Vaya fin de semana movidito en Gijón, ufffff… emoción, nervios, tensión, sustos, alegría, decepción, motivación, etc… ha sido intenso intenso.
Ya sabéis que el plato fuerte era la incursión de Sergio en Élite y su carrera, pero ya que estábamos… Pues eso, que allí estaba, sin ganas de sufrir en una competición que no me gusta y que, aún sin haberla catado, me parecía durísima. Pero una vez allí, entre que ves y vives la que había montada (espectacular, realmente alucinante… no tengo palabras), que nos hizo un solecito estupendo y una temperatura buenísima (y un viento también muy puñetero, las cosas como son), haces el reconocimiento del circuito de bici y alucinas con lo bonito que es, ves el resto de carreras y hablas con unos y con otros, pues ya te vas metiendo en faena.
Total, que cuando te quieres dar cuenta “estás a las órdenes del Juez de salida” y moooooc, empieza la fiesta. Yo que pensaba que aquí la gente salía más tranquila, pero no, salen desbocadas igual. Madre mía. Pero, después de unos segundos de dejarme llevar, entro en razón y cojo mi ritmito. Se me van unas cuantas, pero ahí estoy bien, apretando pero sin matarme, pim pam pim pam. Y en seguida empiezo a coger gente. Bien bien, vamos recuperando.
Pero, como era de esperar en una competición por la tarde porque siempre llevo fatal el tema de la comida (y esta vez, aunque 3 horas antes, me metí una baguette entera con pavo y queso + un plátano + nueces… vamos, que me pasé un pelín), al principio de la 3ª vuelta empiezan las molestias estomacales… pinchazo en un lado y luego en los dos!. Ya no sabía ni dónde presionarme, así que toca bajar ritmo… y perder puestos. Por suerte, a mitad de la 4ª vuelta, parece que me recupero y puedo volver a apretar un poco, así que recupero un par de puestos, pero aunque me quedo cerca, no consigo volver a enganchar con Raquel Lombo, que hubiera sido una buenísima compañera en la bici… pero es imposible… Si veis las clasificaciones, tened en cuenta que el circuito, según varios GPS, se les fue a 10.750 m, así que el tiempo no fue nada malo aún con los problemillas (salió como a 4:20/km).
Cojo la bici y, tras un calentón a ver si enganchaba, veo que me va a tocar ir sola y pegarme a base de bien con el viento, que no sé ni de donde viene porque pilla de cara casi todo el circuito!. Voy agarrando a chicas y las voy dejando atrás (salvo en la bajada, que la gente se tira en picado y yo iba quemando zapata con un miedo terrible a que el viento empujara demasiado fuerte mis ruedas de perfil, así que ahí me metían como 500m en nada (menos mal que luego, en llano o cuenta arriba, ya era otra historia)), pero ir tan sola me quema un poco. Pero bueno, al menos me estoy metiendo un entrenamiento en fatiga (que cómo dolían las piernas, ufff) más que bueno… ;-).
Llego a T2 y, como voy notando las ampollas en los pies desde el km7 de la carrera a pie, me da pavor volver a correr. Además, como llevo el estómago del revés, prefiero no intentar comer nada, así que iba con lo puesto y ya llevábamos 2h de carrera. Efectivamente, las ampollas son terribles, y encima se me subió el gemelo al ponerme las zapatillas… vaya tela. Total, que los últimos 5,4 km los hago pisando con el exterior, a paso de tortuga y viendo las estrellitas, pero bueno, tampoco me adelantaron tantas, así que al final entré 6ª y primera de mi grupo :-).
Vaya medallita chula que tengo en casa! :-).
Y, la anécdota del día: al entrar resulta que me había tocado en sorteo el control antidoping!!, ¡qué divertido!!! jejeje. Menos mal que llevaba con ganas de ir al baño desde el km2, así que todo fue facilísimo y rapidísimo!. La verdad es que fue toda una experiencia :-).
Con mi escolta para el antidoping... muy majina la chica :-)
El domingo, después de una noche de despertarme 50 veces porque no sabía ni cómo poner las piernas de lo que dolían ;-), llegaba el plato fuerte. Después de ver la carrera de las chicas, llegaba el turno de Sergio. Prefiero que os cuente él, pero el resumen es que estaba haciendo un auténtico carrerón, corriendo a pie a velocidades de vértigo como si nada y en un grupo enorme de bici con algunos nombres ilustres, así que parecía que todo estaba saliendo redondo, pero tuvo un enganchón con otro duatleta y el pobrecín acabó en el suelo :-(.
Por suerte solo es chapa y pintura (y el casco destrozado), solo magulladuras y nada roto, y eso es lo más importante, aunque la verdad es que fue una faena porque tenía su objetivo tan cerca… pero la parte positiva es que ha visto que puede estar ahí, que puede hacerlo, así que ya solo queda ponerse de nuevo el objetivo de estar ahí y de hacerlo aún mejor, que una experiencia así merece la pena vivirla…