Básicamente, la máquina lo que hace es calcular tu peso e introduce la presión necesaria para simular que pesas el porcentaje de tu peso que le indiques (desde el 100% hasta creo que el 20%). Para ello, te pones unos pantaloncitos de neopreno con una funda que se une con una cremallera a la máquina, de modo que tú vas comodísimo y totalmente centrado en el tapiz, de modo que los torpes como yo no tenemos posibilidad de caernos.
Así vas controlando el porcentaje del peso y la velocidad a la que quieres correr. Por ejemplo, yo estuve moviéndome entre el 85% y el 90% de mi peso a la velocidad de 4:30/km en la que iba tan ricamente (aunque cansar, cansaba, claro), con muy poco impacto y sin peligro para mi lesión durante 25’.
Las aplicaciones que se me ocurren son varias, desde rehabilitación de gente que ha sufrido accidentes u operaciones, hasta estimulación motriz en ancianos o, para deportistas, tanto la posibilidad de entrenar con menos impacto si estás lesionado o la posibilidad de entrenar a unos ritmos que en la calle quizá no puedes hacer, lo que ejerce un estímulo a nivel neuromuscular diferente y te permite un trabajo muy bueno de movilidad a nivel articular. De momento (aunque seguro que poco a poco va habiendo más) solo hay dos máquinas de uso público en España (aunque hay varias de uso privado): una en Tamalpais en Marbella y otra en Madrid, en el Sports Club Norte Real, en San Sebastian de los Reyes (Madrid) así que, si os apetece probarla, pues ya sabéis :-).
1 comentario:
Bueno, pues no sé que decirte.
No paro de pensar en qué narices hace Sergio con un tutú de plástico.
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