Tras una noche de viernes con cena de empresa incluida (lo que implica comida grasienta nada energética y Lambrusquito p’al cuerpo), nos levantamos prontito para poder desayunar, comer, preparar todo y viajar a Rivas con ese hormigueo en la barriguilla al saber que iba a ser duro pero, tal vez porque los recuerdos no los percibes 1 año después con total claridad, que se pasaba fenomenal.
Llegamos allí y no paramos de charlar con la gente en un ambiente tan estupendo como siempre. Pero se acerca la hora… ya son las 15h y el 10º integrante de nuestro equipo no aparece. Le localizan y resulta que se le ha olvidado!. Perfecto… seremos 9 y, como aquí mis compis nadan como delfines, intuyo que los descansos van a ser cortos, muy cortos…
Pistoletazo de salida y al agua!. Yo salgo en 9ª posición, después de Sergio. En la primera serie ya notaba yo que no era mi día. No sé si os pasa a vosotros lo mismo, pero a mi en natación me dan rachas de unas 2-3 semanas de tener o buenas sensaciones o sensaciones horribles (en carrera a pie y bici me pasa más en días sueltos, no suelo enlazar temporadas tan continuadas). Pues desde hace un par de semanas estamos en la segunda opción y, por lo que parece, la racha continuará ese día. Yupi (vale, igual el entreno del día anterior no ayudó mucho: 600 prog+ 20x25 rec/5” con palas + 600 prog + 10x50 rec/20” + 600 prog; pero no voy a dejar de entrenar, ¿no? ;-)). Ni agarro agua, ni llevo buena frecuencia, ni soy capaz de llevar una patada digna ni ná. Pero bueno, aún así marco 1’17” que, aunque sea un tiempo penoso, es mi PB en un 100 (tenía 1’19”). La parte buena es que me dicen que aquí el señorito Sergio se ha cascado su primera serie en 1’11”!!! :-O
Según pasa el tiempo, además de la flojera, empiezo también a acusar el pasar tanto tiempo con el cloro de compañero. Los bronquios están cerrados, la nariz congestionada y la garganta pica. Toses y más toses, pero todo el mundo está igual. Los tiempos se me van ya rondando el 1’24” (Sergio andaba en 1’20”… no me pilla el tío). Quedan 2h30’ para el final y esto parece que no acaba nunca… estoy muy muy cerca de la retirada. Me lo planteo seriamente, pero me da apuro por mis compañeros, que si ya descansábamos poco siendo 9, como les deje con 8 me matan, así que intento aguantar, me cambio el bañador para pasar al menos 2 minutos seca (ya empiezo a estar congelada) y a tirar de coco a tope.
A falta de algo más de 1 hora, Raúl, que el pobre lo estaba pasando fatal también, decide que ya ha sufrido bastante. Nos quedamos 8 en el equipo y ya es que ni descansamos… ni a ir al baño daba tiempo. Esto ya empieza a ser un verdadero infierno, pero nos consuela el hecho de que ya queda poco. Y, después de 32 series, 6 más que el año pasado, por fin acaba todo. Y, esta vez más que nunca, me planteo que no quiero volver a pasar por esto. O es en un equipo malucho que me de tiempo a recuperar o me niego. Eso sí, con el esfuerzo de mis compis de equipo, el Ecosport se llevo la 4ª posición (muy ajustada al final, que casi nos pillan las del Covibar) y una copita para conmemorarlo, ¡enhorabuena, chicos!!.
Esa noche, además, dormimos fatal, tosiendo y moqueando y el pobre Sergio está medio pachuchillo (eso le pasa por nadar tan rápido…. 1’18” de media al final… telita (yo la misma media que el año pasado, 1’23”)) y nos levantamos como si nos hubiera pegado una paliza. Por suerte, con los 80 kilometrines suavecitos de bici el domingo en compañía de Rubén Asturianín bajo un precioso sol invernal, volvimos a la vida.
Y ayer, pues ya sabéis, cumple (29 años y cambio de grupo de edad, uffff) y nuevo juguetito… os vais a aburrir de grafiquillas jeje