Cuando
el martes 14 nos plantamos en Suecia, ya llevábamos 10 días de
vacaciones, centrados únicamente en entrenar, comer bien, ver los JJOO y
descansar, descansar todo lo que nos era posible… y eso creo que sería
muy importante para lo que pasaría unos días después.
Los
días pre-IM fueron tranquilos, alojados a 1km de los boxes (que eran
únicos, lo cual ayuda bastante), atendiendo al briefing, pasta-party,
check-in (que se desarrolló de una manera tremendamente eficiente) y
moviéndonos un poquito aprovechando para ver un poco del circuito de
ciclismo y probar las frescas pero limpias y casi dulces aguas del
Báltico.
Es una ciudad pequeña, pero se respira ambiente triatlético por
todas partes. Estaba nerviosa, pero serena; respetuosa siempre, pero
confiada.
Así,
antes de que nos diéramos cuenta, ya estábamos metidos en el Báltico
con el agua a la cintura viendo un precioso amanecer nórdico con una
agradable temperatura exterior (unos 15ºC) y esperando el bocinazo.
¡¡¡Moc!!!, la salida intento hacerla fuerte para posicionarme bien y
afortunadamente recibo muchos menos golpes que en Frankfurt… creo que el
que nos hayan organizado por cajones de tiempo estimado en la salida ha
sido todo un acierto.
La natación son 2 vueltas de 1500m pasando por
debajo del muelle abarrotado de espectadores animando y luego un tramo
de 800m que nos conecta con la rampa de salida.
Foto: Robert Toss
Nado
tranquila, cogiendo ritmo según avanzaban los metros y avanzando
posiciones para acabar saliendo en la posición 108 absoluta (2ª de mi
GE y 7ª chica) en 59:35. Buen comienzo.
La
T1 es corta, pero me tomo mi tiempo… sin prisa pero sin pausa. Hace
buena temperatura, pero el cielo ya está completamente cubierto, así que
cojo los manguitos y los meto en los bolsillos del top por si acaso.
Una
vez en la bici, sigo mi plan de siempre: no comer nada hasta estar
estabilizada, una vez lleve unos 10km pedaleando. Lo único que como son
geles, el equivalente a 12 geles disueltos en agua en el bidón de la
bici y otro bidón con agua que voy renovando en los avituallamientos. Eso me da la energía que necesito, también las sales y minerales y no sobreestresa mi delicado estómago.
Salgo
tranquila, pero aún así veo en mi Joule que los watios medios van
subiendo, así que tengo que esforzarme por controlarme. Me pasa Sergio,
que ha nadado bien y apenas le he sacado 2 minutillos. Cuando ya creo
que estoy estabilizada, empiezo a coger ritmo y para ello voy tomando a
ciclistas como referencia (a esas alturas de la carrera no es sencillo,
porque me pasan muchos a un ritmo demasiado alto), pero algo no va bien.
Casi desde el principio tengo un dolor muy intenso en ambas rodillas…
esto no me había pasado nunca y no sé cómo reaccionar ni en qué puede
derivar. Espero a ver si se pasa, pero no… y no quiero parar, así que me
pongo a estirar los cuádriceps encima de la bici (con bastante miedo de
caerme, que las cabras no son muy estables) y, tras varios
estiramientos, al final parece que se va pasando, uffff.
Decido
ir un ratito a mi ritmo tranquila, para bajar un poco los watios medios
que están en 152w, cuando mi idea era empezar a 140w y luego ir
subiendo según sensaciones.
A pesar de haber hecho pis unas 4 o 5 veces en el agua (8-O), me meo…
mucho… así que paro en los WC de un avituallamiento, que quedan como
130km y es demasiado.
Luego
poco a poco voy cogiendo ritmo, mientras seguimos en la preciosa isla
de Öland que, aunque es conocida como “la isla del viento” hoy nos está
respetando y apenas sopla, así que, como el perfil es totalmente llano y
el asfalto está impecable, se rueda a una velocidad muy alta sin
demasiado desgaste. Además, ayudan mucho los ánimos de los suecos que
salen de sus casitas al jardín con su picnic a animarnos durante todo el
recorrido… eso sí que no lo esperaba y se agradeció muchísimo.
Volvemos
a cruzar el puente de nuevo a Kalmar y ahí ya hay algún tobogancillo y
algún tramo con peor asfalto, pero aún así se rueda bien y el verde
entorno es espectacular. Sigue haciendo buena temperatura, que no pasa
de 18ºC, y caen algunas gotillas pero poca cosa. Yo sigo tomando
referencias, “persiguiendo” a Erik, Paul, Viktoria,… pero no me gusta
nada el ver cómo me pasan auténticas grupetas. Vale que no siempre se
mantengan 10m con la rueda del triatleta de adelante, pero de ahí a
montar un grupo que ni en el carril-bici… y encima, cuando te sobrepasan
y te engullen, hasta que pasan todos, me da pánico que algún juez venga
en ese momento y al final paguemos justos por pecadores…
A
partir del km 140 ya me pongo en “modo maratón”, a bajar un poco la
media de watios (que se me está yendo por encima de lo que pensaba) y a
reservar las piernas. Eso sí, los últimos 20km los hago rezando porque
al pasar unas vías me ha saltado el bidón con las herramientas y voy
indefensa ante problemas mecánicos… pero no quería pararme, que sabía
que estaba haciendo una buena carrera. Me han pasado relativamente pocas
chicas, unas siete (chicos bastantes, hasta 240 posiciones que perdí en la bici, pero es lo que hay, estoy acostumbrada y eso no quiere decir más que que he nadado bien :-)) y
creo que voy bien situada. Y estoy deseando bajarme a correr para dejar
que salgan los buenos entrenos que estaba haciendo últimamente en los que en los rodajes largos rondaba los 5'/km de media, que
tengo curiosidad por saber qué tal responden las piernas… Dejo la bici
con un tiempo de 5:20 (a más de 33km/h) marcando 145w medios (2.6 w/kg y 70% de FTP, justo lo que mandó el jefe y que yo dudaba poder hacer, pero ahí está...) en la posición 348ª general y 15ª femenina.
T2,
que también es cortita, cojo el Fuel-Belt con mis 8 geles disueltos en
agua (que de nuevo será eso y agua lo único que vea mi estómago) y a
correr. Los primeros kms voy con mucha cadencia, pasitos cortos, y
frenándome porque mis piernas están frescas y quieren guerra, pero hay
que tener paciencia… En el primer avituallamiento tengo que entrar al WC
de nuevo, ¿pero qué le pasa a mi vejiga hoy? Y ese será el único
avituallamiento en el que me pare en todo el maratón.
A
partir del km5 ya empiezo a subir el ritmo poco a poco, alargando un
poco la zancada pero siguiendo con buena cadencia, lo que hace que el
ritmo sea muy bueno. No llevo el Garmin, porque todavía no tengo tanta
confianza en mi carrera a pie como para ser capaz de ver que hago un km a
menos de 4:50 (que sé que los hubo) y no bajar el ritmo, así que confío
en mis sensaciones, que están siendo buenas en todo momento. Así no
paro de adelantar y adelantar gente, gente con buena pinta, muchos
chicos y varias chicas… creo que prácticamente he adelantado a todas las
que me adelantaron en bici, ¿cuántas pueden quedar delante?, empiezo a
pensar en podios y Hawaii, y sigo adelantando a gente, tanto de mi
vuelta como de la anterior (el circuito son 2 vueltas de 15km y 1 de
12km… me gustó, ayudaba psicológicamente que la última vuelta fuera más
corta), así que voy enchufadísima e hipermotivada. Pienso en la ola de
motivación que tiene que vivir Sergio en sus carreras a pie con tanto
adelantamiento.
Además, cuando pasas por el centro, está animadísimo
(aunque hay gente durante todo el circuito, pero más desperdigados), casi parece Zarautz, y
pasas al lado de la meta, la ves, la hueles, y empiezas a imaginarte a
ti mismo cruzando ese arco. Todo era positivismo y buenos pensamientos, y
los malos que pudieran venir o las tentaciones de bajar el ritmo, las
desechaba automáticamente.
Pero
claro, no podía ser todo tan fácil, que esto es un Ironman. Hacia el km
27 empieza a dolerme muchísimo la cintilla, la de la lesión del año
pasado, y el dolor me sube por todo el vasto externo hasta sentir otro
dolor punzante en el piramidal. Como yo tengo cierta obsesión con no
pararme en el maratón, intento aguantar, pensar que el dolor solo es
dolor, que no pasa absolutamente nada, pero lo de la cintilla me da
pánico… sé que como me pegue el latigazo, no es que no vaya a poder
correr, es que apenas puedo ni andar. Cedo y me paro unos segundo a
estirar, y parece que ha venido bien… sigue doliendo bastante, pero al
menos puedo aguantarlo. En esos kms me pasa una finlandesa, la que a la
postre sería 2ª de mi GE a un ritmo que no puedo ni intentar seguir
(hizo 3:21 en el maratón), pero es la única chica que me adelantó en
toda la carrera.
Al
rato repito la operación de estirar, porque aunque voy clavando el dedo
en el piramidal y en el tensor de la fascia lata mientras corro para
calmar el dolor, a ratos se hace insoportable. Pero apenas bajo el
ritmo, sigo corriendo, con buen ritmo y buena zancada, mientras sigo
adelantando a tanta gente (ya había gente de las 3 vueltas en el
circuito) que a veces hasta tengo que hacer slalom para pasar.
¡¡¡Guauuu!!!, ¡¡¡qué sensación!!!!.
En el km 25 y bien estiradita!
Lo
que hace grande al Ironman es que a base de fortaleza mental y
determinación, puedes quedar por delante más fuerte físicamente y más
preparada. No importa tanto lo rápido que puedas correr, sino el que
puedas mantener tu ritmo sin ceder al dolor o a las tentaciones de
bajarlo o incluso caminar…
todo es mental: saber que puedes y saber lo que quieres (salvo que sea
un tema de lesión o de estómago, claro, que si no comes, te quedas sin
gasolina y ahí sí que estás perdido)
No tengo ni idea del tiempo que voy a hacer, porque llevo el reloj para ver la hora de la salida
y los cálculos que hice en un momento me dijeron que podía bajar de
10h30’ si no bajaba mucho el ritmo, así que se ve no tenía mucha sangre
en el cerebro, porque ni me imaginaba el tiempo que marcaría el reloj…
…pero
allí lo veo, al fondo de la recta de unos 300m abarrotada de gente
gritando. La meta, la soñada meta. Acelero mientras voy aplaudiendo y
levantando los brazos… ¡¡qué momento más dulce, más especial, más
intenso!!. Espera… ¿¿10:03??, ¿¿en serio???, guauuuuuu. Solo cuando vi
las clasificaciones me di cuenta de que había corrido en 3:36 el
maratón!!!. Sabía que podía correr en 3:45 si todo salía de cara, pero marcar menos de 5:10/km de media es algo que no podía ni imaginar. Teeeelita.
Con mi visera del Club CycleOps que parece que me ha dado suerte ;-)
Además,
como el tiempo ya sabemos que siempre es relativo, tenía otro motivo de
alegría… he terminado 9ª de la general femenina!!, ¡¡top ten en un
Ironman!! (y 270 de los casi 1600 participantes) y 3ª de mi GE… ¿y si
pillo slot para Hawaii?. Pero no, por desgracia no hay roll-down y la
única plaza de cada grupo de edad femenino se la lleva la danesa que ha
ganado sin discusión posible. Lástima no haber nacido un par de añitos
antes y estar en 35-39, porque ahí hubiera ganado mi grupo jeje, pero
así son las cosas. Eso sí, el poder tenerlo tan cerca, verlo posible,
tanto que casi podía oler los hibiscos, ya es más de lo que podía
desear, así que ya es premio suficiente.
Acabar entera era uno de los objetivos... ¡más que conseguido!!
Al día siguiente en el podium de W30-34
Pues
sí, un día perfecto, que se redondeó además con la magnífica carrera de
Sergio que marcó 9h21’ con un maratón de 3:12 y terminando el 22º de su GE. Se lo merece, con
todo lo que ha luchado (aunque me gruña en la piscina ;-)).
No cambiaría
absolutamente nada de ese día, incluso con el dolor, porque pude
gestionarlo y supe sobreponerme y no rendirme a él… todas las
decisiones, las sensaciones, los pensamientos y, cómo no, ya que esto al
final es una competición deportiva en la que se trata de derribar tus
muros (y de estos han caído unos cuantos) y llegar lo más adelante
posible (o así lo es para mí), el resultado, que nunca había ni soñado con poder conseguir algo así...