Así, este sábado por la tarde, se celebró en la casa de campo el Open de Madrid, triatlón con el formato de la Copa del Rey a nivel autonómico, y era una de las convocadas para el equipo femenino. Cierto es que había encadenado 3 entrenamientos de carrera a pie con buenas sensaciones y sin molestias: uno de 40’ el domingo en transición después de 2h30’ de bici, otro el miércoles de 45’ con la sensación de que podría seguir otros 45’ y otro el jueves, más cansada, pero con 40’ bien hechos y ya metiendo alguna cuestecilla. Pero cuando sabes que la lesión sigue ahí, porque subiendo escaleras sigue pinchando, la incertidumbre sobre cómo puede responder es enorme.
Y además se juntó con un elemento extra: el asma. El viernes, con las tormentas, pasé un día fatal, con Ventolín casi cada 2 horas (que no sé cómo pude hacer el entreno de 15x100 c/1:45 @1:29-28 en la pisci sin ahogarme) y el sábado apenas pegué ojo porque no me entraba nada de aire. Y, para más INRI, salí el sábado por la mañana a rodar un poco en bici y, al no entrarme nada de aire y como consecuencia del chute del Ventolín, se me dispararon las pulsaciones, me mareé y un poco más y me caigo de la bici, así que me bajé, me senté en el carril a un ladito hasta que pude bajar los latidos, y vuelta a casa tranquilita, así que temblando estaba de pensar en las 3 subidas a Garabitas…
Pero, al final, tantas dudas y tantas inquietudes cayeron en saco roto, porque todo se dio más que bien o al menos todo lo bien que podíamos hacerlo las que íbamos, cada una con nuestras cosas y desde luego ninguna en nuestro mejor momento, pero a base de garra y espíritu luchador, pudimos no solo llegar bien, sino hacerlo en 3ª posición, que no es moco de pavo. En la natación fuimos bastante compenetradas, tirando bien Martita por delante y con la buena orientación que la caracteriza, y Ana y Yure aguantando el ritmo que no era bajo más que bien (y servidora echando un cable a modo de “lanzadera” por ahí detrás ;-)).
En la bici nos defendimos e hicimos sufrir un poco a la pobre Marta, que aguantó como una jabata sin media queja y dando todo lo que tenía… un ejemplo para muchas. Y en la carrera a pie fuimos cogiendo un ritmo bueno al que mis piernas no están aún acostumbradas y la orden de mi cerebro se ve que no les llegaba muy bien, pero me conformo con haber tenido sensaciones de ritmo de competición sin media molestia, que no es poco. Ahora que, pensar en hacer el doble de eso este viernes hace que me eche a temblar…
Bueno, ya me voy pareciendo más a una triatleta, que en 3C daba pena verme ;-)) (aún con el "percance" en mi tritraje y todo jeje)

Y, después de tanta alegría, el domingo fuimos a celebrar el bronce con 4h25’ de bici incluyendo una subida fuerte a Matalpino (15' a 200w) seguida de una subida a Navacerrada en la que un poco más y me caigo redonda… pasé las de Caín, con una pájara y una sed insaciable desde el inicio del puerto, de la que ya no pude recuperarme en toda la jornada por más que bebía y comía… qué mal rato… pero bueno, para que haya día buenos tiene que haberlos malos, así que adelante!