miércoles, 24 de noviembre de 2010
Balance 2010
lunes, 15 de noviembre de 2010
Reseteando
Pero que estemos con un DT fosforito y luminoso encima de nuestras cabezas, no significa que estemos parados, no… solo a nivel triatlético, pero hay que aprovechar para hacer otras cosas como ir al monte a patear


Cocinar nuevas recetas (que siempre intento sacar un ratito para hacer buena y sana comida casera, por mucho entreno que tenga que hacer siempre encuentro el modo de hacerlo)

Perca en papillote con salsa de soja y nueces con guarnición de batata asada... rico rico
Ir a un SPA (y gracias a los chorracos amanecí al día siguiente con una contractura cervical que no me dejaba ni levantarme de la cama y me tuvo 4 días grogui con el dichoso Diazepan ufff)
Hacer alguna entrevista (click para leer) (que vaya ilusión que hace, y más cuando es para medios no-triatléticos (que por eso a veces se nos hace un poco de lío el chico, pero bueno, no está mal del todo ;-))
Entrenar la mente triatlética en vez del cuerpo en las Jornadas Técnicas del sábado pasado
Y unas cuantas cosas más...
Eso sí, esta semana ya toca moverse un poco... pero solo moverse, nada de entrenar, que quedan aún demasiadas semanas en las que machacarnos todo lo que queramos y más :-)
viernes, 5 de noviembre de 2010
jueves, 4 de noviembre de 2010
Viviendo un sueño - Ibiza
Viernes tarde a nadar un poco, sábado un poquito de cada cosa, check-in y a dormir. El domingo nos despertamos a las 5a.m. con unos fuertes golpes en la ventana. Nos asomamos y vemos que estamos en medio de una tormenta tropical o algo parecido: fuerte lluvia, un viento que doblaba las palmeras y el mar embravecido... se cumplen las peores previsiones. Tras las dudas, viene la resignación y con ella nuestra preparación para lo que va a ser un largo y duro día.
Bajo la tormenta se da la salida a la natación. Mi resumen: el clásico de más a menos. Y tan menos que, en la 3ª vuelta empiezo a tenr naúseas y arcadas consecuencia de la paliza que nos está metiendo el mar que parece una batidora, y me tengo que parar varias veces y casi pedir asistencia de la piragua... nunca me había pasado algo así. Pero al final acaba el sufrimiento y salgo del agua pálida y haciendo eses, caminando hacia la T1 como un zombie, con una incertidumbre enorme sobre si sería capaz de continuar.
En T1 me tengo que sentar, porque no atino ni a quitarme el neopreno ni a ponerme el tri-top y el maillot de manga larga, ambos empapados, de lo grogui que estoy. Pero gracias a Felipe, que me da conversación y ánimos, empiezo a espabilar y me subo a la bici en mejores condiciones.
Los primeros 10km son un pica-pa-arriba contra el viento que se hacen durísimos. La lluvia te va calando mientras acoplada ves que no puedes pasar de 18km/h... desesperante. Luego viene el tramo de toboganes. En el primer repecho me pongo de pie y la rueda trasera me patina con el asfalto mojado... toca estar sentadita e ir con cuidado. Voy con mucho miedo, porque hay muchísimas curvas, el asfalto no agarra y el viento pega unos buenos meneos. Llego punto de giro, justo en la famosa cuesta a la que, con buen criterio, le habían recortado los últimos 500m al 20% por lo peligroso que estaba, aunque dar la vuelta en mitad de una cuesta de un 10% tras bajar 1,5km tampoco era muy sencillo, así que precaución a tope, giro y a subir... cómo se pegaba la dichosa cuesta (y eso que iba tan feliz con mi 28...).
Vuelta a los toboganes y luego al pica-pa-abajo y a volar hasta Ibiza de nuevo. Y así hasta 3 vueltas, la primera en modo resurrección, la 2ª cogiendo ritmo (incluyendo un pee-stop inevitable ;-)) y la 3ª con mejores sensaciones pero controlando para poder correr bien.
Llego a T2 y parece que deja de llover y asoma algo de sol. Paradita técnica de nuevo en los WC portátiles y a correr. Las piernas van muy muy bien, así que decido ir poquito a poco. La 1ª vuelta casi frenándome (aunque en los tramos con el viento en contra ya se encargaba él de frenarme, ufff), la 2ª apretando un poco, la 3ª apretando un poco más... bueno, hasta que en la mitad me dió un "arrechucho", así de repente y tuve que buscar un bar de emergencia. Perdería entre 5 y 10', pero aquello me salvó de tener que echar a andar, y en seguida pude coger ritmo de nuevo. Pero, en la 4ª vuelta, por si no teníamos ya bastante, el cielo se cubre y empieza a jarrear, granizada incluida.
Eso ya era demasiado... los músculos se me encogen y me veo las piernas moradas, pero ya da igual. Sigo a pasitos más cortos pero a buen ritmo, que ya casi huele a meta. Y ahi está... 8h31m después, esa meta es mía y, por si fuera poco, viene acompañada de un Subcampeonato de España que es algo que ni tan siquiera nunca me había atrevido a soñar.
Y, aunque parezca mentira, llego entera, con buenísimas sensaciones, nada de los tambaleos y naúseas a los que estoy acostumbrada en estas cosas largas... ¡¡hasta con hambre!! (y con el hambre que pasé en la carrera a pie cuando me llegaba el olorcillo de las pizzerías mmmm), tanto que me lancé de cabeza a por el bocata jeje. Tantas horas a base de geles y agua únicamente es lo que tiene...
Y, así, al final, lo que empezó siendo un día horrible, acabó siendo un día maravilloso... dificil de olvidar y que creo que nos ha cambiado a todos los que allí estuvimos, que nos ha fortalecido y nos ha hecho mejores triatletas, más fuertes y más maduros.
Y, los días posteriores, con un precioso sol ibicenco y una temperatura perfecta, (no tanto la mía que caí enferma con un trancazo terrible fiebrón incluído el mismo lunes) nos dedicamos a explorar la isla, su gastronomía e incluso sus playas!.
No puedo cerrar este capítulo tan feliz sin agradecer, primero y ante todo, a Sergio, porque es el que tira de mí cuando flojeo, el que ha aguantado algunos días de mal humor cuando he pasado por rachas duras en el entrenamiento a nivel físico y mental, el que día a día me dice sin palabras que puedo, el que confía en mí y el que siempre, siempre me apoya; a mi familia (suegros incluidos :-)) que se interesan por estas locuras que hacemos y lo viven con nosotros tanto en el día a día como en las competiciones; a mis compis de Ecosport por su compañía, ánimo e incluso piques! ;-), especialmente a los místers ecosportianos Ángel y Raúl por enseñarnos a crecer y hacer que una panda de triatletas dispersos, unidos formen un equipo fuerte como un roble; a todos los compañeros y amigos con los que he compartido uno o muchos entrenamientos, incluido mi fisio Ángel que cuida de mi cuerpecillo, porque de todos he aprendido valiosas lecciones; y, por último pero no menos importante, a nuestro casi recién estrenado míster Jaime, que aún conociéndonos, tiene fe en nosotros ;-), sabe lo que necesitamos en cada momento y está orquestando con gran maestría una metamorfosis que no ha hecho más que empezar. Un cachito de la medalla es vuestro.
