Era un fin de semana delicado y todos teníamos las emociones a flor de piel, así que todo lo vivimos muy intensamente. Estuvimos alojados en Playa Calón, en unos apartamentos muy chulos que daban a una playa que, aunque era feuchilla, tenía un agua clarísima y para nadar parece que era una gloria (aunque al final no la pude catar). El sábado por la mañana fuimos a reconocer el nuevo circuito de bici bajo una buena solanera… uhmmm, tiene pendientes majas, seguro que va a doler.
Reunión técnica de equipo, bocata gigante para comer y rumbo a San Juan a animar a nuestros chicos, que corren a las 15h bajo un sol de justicia que no nos impide ir de un lado a otro voceándoles sin parar. Lástima que, aunque hicieran muy buenas carreras todos, al final quedaron 5º, pero tan solo a 20 puntitos de lo que hubiera supuesto el ascenso a 2ª División. Pero bueno, lo importante es que todos lucharon hasta el final y dieron todo lo que tenían.
A las 17:15 salimos nosotras. Hace mucho calor, pero el agua está buenísima, sin oleaje y parece que sin medusas, así que genial. Concentración, bocinazo y al agua!.

Como siempre me cuesta coger ritmillo, pero poco a poco voy encontrando la velocidad buena y creo que voy nadando bien, pero me parece que muy rectas no vamos. Yo tengo como referencia a una chica que llevo como a 10 metros (¿pero por qué nunca cojo grupo y me toca ir siempre sola?) que a su vez sigue a un pequeño grupo que va a unos 20 metros de ella. El caso es que por unas o por otras, creo que nadamos unos cuantos metros de más, pero como para todas fue lo mismo, al final tampoco cambia mucho la clasificación. Salgo con Martita Cabello del agua (eso es buena señal) y toca pedalear, esperando que lo pudiéramos hacer juntas.

Según me subo en la bici veo que las piernas responden y Sergio me había dicho que la gente reventaba bastante en la cuesta (que por la mañana me pareció que no iba a ser tan decisiva como al final fue), así que tenía que intentar remontar todo lo que me fuera posible, que allí hay gente que corre mucho a pie. Voy cazando a gente y cada vez estoy más cerca de la cabeza. Sergio me dijo después que en la 1ª vuelta ya había recortado a Marta Jiménez y María Bravo hasta tenerlas solo a 30”. Al ritmo que llevaba, yo creía que podía cogerlas, así que a por ello fui (por intentarlo que no quede). Justo al terminar la primera vuelta, cazo a dos chicas del Aquaslava y me pongo atrás lo suficiente para recobrar el aliento y darme cuenta de que puedo ir más rápido, así que me pongo de nuevo a tirar, en el falso llano del principio del circuito.
Pero cuando me quiero dar cuenta, tengo a una de las chicas a mi lado, echada encima de mi, con pinta de haber perdido el control de la bici y empujándome hacia el bordillo, hasta que, antes de que pudiera reaccionar, ya había volado por los aires para dar con todos mis huesos en el duro y oscuro asfalto. Me quedo un rato tirada, medio en shock, y me levanto con los nervios dando voces y muy nerviosa. Me miro… estoy magullada pero no parece nada serio. Miro la bici y, aparte de la cadena totalmente fuera y las manetas metidas hacia dentro, parece que todo está bien. Coloco el puente de unión del acople que está a unos metros de la bici, meto la cadena pringándome entera de grasa y me monto en la bici de nuevo con la intención de tratar de terminar como sea, aunque sea a rastras.
En esos momentos, entre el susto y el disgusto no puedo parar de llorar, hasta que me pasa Inma y me dice “¡pero deja de llorar, conviértelo en rabia y tira p’alante!”. Así que en ese momento me cambia el chip y en lo único que pienso es en cazar a mi exgrupo de nuevo. Poco a poco voy recuperando el ritmo, hasta que llego a la altura de Martita Cabello y le digo que se pegue a mi rueda, que vamos a por ellas. Y así voy, apretando los dientes, con molestias en el cuerpo, sobretodo en las manos, pero pedaleando fuerte y remontando más y más cada vez.
Así consigo pasar a parte de mi exgrupo y llegamos a la T2 muy bien situadas (creo que en la 10ª posición), pero cuando pongo el pie a tierra noto un dolor fortísimo en el costado izquierdo, como si me clavaran un puñal, que me obliga a gritar y a pararme casi en seco, pues no podía apenas andar. Llegué incluso a pensar que me había roto algo Pero pienso en donde estoy y pienso que si no puntúo no servirá para nada el esfuerzo de mis compañeras, así que tengo que terminar, aunque sea andando, porque creo que aún así entraría en el tiempo de corte, aunque sea en una no muy buena posición, pero no nos podemos permitir perder puntos. Así que allá voy, aunque Sergio me grita que lo deje (siento haberte dado ese susto, mi peque), sé que puedo hacerlo. Voy encorvada, cojeando y llorando, pero los ánimos que me van dando las chicas que me van adelantando y sobretodo mis compañeros me animan siempre a seguir. A la mitad de la primera vuelta, parece que voy entrando en calor y empieza a doler un poquito menos, así que al menos ya puedo trotar, aunque sea muy despacito.

Y así voy recorriendo los kilómetros, poquito a poco, hasta llegar a la meta. Se lo debía a Miguel, a Ángel y a todos mis compañeros. Abrazo con Sergio, que ya se tranquiliza un poquito al ver que estoy bien, y con mis compañeros, y directa a la Cruz Roja a que me curen un poquito. Betadine, hielo, ibuprofeno y a tirar :-)… chapa y pintura, aunque lo malo es que me va a tocar estar unos días parada (no podré correr hasta que no me baje el golpe de la cadera ni nadar hasta que no regenere las capas de piel que dejé de recuerdo en el asfalto almeriense, pero seguro que en un par de días ya estoy subida al rodillo jeje), pero todo mereció la pena y más cuando supimos que éramos primeras!!!!!. ¡¡El año que viene corremos en 1ª!!, ¡¡qué ilusión!!!.
Gracias a todos mis compis por los ánimos y por curarme las heridas a pesar de lo que me quejo (esa MAE y esa Sarita enfermeras!), al equipo femenino por ser tan guerreras lo que me ayuda a esforzarme el doble para poder estar a la altura, a Sergio por ser como es y por cuidarme tanto, a Ángel por lo que lucha por nosotros y a Miguel porque él también corrió con nosotras y porque nada sería igual sin su huella.
P.D.: gracias a Felipe por las fotos :-)