En estas 6 temporadas que llevo de triatlón siempre he tenido, por decirlo de alguna manera, un objetivo global. Mis intenciones siempre han sido hacer una buena temporada (con la definición de "buena" diferente cada temporada, claro), que incluía un montón de competiciones de diversa índole, pero que comenzaba en febrero/marzo y terminaba en septiembre/octubre. Lógicamente consideraba unas competiciones más importantes que otras, más o menos con esta caracterización:
- Tipo A: objetivos principales. No más de 2 por temporada suficientemente espaciadas en los que intentaré estar a tope y, por lo tanto, ajustaba la planificación para ello, con sus cargas, su descarga y su supercompensación. Uno de ellos casi siempre ha sido el Cpto. de España de Triatlón y el otro un poco más variable
- Tipo B: competiciones en las que lo quieres hacer bien, pero tampoco son vitales. Se calcula la descarga necesaria para estar fuerte pero descansada en esa competición. No serían más de 5 o 6 por temporada.
- Tipo C: competiciones tipo entrenamiento, en los que apenas hay descarga y se meten casi como un entreno de calidad más (con ciertas precauciones para no sobrecargar, pero poco más).
Así, si había una época un poco más floja, pues ya vendría otra mejor…. Tienes tus altibajos, pero al final el resultado es la suma de esos 6-7 meses que, además, solía ser una suma positiva con creces. Pero este año no. Este año hay un día en luces de neón sobre mi cabeza. El 24 de julio brilla y parpadea constantemente. Además, a estas alturas, está a punto de iniciarse un marcador igualmente luminoso que arrancará con la leyenda: “faltan 3 meses y bajando”.
Y, cuando pasa eso, pues te preocupa que a falta de tan poco tiempo, lleves 2 meses sin correr. Te preocupa porque, aunque parece que poco a poco voy saliendo de este pozo (ya he empezado a trotar algunos minutillos y no hay dolor, aunque sigo notando que algo no está bien), 42km son muchos kms y ahora no puedo ni correr la décima parte. Te preocupa que no hayas podido entrenar toda la bici que te gustaría y te preocupa doblemente cuando ves a la gente que van como motos y tú te notas tan verde aún. Te preocupa que entre unas cosas y otras, no consigues enlazar dos semanas buenas seguidas. El agua no me preocupa… debe ser lo único.
Y no me preocupa que no pueda terminar el IM, no. Eso, si la lesión no lo impide que contra eso no se puede luchar, tengo claro que no será problema. El problema es que yo no quiero terminar, sino terminar bien. Y terminar bien no significa hacer menos de X tiempo (un 11:XX con XX lo más bajo posible estaría bien, pero en el triatlón nunca me he fijado en los tiempos y no voy a ponerme marquista ahora… si fuera así, me hubiera ido a Roth en vez de a Frankfurt ;-)), o hacer entre los X primeros puestos de mi GE (que X<15 sería una buena cosa, claro está). Terminar bien significa poder tener sensación de apretar en la bici sin pasar momentos muy malos y, sobretodo, poder hacer el maratón corriendo (salvo en algún avituallamiento, se entiende), de manera que cruce esa meta con sabor a competición, no a supervivencia. Luego el día D puede pasar lo que sea, porque hay mil cosas imprevisibles que pueden hacer que te arrastres a 4 patas, pero quiero estar preparada para la otra opción
(NOTA: a veces he dicho algo así y hay gente que le ha parecido mal, así que aclaro que no me parece mal, ni despreciable, ni no meritorio el que vea el IM como una supervivencia... solo digo que a mi, hoy por hoy, me gusta planteármelo como una competición y que, cuando no pueda tomármelo así, pues ya veríamos, aunque imagino que me dedicaré a otras cosas que requieran menos dedicación, pero que cada uno se lo tome como quiera, que a mí me parece bien aunque yo no lo haga).
Ibiza es buen ejemplo… Jaime siempre me dice que me fui tocando el pinrelillo en la bici (aunque hice el primer parcial de todas las chicas quitando a las dos guiris que quedaron 1ª y 2ª, paraditas en los arbustines incluidas jeje) y, aunque no pude dar todo lo que hubiera podido dar si no hubiéramos tenido La Tormenta Perfecta sobre nuestras cabezas, sí que tuve sentimiento de competición en todo momento… incluso en mi paseo al WC del bar en la carrera a pie jeje. Y así quiero que sea el IM. Y quiero que sea así porque sé que es el primero, pero no sé si habrá un segundo ni cuándo, así que no hay que desaprovechar oportunidades… Así que sí, estoy preocupada.
Es verdad que no estamos tan mal, y las carreras (la entera de Sergio y la 2/3 mía, claro) que hicimos en el ICAN dan buena muestra de ello. El test de Morcuera de Sergio el sábado pasado (antes de piñarse) también fue espectacular, subiendo su FTP en más de 20w (hizo la subida en 35’ a 272w, a 4,25w/kg que ya está bien). Supongo que tenemos alguna renta de la que tirar, pero hoy por hoy la preparación no está saliendo como nos gustaría y eso nos inquieta. Tanto que, como después de Semana Santa la cosa no empiece a remontar, nos tendremos que plantear alguna cosa…