Pues
con la primera competición del año, retomo el blog que más bien ha
quedado como un log de competiciones donde explayarme que me sirve como
archivo de lecciones aprendidas casi para recordar de cara a futuras
temporadas (que anda que no he repasado yo las crónicas sobretodo de IM
y medios para recordar cómo era eso…).
Tras el fiasco de la
Copa del Rey, que nos la pasamos Iria y yo con una gastroenteritis de
aúpa que aún sigue coleando (sigo tomando omeoprazol y probióticos para
ver si me recupero), el debut llegaba el el triatlón
de Juarros de Voltoya, que suena un poco raro el acabar ahí pero dado
que nos encanta la distancia olímpica sin drafting (yo diría que es mi
distancia favorita, al margen del IM que es otro cantar) y la logística
era relativamente sencilla (y eso pesa mucho),
encajaba bastante bien.
Lo malo es que te
planteas correr tras un invierno y una primavera enganchando un virus
con otro en los que has tenido de todo menos continuidad (creo que no ha
habido dos semanas seguidas desde octubre en que
los 3 hayamos estado sanos) y te preguntas qué pintas allí, pero a la
vez necesitaba reengancharme a las competiciones, sentir que soy
triatleta y así coger un punto extra de motivación para los meses que me
esperan, que no serán fáciles.
La cruda realidad: el registro de volumen de entrenamiento de este año
De nuevo en el agua
esperando la bocina (el silbato de los chinos esta vez, que no se oyó
nada), después de dejarme caer por el murete y rasgarme todo el brazo…
torpe. Somos pocas chicas y salimos 1’ después
de los chicos élite, así que mi objetivo era cazar a Sergio jeje, que
eso significaría que había hecho una buena natación. En los primeros
metros ya se me escapa Sara Regidor, que está a otro nivel, así que me
quedó ahí solita, avanzando a buen ritmo y empezando
a coger a algunos chicos.
Cuando termina la
primera vuelta se me ha hecho larguísima y, aún sin tener reloj, intuía
que aquello eran más de 1200m seguro, pero bueno, ya que había cogido el
ritmillo, pues habría que intentar no bajarlo
demasiado, aunque yendo sola siempre se hace un poco pesado.
Termina la natación
(que parece que finalmente fueron 1500m, efectivamente) y salí con
buenas sensaciones y luego comprobé que en un muy buen tiempo (y sí,
salí antes que Sergio, pero ni me enteré cuando le pasé).
Cojo mi lustrosa Felt y al lío!.
Reconozco que me
encanta llanear en la cabra… la sensación de velocidad me encanta. Está
feo que diga eso cuando me he apuntado al IM de Gales que es cualquier
cosa menos llano, pero es la purita verdad. En ese
momento estaba centrada en coger la cabeza de carrera y, a partir de
ahí, pues ya veríamos. Y apretaba y apretaba, seguramente por encima de
mis posibilidades ahora mismo, pero en principio no iba mal, aún
sabiendo que con los pocos entrenamientos que llevo,
no tengo pillados los ritmos en absoluto, y desde luego que no serán
los mismos que el 2012 ni de casualidad.
Hacia el km 15 ya cojo
el liderato y sigo apretando. Ya en la segunda vuelta me empieza a
costar un poco el tema, y empiezo a notarme incómoda acoplada, que me
duelen los tríceps, el cuello… pero si solo he salido
2 días con la cabra, ¿qué más quiero?. Adaptación cero… pero ya tendré
tiempo de adaptarme. Para colmo, después de pegar un trago de agua, voy y
tiro el bidón, que como están en la barra vertical, tampoco estoy
acostumbrada a manejarlo. Pues nada, a parar,
abajo y a por ello. Segunditos a la basura.
Llego a T2 (con
166w medios, 171w normalizados y 34.4km/h medios) y la que lío es fina.
Se me cae la bici, no me entran las zapas… en fin. Corramos un tupido
velo y a correr. No sé cuánto tiempo llevo de ventaja
a Sara Regidor, pero soy consciente de que o le he cogido 4 o 5 minutos
de ventaja y tengo un buen día corriendo, o me pilla fijo. Pero bueno,
eso nunca se sabe y hay que luchar hasta el final.
No empiezo demasiado
mal. Nos meten por caminos de tierra que me recuerdan a Ecotrimad y,
como aquella vez, la elección de las Fastwitch es equivocada. Me voy
escurriendo en cada zancada y eso hace que gaste
más energías de las escasas que ya tengo. Por no hablar de las cuestas.
Hacia el km 3.5 ya me agarra Sara y poco después ya me empiezo a venir
abajo porque, también como en Ecotrimad, el avituallamiento es muy
escaso para ese calor tanta tierra. Solo en el
km0.5 (que no vale para mucho) y en el km5.5, que ya llegas con la
lengua de cartón. Si el avituallamiento hubiera estado en el punto del
cruce, al final gastas el mismo agua (y más si la das en vaso en vez de
botella) y tienes el doble de avituallamientos
con el mismo esfuerzo.
A partir de ahí ya todo suplicio,
pero nada que no fuera esperable tras tres semanas con problemas de
salud en los que he corrido poco más de 1h a la semana de media.
Hacia el km 7 pierdo la segunda plaza ante Sara Rodríguez, que yo pensé
que iba muy atrás, pero corriendo como un galgo me recortó rápido…
tanto que un poco más y casi agarra a su tocaya.
Al final tercera y ni
tan mal, que dadas las circunstancias tampoco se le puede pedir peras al
olmo y lo cierto es que lo hubiera firmado al principio (aunque también
hubiera firmado un poco menos de sufrimiento,
pero como decía alguno por ahí, esto no es Bambi).
No importa si sufres un poco... al final estamos haciendo lo que nos gusta... ¿qué más podemos pedir?. Así que siempre con una sonrisa!
Como le he dicho al
jefe Jaime, a partir de aquí ya solo podemos ir para arriba (con permiso
de los virus), así que ya nos ponemos rumbo a la siguiente parada en el
Campeonato de España de Media Distancia Valencia
113, a subir otro peldañito que nos lleve al IM.
¡Gracias a Carlos Triatlón por las fotos!!!
2 comentarios:
Bienvenida de nuevo....que ya se te echaba de menos!! je,je,je....
jajaja lo malo es que voy a competir como una vez al mes, así que tampoco me explayaré mucho,pero algo es algo jeje ;-)
Graciaaaas!
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