martes, 29 de julio de 2014

El mítico Triatlón de Pálmaces

Los que me conocéis desde hace años sabéis lo especial que es el Triatlón de Pálmaces para mí. Allí probé por primera vez lo que era eso de la media distancia en mi primer año triatlético, allá por 2005, y creo que si escuchas en el silencio de la noche aún se puede oir el eco de mi petada jeje (4 horitas y media que tardé, ufff).


Con mi Razesa de acero en Pálmaces 2005


Después de esa ha habido creo que 5 participaciones más con la de este año (y unas cuantas petadas, que mira si me tiene que gustar este triatlón para volver y volver con lo mal que lo he pasado a veces), ya que procuro estar siempre que me es posible (que a veces por temas de calendario Ironmánico o compromisos con el club no ha sido posible). La última vez, el año pasado pomponeando Sergio con mi bombo de casi 8 meses. Compitiendo creo que no he podido estar desde 2010, así que todo eran ganas a la vez que dudas… ¿petaría esta vez?.



La lista de salida daba miedo. Éramos poquitas, pero mucha calidad ahí: Mabel Gallardo, Natalia Raña, Patricia Bueno, Yolanda Santos, Ruth Varona, Pilar Sebastián, Leonor Font, Marta Ferrer,… telita. 




Así de primeras me pongo como objetivo un top5 aún pensando que iba a ser complicado, pero hay que lucharlo. Aún me cuesta saber cómo estoy y los entrenamientos, aunque ya he empezado a trabajar bajo la tutela de Jaime, no han sido muy sólidos (que la semana anterior entrené 12 horas, que está muy pero que muy bien, pero la anterior a esa poco más de 5… y así andamos, pero es lo que hay ahora), aunque las sensaciones están siendo mejores de lo que cabría esperar, pero aún no controlo mucho este nuevo cuerpo mío.

Llega la hora de la salida, que este año por primera vez se hace separando sexos (las chicas salimos 5’ después), lo que no me gusta nada de nada, que yo disfrutaba mucho de una salida conjunta en la que podía ir en grupo para variar. Desde los primeros metros echo el lazo a Patri y las paso canutas para seguirla (yo y mi velocidad punta), pero una vez pasados los primeros 300-400m ya me amoldo al ritmo y empiezo a ir muy a gusto. Veo que vamos un grupo de 4 e intuyo que las otras dos serían Mabel y Natalia (como así fue). Si no fuera porque a partir de la primera boya nos fuimos adentrando en un mar de nadadores cada vez más espeso y lo de ir sorteando cabezas es un rollo, diría que disfruté mucho de la natación.

Salida del primer grupo del agua. En la foto falta Patricia Bueno que nos guió perfectísimamente!

Transición (leeeenta) y a la bici. La subida desde el pantano a la carretera a Atienza siempre se hace dura y lo mismo me paso un poquito de rosca, que llego al cruce con unos 190-195w (FTP), pero en ese momento iba bien. Pero luego… ay, qué dolor de piernas!!!. Hasta el giro en Atienza no empecé a encontrarme un poco suelta, pero bueno, ahí iba, manteniéndome en la tercera posición a no mucho de Natalia, y a Mabel ni olerla, vaya, pero no parecía que viniera nadie por detrás que hiciera peligrar esa posición al menos hasta la T2. Pero vaya calorazo, ufff (el Joule me registró temperaturas de entre 34ºC y 37ºC) aunque afortunadamente el viento no fue excesivo para lo que puede hacer allí.




Me bajo de la bici tras 1h49’ a 158w medios (menos del 80%FTP, así que aún puedo rascar algo ahí... bastante buen tiempo hice para esa patata de watios)



 y al principio voy con unas patas de palo tremendas, que hace que me preocupe un poco y empiece a temer por una nueva petada palmaciana, pero al rato empiezo a coger ritmillo y ya me encuentro más cómoda. 



Por delante está todo el pescado vendido ;-), que Mabel está a años luz y Natalia no está excesivamente lejos pero corre más que yo de aquí a Lima, aunque en Pálmaces nunca hay que descartar nada, así que aunque por detrás vienen muy lejos (creo que se bajaron a correr a unos 9’), decido que no me voy a dormir en los laureles, pero con precaución porque como me eche a andar se me pueden echar encima sin enterarme.




Y así, sube al pueblo, baja a la presa, pasaron los casi 13km más rápido de lo que pensaba (aunque tengo que decir que los últimos 3kms se me atragantaron bastante) para cruzar esa meta tan especial en tercera posición tras 3h23’ de competición con una sonrisa que no me cabía en la cara :-).





La única pena fue no tener allí a mi nenita, pero con el calor que hacía decidimos no hacerle pasar por ese trance a la pobre, pero sí que estaba Sergio, y eso siempre da un puntito de motivación extra.

Así que un año más me subo a esas escaleras tan especiales, pero por primera vez en el escalón más alto, y es que esto de ser mami se ve que te da fuerzas, no sé si físicas, mentales o ambas cosas, que te mueven a seguir derribando muros, a luchar contra lo establecido, a no dar nada por sentado.

Junto a dos auténticas máquinas triatléticas... un honor


Y para no perder el ritmo alcarreño, siguiente parada: Triatlón MD Guadalajara (30 de agosto). Por aquello de aprovechar los entrenos de las vacaciones, que siempre es más fácil, y por conocer este triatlón al que ya he ido varias veces a pomponear y que ya le tenía ganas, que también tiene un punto muy especial. 
 
Fotos "robadas" de los Facebook de Felipe Gutiérrez, Carlos Triatlón, Velocirraptormp, César González López, Javier Ballesteros y las oficiales de Triatlón Pálmaces

No hay comentarios: