jueves, 10 de julio de 2014

Short Villa de Madrid: la crónica

Bueno, un poquito tarde por la espiral incesante de esta vida mía, pero no quería pasar por alto hacer una pequeña crónica del Skoda Triathlon Short de Madrid, que para estas cosas entre otras existe este blog, para que queden aquí reflejadas y pueda recordarlo meses o años más tarde.

Para el que no lo sepa, este triatlón consistía en una distancia de 950m nadando + 40km en bici sin drafting + 10 km corriendo, y todo en la ya tan familiar Casa de Campo de Madrid. Y como estaba aquí al lado y la logística con la peque era sencilla (ya que empezaba a las 10 y Sergio no competía), pues allá que me apunté. Las semanas previas no fueron sencillas, ya que noté que no conseguía recuperarme de la paliza y la deshidratación del Ecotrimad, así que los entrenos eran flojos y mi cuerpo no respondía demasiado, pero bueno, parecía que poco a poco me iba recuperando y confiaba que con el descansito de los dos últimos días antes de competir, pudiera hacer algo digno.


Hasta al último momento ni eché un ojo a las listas de salida, y cuando las vi reconocí a 3 chicas que me ganarían seguro y a alguna otra que cabría la posibilidad, además de las que no conocía, así que, a pesar de que Sergio hacía cálculos de horario contando con la entrega de premios, yo no contaba con ello.



Con esos nerviecillos precarrera que siempre están presentes, salto al agua en la salida femenina, que se daba 2’ después de la 4ª salida masculina, que a su vez estaban separadas 2’ entre sí. Y todo esto para decir que aquello fue una gymkana!!. Desde antes de llegar a la primera boya ya empecé a sortear nadadores, para después entrar en un mar de “medusas de colores”, así que a nadar (si es que se puede llamar así) con la cabeza fuera y buscando el hueco todo el tiempo y recibiendo golpes por doquier. Un horror.



Aún así salgo del agua la primera, seguida de Mónica Ayerra, que me agradece el haberle abierto camino entre la marabunta natatoria, porque temía por su hombro, ya que le habían operado de la clavícula hace menos de tres meses!. Qué meritazo la tía…

Al entrar en T1 ella se mete por el carril que no es y yo, que voy ciega con esa transición tan larga, detrás que voy… cosas que pasan… como si fuéramos nuevas jeje. Total, que cojo la cabra y para allá que vamos.

Al pasar la puerta de Prado del Rey para salir de la CdC ya voy primera otra vez, y poco después se me acaban las pilas del Joule (culpa mía por no haber encontrado el rato de comprar unas nuevas), así que ni vatios ni nada… a ojo y a dolor de piernas. Así que ahí voy, tomando como referencia un chico del Aguaverde, otro del Marlins y otro de rojo que íbamos “que te adelanto yo, ahora te paso yo, ahora me adelantas otra vez” en lo que creo que no es mal ritmo (salvo quizá un poco conservador subiendo Garabitas, y eso que ahí solía pasar yo al frente una vez pasábamos la mitad de la subida), para bajarme primera en T2, pero sin referencias.

Así que salgo a correr, primero despacito y con cadencia para coger ritmo y, poco después de pasar el giro de los 2,5km, ya se me echan encima Sonia López seguida de Mónica Ayerra. "Vaya, ya voy tercera... vamos a ver si puedo mantenerlo, que seguro que Jördens no viene muy lejos...". Pero de pronto me quité ese pensamiento conformista de la cabeza y pensé que mejor sería ver si podía aguantar el ritmo de Ayerra para no perderla mucho de vista, por ver si “sonaba la flauta”. Y es que esto de ser madre el cuerpo lo aniquila un poco (no ser madre, sino el tiempo parada y lo poco que puedo entrenar, vaya), pero el coco lo endurece que da gusto.

El caso es que sonó la flauta (imagino que porque ella no estaba en su mejor momento con lo de su operación, claro, pero en ese momento estuve ahí, que no es poco), y en el km5 volví a pasarla en lo que fue nuestra particular Ironwar ;-). Para ese momento ya sentía que estaba corriendo a muy buen ritmo y tenía que mantenerlo!!. Así que todo era esfuerzo y concentración hasta que ¡¡PUM!!, en el km8 tropezón y al suelo!. Golpetazo en la rodilla, pero me levanto como un resorte y trato de recomponerme para no perder la primera posición, ya que Sonia se había retirado. Y así, como pude, mantuve el ritmo para cruzar la meta en primer lugar, contenta, orgullosa, incrédula y pletórica!!!.



Es mi segunda victoria absoluta después del Tristar 2011 (en el mismo emplazamiento), pero esta ha sido totalmente inesperada y en un momento muy diferente de mi vida. Además ha sido el primer pódium que comparto con mi pequeña Iria (en el de Oropesa no pudo ser), así que todo fue mágico y muy especial.


Y ahora, a ponerme las pilas para Pálmaces, que no queda nada!

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