Llegamos allí el viernes por la tarde. Hace un día precioso y tenemos unas vistas espectaculares desde la habitación a la Playa de San Lorenzo, que está hasta arriba de gente. Trotecillo sorteando gente por el paseo para soltar piernas, progresivos para activar, cenita italiana y a dormir.
El sábado desayunamos bien y acompañados por el equipo masculino (yo estaba de infiltrada en su hotel ;-)) y vamos a reconocer el circuito de bici. Al final, entre la vuelta que di con los chicos y la que di con las chicas cuando las encontré, diría que hice unos 20km. Y, al terminar, ¡oh!, rueda de atrás pinchada. Otra vez el Tufo y no tengo el líquido para arreglarlo. Total, que tengo las 2 ruedas pinchadas… menos mal que Sergio trajo su juego de ruedas de repuesto por si no le iban muy bien las que le dejó Martin. Vaya temporadita que llevo con los pinchazos. (Nota para los que estéis pensando en decirme algo ;-): resulta que al ser tubular para cubierta hay que inflarlos a 12-15k, y nuestra bomba apenas llega a dar 12k, así que es posible que ahí esté la causa).
Llega la hora de la comida, pero es tardísimo, así que prefiero no comer más que 3 pedacines de pan (también hay pasta, pero normalmente no me sienta bien antes de competir, y menos con tan poco tiempo para digerir). Vamos para allá y, a pesar de que son las 14:15, abren en ese momento el control de material. Y supuestamente tenemos que salir a las 15h. Nervios y más nervios… a mi me gusta llegar con tiempo, con 1h30’ al menos, así que esto me pone muy nerviosa… y más viendo el lío que tenían allí los jueces, que iban con retraso y sin tener claras muchas cosas.
Con el retraso, nos da tiempo hasta a calentar en el agua y todo… aunque en ese momento no sabía que lo que tenía que haber calentado era algún tipo de boxeo en vez de la natación. Nos llaman a cámara de llamadas, elegimos nuestro sitio en la salida y comienza el espectáculo!
No sé qué pasa últimamente que me arrean una de golpes en las salidas que no son normales. Y eso que cada vez me desviaba más a la derecha, pero aún así llovían puñetazos, patadas e incluso una chica que insistía en montarse encima de mi chepa una y otra vez. Cuando consigo mirar para saber dónde estoy, veo la boya a la derecha a tomar viento. Hay unas olas horribles, cada vez más, mucho movimiento y muchas muchas corrientes.
Consigo llegar a la primera boya y ya me oriento más o menos y empiezo a pasar gente. Llegamos a la segunda, que nos dicen los que nos vieron que se empezó a ir cada vez más lejos pero que, cuando la barca fue a recolocarla, ya había pasado la primera chica, así que tuvieron que dejarla ahí. Las olas me apalean. No hay quien nade. Esto es una lavadora, qué horror. Ahora toca ir a la de salida. La corriente es tremenda y la resaca también. Veo una boya enorme a la derecha así que voy a por ella, pero me doy cuenta que no llevo a nadie alrededor… ¿dónde está la gente?. Pues miro a la izquierda y allí están, yendo hacia una rampa con moqueta azul que debe ser la salida. ¿Y para qué han puesto esa boya ahí entonces?. Lo que ya faltaba es que pusieran cosas para despistar. Pues hacia la rampa pues… y por fin salgo de ese infierno, medio mareada y casi sin respiración.
T1, cojo la bici, hago equilibrios para no caerme cuando choqué la rueda con una pata de una valla (un poco más y me meto un piño de escándalo) y a pedalear. Desde el principio noto que no voy. Me duelen las piernas y no cojo ritmo. Me pasa Ruth embalada cuesta abajo y, después de la curva, al descolgarme 5m, ya no puedo volver a enganchar. No voy, no voy. Y encima hace un viento horrible… lo que faltaba ya. Me quedo con una chica del Musel y, detrás, venía Carolina de mi equipo y creo que alguna otra chica (que después se quedarían por el camino y otras se engancharían).
Voy tirando yo (para variar) pero, cuando se pone a tirar la chica del Musel, lo que hace es dar un palo… pero un palo en toda regla, mirando para atrás y todo. Yo no lo entiendo, porque luego se desfonda y volvemos a enganchar, lo que aprovecha para bajar el ritmo y pedir un relevo. Le digo que no de palos, que así no vamos a llegar a ningún lado, pero nada. Y, sinceramente, porque no llevaba yo piernas ese día, porque si no 1 me da, pero al segundo, en cuanto se desfondara, no me volvía a dar ninguno más, os lo aseguro. Pero no tenía yo día para alardes, así que a aguantar. Incluso aguanté que una chica del Mataró nos azuzara para dar relevos cuando la pillamos, sin dar ella ni medio. Pero bueno, si no hay patas, pues hay que tragar quina…
Por fin la T2, y nos toca correr. Y hablo en plural porque ya sabéis que corremos juntos mi asma y yo. Ser diesel en los olímpicos es genial, porque la gente sale desbocada y luego van petando. Pero es que en los sprints salen igual de desbocadas pero luego no petan lo suficiente como para que gente como yo, que si salgo a tope me asfixio, podamos recuperar puestos. Así que es lo que toca. 2 vueltas pasándolo fatal (incluso me quité la gorra porque con el viento notaba que me hacía resistencia) y otras dos mucho mejor, pero ya tarde. Tras un resbalón en un giro con la gracia de correr sobre césped, por fin llega la meta.
Entro 10ª. Mis compis Marta y Carol, 6ª y 8ª respectivamente. Después Martita, Inma y Patri, dentro del corte. Otras se quedan a poco más de 1 minuto. Pero tener 3 chicas entre las 10 primeras y 5 entre las 20 primeras no es suficiente. Las chicas jugamos un juego diferente. Aquí gana la que más chicas meta en corte, aunque sea en los últimos puestos, no hay más. Sabiendo esto me planteo si no hubiera sido mejor esperar a las que iban más justas y tirar de ellas en la bici, porque para mí perder 20 puestos solo supone 20 puntos menos, mientras que con que 1 más hubiera entrado, tendríamos 60 puntos mínimo más. Pero eso es difícil de prever y la verdad es que, entre que las chicas del Mataró lo hicieron de lujo y reventaron la carrera, la natación era laaaaaaaarga además de horrible (lo que perjudicó a las menos delfinillas) y la bici larga también, no se podía haber previsto nada a priori.
Así es esto. Quedamos terceras, tenemos nuestra medallita y nuestra foto en el podium, pero no conseguimos nuestro objetivo, que era ascender a primera. Pero bueno, el próximo año será… o al menos lucharemos porque así sea. Eso sí, la experiencia, una pasada :-).
Por suerte luego los chicos nos dieron una alegría, quedando en 6º lugar y demostrando que con ilusión se puede tener un equipo compacto que esté luchando codo con codo con los mejores equipos de España y encima haciéndolo bien siendo un equipo modesto y 100% popular. El ver a Guille en el primer grupo fue una alegría inmensa, Hugo como siempre siendo muy regular, Iván y Enrique controlando su grupo de bici, Jaime, Martin y Carlos haciendo grupeta en la bici imparables, Jose Miguel remontando desde el agua, Sergio luchando sólo en una competición que se le hizo cuesta arriba (¿quién ha dicho que competir con los mejores sea fácil? ;-)) pero de la que seguro que habrá aprendido muchas cosas y Mounir superando sus problemas mecánicos sin perder el ánimo. ¡¡Enhorabuena chicos!!!
Nota: fotos "usurpadas" de la galería de la web del Musel :-).