Y van tres

Bueno, no sabía si escribir hoy o no, porque luego me dice Ángel que soy muy negativa y otros compis blogueros me llaman llorona. Llorona vale, un poco, lo reconozco, pero negativa no creo que sea, sino creo que más bien todo lo contrario, al menos hablando en general, no solo de deporte y entrenamiento. El caso es que escribir aquí me desahoga, me hace relativizar las cosas y acabo viendo todo de otra manera, así que lo haré.

Ya van tres. Ayer fue la tercera sesión de carrera a pie consecutiva que tuve que abandonar a mitad del entrenamiento. Ya sabéis que el jueves pasado apenas aguanté ¼ del fartlek porque me quedé vacía. Tanto que ni pude llegar corriendo a casa y tuve que ir caminando. El viernes, que tocaban 6km suaves, por salir casi recién merendada, me tuve que parar también con el estómago revuelto, pero tampoco le doy más importancia, que no fue mucho tiempo y era consciente de que podía pasar (me pongo ciega a merendar y claro, así me pasa).

Y ayer otra vez. A pesar de la que estaba cayendo, fuimos a la pista de Alcobendas dispuestos a completar las series planificadas: 3x4x500 r/1’/3’. Éramos 4 gatos, pero daba igual, tiraríamos en grupitos de 2, que siempre es mejor que hacerlas solo. Pues aguanté bloque y medio. Un ataque de asma me hizo parar (provocado por la humedad, que cierra mis pobres bronquios, y ayudado por estar haciendo las series a 178ppm cuando tendrían que hacerlas a 172ppm, que es mi umbral anaeróbico, aunque así salieran a ritmos patéticos, pero son mis ritmos ahora). Mareada y sin poder respirar, visita al Centro Médico del polideportivo para un chute de Salbutamol (que viene siendo el Ventolín genérico) y a esperar a que Sergio completara su entreno.

Esto es desesperante. En la bici y en la piscina también tengo días buenos y menos buenos, pero es diferente. Cuando me queman las piernas o los brazos, me aguanto y sigo esforzándome. ¿Pero qué se puede hacer contra un ataque de asma?, ¿o contra las naúseas o las consecuencias de la anemia o las hipoglucemias?. No se puede hacer nada. Tengo que parar. Pero 3 abandonos consecutivos desesperan un poco…

Tener estas taras que tengo podían ser hasta motivantes al principio. Pensaba “eh, soy asmática, talasémica y exfumadora, y he corrido un diez mil, o una media, o un triatlón olímpico o he terminado Pálmaces o...”, pero cuando quieres ir más allá, cuando quieres subir un escaloncito en el rendimiento y te golpeas contra el muro de la genética, es un poco desesperante.

Aún así, para que veáis que soy optimista, una vez pase la primavera y mis alergias terminen (que mi asma es principalmente alérgico, claro), cuando me adapte a estos entrenamientos de carrera a pie a los que no estoy nada acostumbrada (los años pasados apenas pasamos del umbral anaeróbico en ninguna sesión y, cuando lo pasábamos, era en las series finales, después de haber hecho otras a ritmos menores… desde luego no arrancaba 5ppm por encima del umbral ni loca) y haya cogido el ritmo de las competiciones, sé que la cosa mejorará. Dudo que llegue a correr todo lo bien que me gustaría, al menos no a corto plazo, pero sé que lo haré mejor de lo que ahora podría parecer. En los triatlones lo veremos…