Este fin de semana, como todos los fines de semana de la primera luna llena de octubre de los últimos 6 años ;-), tocaba sesión de vídeo en directo acompañada de una ración de athlete tracking y chat triatletico que nos traslada a tierras hawaianas hasta las tantas de la noche (bueno, hablo en plural cuando generalmente, Sergio, suele viajar de Hawaii al Mundo de los Sueños a mitad de la película ;-)).
Y es que, aunque algunos acérrimos de la LD piensen que soy una especie de anti-IM cuando me pongo de uñas cada vez que oigo a alguien tildar a un tipo de triatlón de “verdadero” faltando al respeto a los que hacemos “el falso”, o protesto enérgicamente cuando alguien insinúa que uno no es triatleta hasta que no hace un IM, o me chirría cuando oigo o leo estas cosas de la “esencia” o similares, no hay nada más lejos de la realidad.
Pero el que ame el triatlón en todas sus vertientes no me impide ver la realidad, ni me hace hablar de que el triatlón nace en Hawaii cuando lo hizo unos años antes en San Diego (el Triathlon como Triathlon, con ese nombre y ese formato, que antes ya hubo otras manifestaciones de multideporte pero no se acuñó así hasta ese momento), ni siquiera me hace decir cosas como que “moralmente” nació allí… puede que con eso se consolidara, porque es una historia épica y, con ello, hace atractiva su “venta” al público, pero solo es eso, lo que no le resta importancia en absoluto.
Y tampoco me gusta que se autodenomine “Campeonato del Mundo” cuando tiene elementos que lo hacen diferir bastante de ese concepto, como el hecho de que si eres ciudadano de los Estados Unidos tienes como 20 veces más posibilidades de clasificarte que un ciudadano del “rest of the World” (y si eres Marine ya ni te cuento). Está más que claro que, especialmente en categoría de profesionales, están los mejores del Mundo y, además, en su mejor estado de forma, lo que hace que sea un espectáculo maravilloso y emocionante, pero lo mismo ocurre en otras especialidades deportivas como puede ser el Tour de Francia o Wimbledon y ninguna de las dos se autodenomina Campeonato del Mundo. No es necesario… su nombre ya es lo bastante importante en sí mismo, como lo es el Ironman de Hawaii… no necesita más apelativos.
Y, con esto, hay algunos que pueden no ver “más allá” y pensar que estas frases son de alguien que está en contra de la LD, del IM o qué se yo, como alguna vez he leído… ¡¡pero hombre!!, ¡¡si he elegido un IM de la Marca para mi debut y, lo que es aún más significativo, llevo un hibiscus tatuado en la espalda!!!. Creo que ese indeleble argumento ya tiene suficiente peso en sí mismo…
Pero bueno, al grano… El caso es que este año fue emocionantísimo (y decir esto cuando la realización sigue siendo igual de mala, año tras año y, a pesar de contar con un montón de motos con cámaras, se empeñan en que veamos cada pedalada del primer y primera triatleta una detrás de otra con los pobres comentaristas que ya no saben ni qué decir y sabiendo que el pescado se está vendiendo en las siguientes posiciones, ya es mucho decir). Desde el anuncio de la no-salida de Wellington que abría un mundo de posibilidades que antes estaba oculto; la escapada en bici de Dibens, toda elegancia y con una posición perfecta (raro de ver en una chica, cuando se ve que a nosotras nos cuesta más porque es más raro ver posiciones muy agresivas en triatletas femeninas); hasta el papel previsto de Lieto y las apuestas a ver si este año, por fin, sería capaz (a mi me da penita, que sé lo que es que te pase hasta el apuntador corriendo a pie jeje); la remontada de Mirinda con un ritmo que daba miedo; el comprobar en el Tracker como Vir iba subiendo y subiendo posiciones, al igual que Eneko en la carrera a pie (aunque perdió sus opciones al no poder meterse en la escapada en bici, pero la competición es así, que muchas veces, incluso en estas competis tan largas, puedes perder o ganar tus opciones en cuestión de segundos); la carrera a pie de Alexander con su planta y su elegancia características, al igual que Marino; y, sobretodo, el juego entre Macca y Raelert que nos hizo levantarnos de la silla y vibrar y en el que la fortaleza mental se impuso en los últimos metros a la fortaleza física. Impresionante Macca… qué tío más bueno y más listo (y a mí hasta me cae bien, que es carismático como pocos… ¿qué es un fantasma?, pues sí, pero es que para ser grande, primero te lo tienes que creer y eso, por desgracia, muchas veces no gusta a la sociedad).
Foto: Slowtwitch
Y, por supuesto, todo esto aliñado con el seguimiento de nuestros Age Groupers, que también nos dieron una buena dosis de emoción, especialmente Aja con su maratón, Salom con su descubrimiento y, cómo no, Jaime con su, por fin, justicia Hawaiiana… carrerón, tiempazo, puestazo y una nueva experiencia emocionante en el bolsillo que seguro que le motivará para seguir luchando por sus sueños año tras año (y ayudarnos a luchar por los nuestros ;-)).
Y, lo mejor de todo, es que esa noche nos ofreció algo más: un puntito extra de motivación para estos últimos días antes de Ibiza, que son los que más cuestan pero también los más importantes, así que Mahalo, Hawaii…