WC Hamburg 2007 - el día D

Es muy prontito por la mañana. Sergio se va ya, que sale de los primeros. Miro por la ventanita y hace un dia espléndido... ni una nube. Ilusa de mí pensé que correríamos con solecito y todo. Desayuno, preparación y al lío.

Llego a los boxes y ya se ve bastante movimiento, a pesar de que aún es muy prontito. Los AWAD ya están casi todos fuera del agua y Sergio acaba de empezar su triatlón. Cuando llego a mi sitio en boxes, junto al resto de 25-29s, alucino con la profesionalidad que se respira. Chicas perfectamente equipadas, concentradas, algunas con su iPod recorriendo los boxes arriba y abajo como si estuvieran memorizando cada punto de referencia. La bici de al lado tiene una rueda trasera que apostaría a que cuesta más que toda mi bici:

... y, efectivamente: 1799,99 $

Tengo miedito. Veo a Sergio entrar en boxes. No parece que haya hecho mal tiempo (de hecho no lo hizo en absoluto), pero todos han salido muy juntos algunos se han quedado algo descolgados. No importa, ahora les pilla en la bici seguro.

Me pongo el neopreno, espero en cámara de llamadas y al agua a calentar los 9' que nos dejan entre salida y salida. Temperatura del agua: 16º; temperatura externa: 16º; el cielo ha pasado de estar azul a completamente gris en apenas 1 hora. El agua está helada, pero los nervios son aún más grandes que la sensación de frío.

Suena la bocina y salen todas escopetadas. No voy a decir gran cosa de este segmento... sólo confirmar que el neopreno y yo no estamos hechos el uno para el otro. No me siento cómoda, voy plana, rígida, no respiro bien, no encuentro mi sitio, me desvío una y otra vez. No es normal que haciendo los tiempos en piscina que estoy haciendo (el fin de semana anterior, 1500m en 24'27", a menos de 1'38"/100), en competición con neopreno nade tan tan mal. Próxima inversión: un neopreno de gama alta que me permita nadar, cueste lo que cueste.

Salgo del agua y empieza la larguíiisima transición entre los ánimos y gritos del público por unos boxes que de punta a punta deben de medir casi 1 km. poco más de 5' después, ya estoy encima de la bici.

Mi sector ciclista podría resumirse en esto:

- ¡¡¡Baaaaaaaaaaaaaaaaanzaiiiiiiiii!!!... uhmmmm, eh, eh, tranqui, que esto no es un sprint..

. - Uhmmm, voy a ver si no pierdo demasiado a la alemana esta, que tiene pinta de ir bien....

- ¡¡¡fffffffiiiiiiiiuuuuummmmmmmmm!!!... madre!!, ¿y esta de dónde ha salido??... soy una paquete, soy una paquete...

- ¡¡¡fffffffiiiiiiiiuuuuummmmmmmmm!!!... pero bueno!!!... soy una paquete, soy una paquete...

- ¡¡¡fffffffiiiiiiiiuuuuummmmmmmmm!!!... joe con la aussie... soy una paquete, soy una paquete...

- ¡¡¡fffffffiiiiiiiiuuuuummmmmmmmm!!!... ¿pero esta mujer qué come para mover esos desarrollos??... soy una paquete, soy una paquete...

- ¡¡¡fffffffiiiiiiiiuuuuummmmmmmmm!!!... vaya con la veinteañera... soy una paquete, soy una paquete...

- Uhmmm, km 23, voy a ver si como el gel... ñam ñam... ¿pero y mi alemana?, ¿dónde se ha metido?, ¿dónde ha ido todo el mundo?. Definitivamente, soy una paquete. Bueno, habra que terminar... poco a poco, con calma...

Llegada de nuevo a los larguíiiisimos boxes. La media de la bici parece estar bien, unos 32 km/h descontando transiciones en un circuito llano pero con vientecillo. Pero eso, para un Mundial, parece que es una velocidad caracolística.

Ahora toca correr, a ver qué pasa. El cielo sigue gris pero sin llegar a llover y hace una temperatura perfecta para la carrera a pie. Voy cogiendo ritmo, tranquila, reservando hasta el km 5 para ver cómo va la cosa. Aún así, no paro de adelantar gente. Es increible oir respirar a estas chicas mientras corren... aquí nadie va de paseo y, cuando les adelantas, en seguida se te pegan e intentar seguirte, aunque sea unos metros, aunque no seas de su grupo de edad. Alucinante.

Llega el km 5, miro el reloj y veo 22:30. Uy, imposible, estará mal medido. Ahora toca subir un puntito para intentar volver en menos tiempo del que he venido. Y sigo adelantando gente, incluso a chicas que tienen pinta de correr bastante fuerte. Me encuentro ligera, fuerte, rápida... me siento genial.


Ya veo la torre del Ayuntamiento. Ya está aquí la meta. El último kilómetro se te pasa volando, entre los gritos de la gente y los cientos de carracas que repartió la organización. La meta, ahí está.

Leo en el cartel: Esther Leal: 2:36:27 (puesto 61/89 de mi grupo de edad y 289/619 chicas). Miro el reloj: carrera a pie en 43:59. No puede ser... mi mejor tiempo en diezmil es de 45'55" sin haber nadado y pedaleado antes... estará mal medido. Pero no, no estaba mal medido y lo que pasaba es que había corrido como nunca. Mi peor segmento parece que empieza a no ser tan malo... ¡¡genial!!, algo es algo...



El tiempo total, mirado en frío, no está nada mal teniendo en cuenta que la natación fue bastante larga y las transiciones interminables (unos 9' entre las 2). Pero allí esto no basta, no es suficiente. Allí hay otro nivel y hacía tiempo que no me sentía tan tan paquete. Pero esto no me abate, no. Esto me da fuerzas para seguir luchando el año que viene y, en Lisboa, en el Europeo, enseñarles a las alemanas y a las británicas cómo nos las gastamos las españolas. Las aussies y USAs tendrán que esperar al siguiente Mundial... ¿Gold Coast (Australia) 2009?

No puedo terminar la crónica sin dar mil gracias a la gente que compartió todos estos preciosos momentos con nosotros: Montse, Carlos y Llorenç, Tito, David, los asturianos, Hugo, los gerundenses, Chose y Antonio, Fernando, Rafa y el resto de la expedición española ¡¡ha sido un placer!!!