Hace un par de días, brujuleando por un popular foro de atletismo me encontré con un post que trataba sobre por qué se ven pocas mujeres corriendo maratón, lo que derivó en un debate sobre las causas de que seamos tan poquitas compitiendo. Así, mensaje tras mensaje, cada uno daba una opinión, y algunos de ellos algunos datos, como mi cuñaete Misha, que es un enamorado de los números, y reflejó la participación femenina en el maratón de Nueva York, en el que participó hace pocos días, y en el total de las mujeres suponía el 34% de la participación, algo impensable en ninguna cita atlética o triatlética un poco exigente en este país nuestro, en el que si llegamos al 20% casi se trata de un éxito (y en triatlón ni eso).
Foto: www.as.com
Lo más curioso es que, entre las respuestas del foro, las de los chicos que querían dar una imagen de que apoyaban el deporte femenino reflejaba frases como “para mí es un factor más que importante el hecho de que sea su propia pareja quien las anime“ o “antes corro yo a mi ritmo y luego la recojo para acompañarla”. Esto me parece tremendamente grave, porque sin pretenderlo, son este tipo de actitudes que en principio parecen tan “galantes” las que no nos dejan salir de la espiral en la que estamos.
¿Animarnos?, ¿y por qué nuestra pareja tiene que animarnos?, ¿qué no sabemos decidir solitas lo que queremos o no queremos hacer?, ¿por qué creen que necesitamos que nos animen especialmente?. Creo que está bien que se anime a la gente a hacer algo de deporte, sobretodo porque nosotros lo vivimos como algo tan bueno que queremos compartirlo con los demás, pero esto es independiente de si es hombre, mujer, pareja, amigo o compañero de trabajo, ¿no?. Y lo que me puede ya es el tema de los “acompañamientos”. Últimamente la verdad es que se ven más chicas corriendo, al menos por Tres Cantos, pero es que 2 de cada 3 van con su parejita al lado, que el pobre hombre va casi silbando porque en vez de entrenar está acompañando a su chica, así que probablemente ya haya tenido que entrenar antes o lo tenga que hacer después. ¿Qué pasa?, ¿que se pierden o algo?, ¿no saben ir solas?. Y cuando esto ocurre en una competición (casos hay hasta de hombres que acompañan a sus mujeres durante tooooodo un IM, así que imaginad) ya me puede (no hablo de hacer de liebre en una competición concreta por un objetivo específico, hablo de acompañar, que es diferente)… pero el problema, como digo, es que esto se ve como un acto de galantería, de amor, de cariño, de que se preocupa y la cuida, y así es como lo ve tanto él como ella. Creo que mientras esto esté tan extendido, nunca podremos estar en igualdad de condiciones… nunca.
Foto: img.mensencia.com
Ojo, que cada uno es libre de hacer lo que quiera y está claro que la sociedad hoy por hoy es así, y que muchas mujeres si no salieran de la manita de sus chicos ni siquiera saldrían, lo que con vistas en el presente podría decirse que es hasta bueno, que así por lo menos hay alguna más, pero creo que a futuro esto es algo tremendamente perjudicial. Para mí estas actitudes de tratarnos como muñecas de porcelana que nos fuéramos a romper, como si necesitáramos siempre un hombre a nuestro lado que nos cuide porque no sabemos cuidarnos solitas, lejos de considerarlas románticas, las considero como muros que no nos permiten desarrollarnos, como una forma indirecta de decirme que soy débil. Para mí lo realmente romántico es tener a alguien a tu lado que confía en ti, que te apoya y que está orgulloso de tus logros, aunque cuando haya que salir a correr él corra a 4’/km y tú a 4:50/km, cada uno por su lado, o salir en bici en grupos distintos (o uno delante y el otro detrás en vez de ir en paralelo) porque se trata de entrenar, e ir juntos supone que o uno no está entrenando, o está entrenando por encima de lo que debe o ambas cosas a la vez. Claro que a mi también me gusta compartir entrenamientos con Sergio, pero solo de manera puntual cuando lo planificado lo permite (esto en carrera a pie, que ya sabéis que en bici ambos cumplimos el entrenamiento yendo él delante y yo a rueda y en natación lo mismo pero al revés ;-), que no hay “acompañamiento” por ninguna de las dos partes, sino que se trata de “compartir” o “simultanear”).
No quiero molestar a nadie con este tema… solo se trata de mi opinión y respeto a quien lo haga de otra manera y, es más, lo entiendo, porque hoy por hoy es lo que hay, pero a mi me apetece ver un futuro parecido a lo que se ve por Central Park o Hyde Park, en el que el número de mujeres corriendo supera al de hombres y se las ve muy felices yendo solitas, haciendo su entrenamiento o simplemente haciendo un poco de “jogging” para estar en forma (aunque también hay países que están pero, que me han comentado que en Italia los gimnasios están llenos de mujeres pero ninguna hace deporte en la calle porque está mal visto el deporte femenino y lo que se lleva es hacer ver que tienes buen cuerpo por "inspiración divina"), y creo que esas actitudes nuestras distan mucho de ser el camino…
Foto: www.nyrr.org
Claro, que esto solo es la punta del iceberg. Luego están temas como que nosotras mismas nos echamos a la espalda demasiadas tareas que nos restan tiempo para aficiones (y teniendo hijos ya ni hablamos), el pensamiento de que este tipo de deportes "masculiniza" nuestros cuerpos (y es verdad que aún a la mayoría de los hombre una mujer fuerte les intimida y las prefieren con carne blandita aunque estén delgadas), la falta de aceptación social de nuestra competitividad (que muchas la tienen pero tienen miedo de sacarla a la luz porque es algo que no gusta en nosotras), las absurdas vergüenzas que son un lastre enorme (y que colaboren a que tengan tanto éxito las citas específicas de mujeres, como la carrera de la mujer o el triatlón de la mujer),...