ilusión, así que animo el cotarro para subir el ritmo y evitar el doblaje, cosa que conseguimos (y yo creo que es el año que más complicado ha estado desde que hago triatlón), así que la alegría es enorme (aunque nada comparable a lo que se siente si con eso te has librado de ser eliminado, que es una de las mejores sensaciones que yo he sentido en el triatlón, quizá solo equiparable a lo que se siente al cruzar la meta del IM).



Última vuelta un poco más tranqui (aunque a mí no me interesaba eso y no dejé de tirar) y llegamos a T2 tras 39.9km a 34.3km/h, con 172w medios y 187w normalizados... naaaada mal (y yo entro la última, claro… soy una cagueta). ¿Qué tal correré?, ¿podré ir más rápido del ritmo IM? ;-).



Salgo a correr y no voy mal, aunque la gente sale muy rápido… nada distinto de lo de siempre.


Voy cogiendo ritmo y me encuentro bien, aunque el circuito es durete, que en el paso por el centro hay una cuesta bien larga, pero voy manteniendo el ritmo con Laia Escobedo y Esther Barquero, que no es poco, al menos para mí.



Pero según avanzan los kilómetros me encuentro mejor y mejor, y voy subiendo el ritmo y, hacia el km7, empiezo a remontar. Tanto que en la última vuelta creo que adelanté a unas 5 o 6 triatletas, 2 de mi grupo,  3 de anteriores y alguna otra doblada (y por detrás solo me adelantó Itsaso, que iba como una bala). Creo que por primera vez llego de la mitad para arriba de mi grupo de bici, que siempre quedo última o penúltima jeje ¡¡Guauuu!!!, me encanta esta sensación de correr rápido que tan pocas veces había vivido hasta esta temporada.


 Solo por la postura ya se nota que la cosa iba bien... ¡nada de aplastamiento!


Y así cruzo la meta, en el puesto 24º (que no es mi mejor puesto pero estoy convencida de que es mi mejor resultado, y es que el nivel este año era enorme… ¡¡estaban casi todas las mejores!!) y con unas sensaciones inmejorables. No hubiera dado un duro por este resultado antes de salir, con las circunstancias de esta temporada que está resultando tan buena y a la vez tan rara.


Y, por si fuera poco, al día siguiente me comunican que he sido convocada por la Selección de Madrid para el el Cpto. De España de Autonomías… ¡¡vaaaayaaaa!!!. Habrá que seguir buscando la chipilla interior que ha quedado tras el Ironman, a ver qué se puede sacar…

Fotos de Sergio y de mi compi Ana

2 comentarios:

Celina dijo...

Bravo campeona! me alegra que hayas tenido esas buenas sensaciones y que al llegar encima se premie todo tu esfuerzo con esa convocatoria para representar a la CAM! a por ello, siempre con una sonrisa y esa ilusión!

Unknown dijo...

Hola! Hace tiempo que sigo el blog y me gustaría hacer llegar una muy buena sugerencia. Si me facilitaís un email de contacto os la hago llegar.
Gracias y a seguir así!
Jose
joseferrero88@gmail.com