Sergio conduce mientras yo me como un bocata. En el giro para tomar la carretera que baja al pantano siento un giro en el estómago… ya estamos de nuevo aquí, qué nervios. Llegamos al pueblo y todo son caras conocidas. Cada 50m a recorrer son 2 ó 3 paradas para charlas con conocidos, compañeros, amigos. Esto es parte de la magia de Pálmaces. Hay un denominador común en las conversaciones: vaya suerte hemos tenido con el tiempo, que debe hacer como 10ºC menos de lo que hacía otros años.
Toca calentar, pero es difícil en un agua tan fría. Era curioso ver como todos tiritábamos a la orilla del pantano, ¡en Pálmaces!. Suena la bocina y a nadar!!. Tras unos metros de pelea, veo a Sergio, intento que se me enganche, pero no lo consigue (aunque yo creía que sí). Sigo avanzando hasta que encuentro mi huequillo, metida en un grupo en el que veo que vienen compañeros de club que nadan mejor que yo, así que genial. La verdad es que da gusto nadar así, con gente alrededor, que ni preocuparte tienes de orientarte (que normalmente, como somos cuatro chicas, acabo haciendo metros de más perdida por ahí).
Mantengo el grupo hasta el final (31’ y 48ª posición y 3ª chica) y toca ir a por la bici.
Salgo algo mareada, así que me tengo que agarrar a la barra en la transición, pero me recupero rápido y a pedalear! . Y ahí es donde empiezan a pasarme ciclistas por todos lados… es normal, la diferencia entre chicos y chicas en natación es infinitamente menor que en bici, así que hay que mantener la calma. Me pasa Sergio en la cuesta y veo que va muy bien posicionado, así que genial!. También me pasa Xavi, muy “aero” él ;-).
Llegamos a la carretera y empiezo a dar caña a la bici. Me lo paso pipa, apretando, acoplada. Me pasa Ana Casares. Al final del primer tramo de ida a Atienza empiezo a notar las piernas cargadas, sobretodo en la parte posterior, creo que por no estar acostumbrada a ir tanto tiempo acoplada. Echa el freno, Esthercita, que siempre te pasa lo mismo y luego ya sabes lo que te espera en la carrera a pie…
Así que el tramo de vuelta más tranquila (10 ppm menos), hidratándome y comiendo bien, con mucha cadencia y con aún más cabeza, a pesar del viento que pegaba bastante y en varias direcciones. Casi llegando a boxes me pasa otra chica… ya voy 5ª (1h56’ transiciones incluidas, 137º parcial)… a ver si consigo no perder muchos puestos corriendo…
En boxes, al bajar de la bici, me da un pequeño tirón en el femoral… ¡¡glups!!. Echo a correr y, una vez pasó el primer km “pata-palo”, cojo un ritmillo muy bueno. Voy muy bien, muy suelta… sufriendo, claro, pero corriendo alegre. Voy controlando las distancias con el resto de chicas. Por detrás viene Sarita talaverana, que sé que corre como una gacela, así que me coge casi seguro, pero habrá que intentar que no… En la segunda vuelta, en vez de bajar el ritmo, como suele pasar, me veo con fuerzas para subir un puntito, y así lo hago.
Sigo a buen ritmo y voy hasta adelantando gente. Me encuentro muy bien y, a falta de 3km, vuelvo a subir un poquito. Última cuesta, Portsea me anima, ya casi está. Llegamos al pueblo y veo que puedo llegar 5ª así que aprieto lo poco que me queda y por fin llegué!!. 1h02’ en la carrera a pie (va a ser que de vez en cuando hasta corro y todo ;-)… 12’ menos que el año pasado) y 3h30’ en total (puesto 109 de la general y 5ª chica!!), 1h menos que hace 2 años. Guau.
Como consecuencia unas pequeñas náuseas, un dolor de piernas como nunca me habían dolido, que aún hoy continúa, y una alegría y satisfacción por ver el fruto de todo trabajo enorme :-). Y también se ve ese fruto de tanto como se lo curra en Sergio, que no para de mejorar y mejorar y, en esos ritmos en los que se mueve, ya es mucho decir… no sé dónde tiene el límite, la verdad…
Sé que tampoco es gran cosa lo que hago ni lo que consigo, pero como a mí me hace ilusión ;-), no puedo evitar dar las gracias a Portsea por estos 2 años de aguantarme ;-), que con su guía he conseguido una mejora continua y, una de las cosas que más valoro, sin media lesión. Eres un artista del entrenamiento triatlético ;-). Gracias.