Lo que no es una sorpresa es que os diga que no está siendo fácil. 2 meses es muy poco tiempo para cualquier adaptación y máxime si a lo que te tienes que adaptar es a una nueva forma de entrenar, a una nueva alimentación y a una nueva filosofía. Está claro que es un riesgo, pero el que no arriesga no “gana”, así que al menos merece la pena intentarlo, especialmente de cara a tomar nota para saber cómo ajustar las cosas lo mejor posible para el año que viene. Para aprender, hay que probar, y aprender para mí, ahora mismo, es lo más importante.
Pero claro, esto también tiene su parte dura. La carilla triste que se me pone por las mañanas mirando el bizcocho de Sergio mientras yo ingiero mi bol de avena con leche de soja y unas pocas nueces es para foto. El “mono” de carbohidratos y guarrerías que me da muchas tardes en las que me comería 8 donuts de chocolate del tirón me hace pasar unos minutillos salivando. La semana que he pasado arrastrando los pies porque me encontraba bajilla no ha sido sencilla. Pero, al final, todo son pequeñas barreras que he superado y voy superando, y eso es lo que más fuerza y moral te puede dar.

Y otro momento crítico es cuando recibes los entrenos y se te saltan los ojos de las cuencas al ver los ritmos. Estábamos mentalizados para el volumen, pero no pensábamos en esa mezcla explosiva de volumen más intensidad. Como muestra, ahí van algunos botones de los últimos días:
• Los más de 16km del jueves haciendo 12 de ellos con 1km @4:40 + 1km @5:10 compartiendo algunos de esos kms con nuestro vecino Sergio. 1h22’ que me dejaron las piernas hechas trizas pero que, no se sabe cómo, especialmente cuando el día anterior me había arrastrado durante casi 70’ (tanto que tropecé y me pegué un buen piñazo), no salieron mal del todo.
• La natación del viernes donde, aunque no tocaba especialmente, acabamos haciendo ritmitos majos turnándonos Sergio, Jaime S. y yo, para continuar con un poco de técnica en fatiga hasta completar unos 3300m.
• El sábado con 2h30’ con la cabra a 145w de media que sirvieron de “calentamiento” para los 70’ de transición con 4 cambios de 6’ a 4:36/km (que supuestamente tendrían que haber sido a UAN, que es un pelín más rápido, pero no pude dar más de sí). Con esta sesión cumplo 49km a pie esta semana… vaya tela. Y, para recuperar, un rico cous cous con verduritas y pollo al wok mmmmmmm

• El domingo con 114km penando sobre nuestras cabras pero arreando al llegar al Cerro de San Pedro, allá sobre el km86, que subimos tratando de hacerlo a FTP y que, sigo sin saber cómo, me salió a 197w (en 19m28s desde el cartel de salida de Guadalix), lo que teniendo en cuenta que ahora rondo los 56kilines (cómo se nota ese 1,5kg menos corriendo, uffff), da 3.52 w/kg que parece que no es mal dato. Eso sí, al pobre Sergio casi le tengo que ir a buscar luego con el coche jeje
Pero, como todo, esta nueva metodología de entreno, si bien hay muchas sesiones muy duras que te dejan muy cansado, sí que es verdad que tiene alguna ventaja, como por ejemplo, que doblamos menos y el no tener que estar todos los días corriendo de acá para allá también estresa un poquito menos. Es más, incluso algún día, como ayer por la tarde, he tenido tiempo hasta de aburrirme y todo jajaja.
Y así, con una sonrisa, encaramos esta semana, que sobre el papel da auténtico miedito, pero que estoy segura que superaremos :-).